Se estrenó Brave, la película animada de Pixar sobre la hija de un jefe de clan escocés, con voces de actores locales, banda sonora compuesta para instrumentos tradicionales y mucho pelirrojo.
En la última de 007 (Skyfall) se ve -además de publicidad subliminal de cuatro productos antes de la música de inicio y de otros dieciséis después- que el espía inglés por antonomasia tiene sangre celta, habiendo crecido en la típica casona perdida en el medio de la nada... escocesa. Quizá esa infancia solitaria explique su voracidad insaciable por las faldas.
También en el 2012 se presentó el trailer de Guerra Mundial Z. La película de Brad Pitt se estrenará en Agosto, pero ya comenté que una de las escenas de acción se hizo en las inmediaciones del ayuntamiento de Glasgow. Los que fuimos a cotillear el rodaje fuimos advertidos de que sería fuertemente retocada, pero una comparación entre las fotos que saqué por entonces y el corto publicitario muestran que la ciber-escabechina no fue tal:
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Calle de Glasgow durante el rodaje de Guerra Mundial Z |
Pero quizá el retrato más interesante de esta tierra no haya venido de Hollywood. Todo artista tiene sus musas. La de Ken Loach es la ciudad de Glasgow. El 2012 trajo "La parte de los ángeles" (The Angels' Share), la cuarta película de la trilogía de este director sobre la ciudad (iban a ser sólo tres, pero volvió a pecar).
Desde 1998, el abogado de Oxford director de Tierra y Libertad viene a Glasgow con regularidad. Lo hace con actores de los barrios más pobres, con escasa o nula experiencia interpretativa, pero indudable talento natural y que riegan los diálogos con Glasgow patter, el endiablado dialecto local derivado del escocés. La primera obra de la trilogía fue "My Name is Joe" (Mi nombre es Joe), sobre un alcohólico en recuperación. La siguiente fue "Sweet Sixteen" (Dulces dieciséis), donde un adolescente barriobajero intenta construir un futuro mejor para su madre traficando con drogas robadas. La que se pensaba era la ultima parte, "Ae Fond Kiss" (titulo en escocés que fue traducido por "Sólo un beso" aunque literalmente signifique "un beso cariñoso") muestra una historia de amor entre una chica irlandesa y un joven de padres pakistaníes en Pollockshields.
La parte de los ángeles cuenta la historia de Robbie, un delincuente violento al que el sistema da una última oportunidad porque está a punto de ser padre. La visita a una destilería de whisky con algunos de sus compañeros sentenciados a trabajos comunitarios sugiere el camino a una nueva vida.
Esta película se vende como "comedia". Semejante apelativo no es ni de lejos aplicable a la primera mitad, que resulta gris y violenta. El realismo al retratar el habla de los bajos fondos de Glasgow es tal que al acabar sentí la necesidad de intercalar un "joder" en todas mis frases. Afortunadamente, la cosa mejora. Hay momentos cómicos. La proverbial generosidad de esta tierra se refleja en el coordinador de los trabajos comunitarios y el sistema judicial (con pequeño guiño adaptado a Ceasefire). El reflejo del a veces pedante mundo del whisky, los paisajes y pequeñas cosas como el Irn Bru o los kilts baratos (y lo que esconden) dan un toque de cercanía a la realidad de todas las clases sociales y la idiosincrasia del pueblo escocés.
Sin ser una obra maestra, La parte de los ángeles es, de entre las películas del 2012, la que mejor retrata Escocia y la más taquillera desde Trainspotting. A ver qué trae el 2013.