30 junio 2010

Bienvenidos a Escocia

Imagen sacada este fin de semana junto al castillo de Stirling.

Al ver estampas así, o a las numerosas minifalderas que taconean bajo la lluvia en estas fechas, me pregunto si estaré ante algún rito supersticioso sajón. ¿Será que estas gentes creen que comportándose como si fuese tiempo de verano atraerá la gracia del Dios Sol -o de quién le toque el papel de Gerente de Climatología en la mitología local- ?

Por si acaso, después de sacar la foto, en casa hubo barbacoa. Hoy hace sol y calor. A lo mejor funciona...

26 junio 2010

Escenas de verano en Glasgow

Parece que ya arranca el verano. En casa llevamos unas tres barbacoas, espero que este fin de semana sea la cuarta. Los descansos de la comida se pasan en la charca cerca del trabajo, mirando patos y oliendo la crema solar de mis compañeras, que parecen ser hipersensibles al sol.

Estos dos machos de ánade real parecen nadar entre los óleos de Monet. En realidad los reflejos son de los rododendros salvajes del estanque del parque Pollock.

Siguiendo con el citado parque, en pocos sitios se puede disfrutar de paz y soledad tan absolutas como en Escocia. Esta imagen está tomada a menos de cuatro kilómetros del centro de Glasgow.

Tan comunes como las margaritas crecen lo que aquí llaman "buttercup" (tacita de mantequilla). Son difíciles de fotografiar porque, además de tener un color muy uniforme, los pétalos tiene una textura muy brillante, como si estuviesen cubiertos de cera. En España, esta florecilla no ha tenido tanta suerte con el nombre. Ranúnculo no suena ni remotamente tan encantador.

Con el calor, el olor de las espléndidas rosas de mi vecino llega incluso antes de poder verlas.

Que paséis un buen fin de semana. Y si continúa este tiempo y no contesto al teléfono fijo, ya sabéis por qué es.

21 junio 2010

Un café

Ocupo una mesa próxima a la entrada. Desde ella veo muy bien el trasiego que tiene lugar en la calle. La cafetería está a medio llenar y la camarera me trae el acostumbrado café con la mayor diligencia. Me quedo absorto mirando a la crema que cubre la taza. El juego de la metáfora se instala en mi cabeza:



Hay partes muy oscuras, otras lo son menos, las hay cruzadas por hilillos blancos, también las claritas que se incrustan en las oscuras y están las blancas en su totalidad. Todas ellas de tamaño, tonalidad y morfología caprichosas.



Cada una de estas manchas podían significar partes del mundo, o sus razas; también el desarrollo económico, social o cultural de la población del globo. Los idiomas hablados o las religiones practicadas... Todo el planeta en aquella masa nívea de crema.

Algunas de las pequeñas burbujas crecen y terminan explotando mientras otras súbitamente aparecen y toman posiciones. Parece que el orden mundial ha sufrido un cataclismo cuando introduzco la cuchara y doy un par de vueltas al líquido. Sólo unas partes quedan igual, las más se han transformado y las restantes han desaparecido dando lugar a otras nuevas.



El café se está enfriando. Con decisión remuevo el contenido de la taza y el caos se adueña de nuestra Tierra. El color de la superficie se va uniformando y todas mis elucubraciones desvaneciendo. El sabor es exquisito. Todo gira a la velocidad marcada y cada cosa parece tener su lugar... aunque no siempre sea el idóneo.



La próxima vez que pidas un café, que te lo sirvan con sonrisa. A veces, se cumple.

19 junio 2010

Avería en el Centro Oncológico de Galicia

¿Qué ocurre cuando se interrumpe la radioterapia de un enfermo de cáncer? Una de las dos máquinas del COG (Centro Oncológico de Galicia) lleva varios días estropeada, lo que ha derivado en el retraso de numerosos tratamientos. Sé que hay amigos que están preocupados por el asunto y que las noticias aparecidas en el periódico La Opinión de La Coruña no son suficientes, así que aquí van algunos apuntes sobre el tema.

¿Que ha ocurrido?
La máquina averiada es un acelerador lineal para uso médico, o "linac". Sirve para generar y dar forma a un haz de rayos-x de alto voltaje (entre seis y veinticinco millones de voltios). Gracias a su alta energía, estos rayos pueden entrar en los tejidos con precisión milimétrica, quemando las células cancerígenas, que son más sensibles a la radiación.
El acelerador averiado del COG

Según los principales fabricantes, los aceleradores lineales deben reemplazarse cada seis años, aunque la vida media suele ser de diez. Estas estimaciones se hacen asumiendo ocho horas diarias de trabajo. El linac de La Coruña ha estado realizando jornadas de doce horas y tiene catorce años.  El cuidado de los técnicos de mantenimiento, radiofísicos hospitalarios y técnicos radioterapeutas del COG es sencillamente admirable.

¿Qué puede ocurrir con los pacientes?
El tratamiento medio de un paciente de radioterapia es cinco sesiones semanales de diez minutos durante varias semanas (entre una y ocho según diagnóstico).
Plan de tratamiento de mama

Según el jefe de Oncología Radioterápica del COG,"Los pacientes pueden estar tranquilos, porque este contratiempo no va a mermar, de ninguna manera, la eficacia de su tratamiento". Tras esto, la pregunta lógica sería "Si no importa que se interrumpa el tratamiento varias veces ¿Por qué se insiste tanto en la importancia de asistir todos los días?". La respuesta es que los pacientes no van a continuar el tratamiento tal como fue diseñado originalmente. Una vez que sea posible evaluar el impacto final de la avería, los oncólogos radioterápicos y radiofísicos hospitalarios revisarán cada caso individual y decidirán las correcciones más apropiadas. Estas suelen ser un cambio en las dosis diarias o añadir algún tratamiento extra al final del previsto originalmente.

¿Qué debió haber ocurrido?
Si algo así sale en el periódico es que no es normal. ¿Qué se hace en otros centros?

Como con cualquier aparato, la medida más común es no forzar la maquinaria por encima de sus posibilidades y sustituirla antes de que sea demasiado tarde.

Según declaraciones de Alfonso Mariño (el jefe de Oncología Radioterápica del COG) "Para evitar este tipo de situaciones, lo ideal sería tener un acelerador lineal de sustitución pero, lamentablemente, esto sólo se lo pueden permitir algunos centros de Estados Unidos". La primera parte de esta frase es cierta, la segunda es rotundamente falsa. El mejor modo de evitar interrupciones es, efectivamente, tener un segundo acelerador. Pero la medida no es rara: hace casi una década que es rutinaria en los Países Bajos. En los últimos cinco años, el gobierno británico ha invertido cifras astronómicas para implementarla. La situación de de Irlanda es muy similar.

El centro oncológico de Raigmore, en Inverness (Highlands escocesas) es el más pequeño del Reino Unido y atiende a una población de 309.000 habitantes, un número tres veces inferior al que cubre el COG. El hospital escocés cuenta con un acelerador de sustitución y un acuerdo con los hospitales de Aberdeen y Dundee para el traslado automático de pacientes en caso de necesidad.

¿Qué se puede hacer para mejorar la situación?
Estoy convencida de que el Servicio de Radiofísica Hospitalaria ha dado parte del estado del acelerador en varias ocasiones. Tampoco sorprendería si los servicios médicos se hubiesen unido a la queja. De esto deduzco que la Administración hace oídos sordos al personal del hospital, dejando una única vía de presión: el enfermo.

Si como paciente -o familiar de paciente- te ha afectado la cancelación de tratamientos de radioterapia en el Centro Oncológico de Galicia, tu protesta ante las autoridades competentes puede ser decisiva para que no se vuelva a repetir.

Puedes presentar una queja o reclamación ante:

-Atención al Paciente del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac).

-El Servicio Galego de Saude (Sergas).

-El COG.

Esto sería una medida que agradecerían tanto pacientes futuros -que merecen un tratamiento digno- como el personal del hospital, que se han ganado a pulso el trabajar sin la enorme presión de un equipamiento ineficiente.

Actualizacion:
Un año después de la redacción de este articulo, el Centro Oncológico de Galicia sustituyó el viejo acelerador. Desafortunadamente, continuan tratando pacientes durante más horas de las recomendadas, el otro aparato rebasa la decada de servicio y siguen careciendo de acelerador de sustitución o acuerdos con hospitales vecinos para el traslado de pacientes en caso de fallo.

11 junio 2010

Escocia y el Mundial de Futbol

Esta tarde, antes de salir del trabajo, me pasé por el taller de electrónica a dejar unos encargos. Los técnicos se preparaban para irse, uno de ellos ya estaba listo para el partido de futbito de los viernes. Al verle la vestimenta, no me pude contener:

-¡¡¡Aupa Inglaterra!!!

-¡¡¡Miércoles, vete a la mierda!!!

-Ah, como ¿Tú les puedes apoyar y yo no?

-¿De qué hablas?

Expliqué al buen hombre que llevaba camisa roja y pantalones blancos, los colores de la selección inglesa. Después le recordé que, o se cambiaba, o se arriesgaba a que algún bruto le diese una somanta. Y es que, aunque la selección escocesa no se haya clasificado para el Mundial, la fiebre del fútbol se sigue propagando por estas tierras. Para sobrevivir sólo hay una regla: apoyar a "Cualquiera Menos Inglaterra".

Durante las próximas semanas, la Tartan Army (los hinchas escoceses) dividirá sus preferencias entre el enemigo de turno del vecino del sur y los países más pequeños. Camerún, Costa de Marfil, Paraguay... cualquiera que pueda necesitar ayuda llenando su graderío puede tropezarse con un tipo paliducho en kilt, feliz de derramar hasta la última gota de cerveza que corre por sus venas por el equipo de un país que no tiene muy claro dónde poner en el mapa.

A pesar de lo que comenta la prensa inglesa, la aversión de la Tartan Army no es por sentimiento independentista o envidia de mal perdedor, es saturación informativa. Cada vez que Inglaterra se clasifica para una competición internacional, los medios insisten machacones en la superioridad del equipo rojiblanco. Toda jugada, aunque sea en un Corea-Honduras, es comparada con una del único Mundial que han ganado. Aunque otro equipo británico se clasifique, da igual. En 1994, Escocia abrió el Mundial jugando contra Brasil; unos días después fue el primer partido de Inglaterra. El locutor de la BBC abrió la retransmisión diciendo "el torneo se inició hace cuatro días, pero aquí es donde realmente comienza". En el Norte, el comentario sentó como una patada en las pelotas.

Hasta el envoltorio de las chocolatinas Mars y Snikers viene con la cruz de San Jorge. Irn Bru (el refresco más vendido en Escocia) intenta contraatacar con este anuncio:


Este año, la tienda Slanj -algo similar a Rei Zentolo en Galicia- ha ideado una forma de devolver la jugada con la camiseta "ABE- Anyone but England". La idea empezó como una broma pero, después de que la BBC informase de una posible acusación de racismo por parte de un policía de Aberdeen, las ventas se triplicaron y hoy se pueden encontrar versiones en grandes cadenas comerciales como los supermercados Sainsburys o las tiendas de música HMV.
Mi camiseta "Cualquiera menos Inglaterra"
Esta tarde me he comprado la camiseta original de Slanj. Mañana se me verá pasear con ella por las calles de St Andrews. Si alguien se pregunta por qué me gasto el dinero en esta y no en la de la selección española, es por dar guerra. La verdad es que odio el fútbol.

10 junio 2010

Encantados de Reverte

Contaba el músico Robbie Williams en una entrevista que, si eres famoso y en un concierto hay la química necesaria, ya puedes cagarte en el escenario, que el público aplaude igual.

Viendo esta entrada en su grupo de Facebook, yo diría que, sin llegar a lo escatológico, Arturo Perez-Reverte parece haber alcanzado esa preciada alquimia del éxito.
Y eso... que si a alguien le apetece dejar un comentario, ya sabe: se responde cuando se puede, o sea.... que aveces puede que no haya tiempo.

08 junio 2010

¿La moral en crisis?

Tengo una especial manía a la gente que se queja por sistema de la falta de valores de nuestra cultura. Sospecho que ese tipo de persona utiliza a la Sociedad de justificante de su propia apatía. Pero la próxima vez que me encuentre a alguien así ya sé lo que haré, le pondré en las narices un mensaje que me llegó al correo del trabajo esta mañana:

----- Mensaje original -----
De: McDonald, Ángela
Enviado el: 08 de junio 2010 09:54
Para: Centro Oncológico
Asunto: dinero encontrado entrada principal

Hola:
Una suma de dinero ha sido encontrada en la entrada principal esta mañana por una paciente. La vio caer del bolsillo de un caballero que ella piensa que era médico porque llevaba una identificación del Oncológico. El dinero está en un sobre en la recepción del área B1.

A

Ángela McDonald
Jefe de Equipo de Enfermería
CENTRO ONCOLÓGICO.

Osea, una mujer ve caer el dinero y no se lo guarda, sino que se lo confía a una enfermera que no conoce, que a su vez responde a esa confianza y tampoco se lo queda sin antes intentar encontrar al dueño. O el azar hace cosas muy extrañas hoy, o en esta vida no es tan raro encontrar a gente honrada.

Por una vez no he cambiado el nombre de pila de la protagonista, Ángela le queda perfecto.

02 junio 2010

Solo en Glasgow

Esta historia me la contaron hoy. Es completamente real y resume a la perfección el carácter de una ciudad.


Mañana de sol radiante en Oxford. Un joven médico se sube al tren que le llevará a una entrevista de trabajo. El viaje es largo -unas siete horas- y conforme se acerca, el tiempo va empeorando. Cuando llega, el cielo es tan oscuro que parece de noche, la lluvia es fría, pesada y se hace eterna. El hospital donde va a hacer la entrevista es triste como el clima: un edificio viejo de piedra ennegrecida por la polución y con hierbajos saliendo entre las grietas. La entrevista transcurre en una sala con luces fluorescentes y olor a sótano. Cuando el candidato sale, ya ha decidido que, aunque le ofrezcan el trabajo, no volverá a pisar la ciudad. Pero si rechaza la oferta no le pagarán los gastos del viaje, así que, en lugar de coger un taxi, decide volver a la estación en autobús.

La lluvia no para, el viento hiela y el bus no viene. Cada vez más derrotado, el médico aguanta. Por fin, llega el autobus. Mala suerte: en esta ciudad solo te puedes subir si tienes el cambio justo, y él lleva todo en billetes. El conductor le dice que le deja subir si consigue las monedas o alguien le fía el viaje, después se gira y grita “¿Alguien le paga el billete a este chico?”. Dos hombres jóvenes se levantan; van desaliñados, con chándal viejo y poca higiene. Ambos ofrecen el precio y uno lo paga. Agradecido, el médico se sienta a su lado. Hacen una pareja curiosa: un universitario bien parecido de Oxford con traje caro y corbata, y el barriobajero albino que le ha pagado el pasaje. Para sorpresa del inglés, la conversación se anima rápido. Las buenas historias se suceden y, cuando llega a su destino, las costillas le duelen de tanto reír. Antes de entrar en Central Station mira hacia arriba: como en una película, las nubes se han ido y el sol vuelve a lucir.

Noche de lluvia en Buchanan Street
De esta historia hace veintitrés años. El viejo hospital apenas se usa, ha sido sustituido por uno de los dos mayores de Europa en su campo, con tecnología de última generación y grandes ventanales. Aquel joven de Oxford es Profesor Emérito de Medicina en la Universidad de Glasgow, ha desarrollado uno de los programas de neuro-oncología más avanzados del país y ha mejorado o alargado la vida de miles de personas. Hoy se jubila y en su discurso de despedida cuenta la historia como la mejor síntesis de la ciudad que nunca más abandonó, "dura, pero increíblemente generosa".

Esta tarde, el venerado médico cerrará la consulta y se irá, por última vez, en un Ford Ka de segunda mano que huele a fish and chips.

Sólo en Glasgow.