13 junio 2021

Vuelve el futbol

Mañana es el GRAN día. La selección escocesa vuelve a una competición internacional tras décadas de no atreverse ni a soñar con ello.

La excitación es enorme, colosal, omnipresente. El campo de fútbol de mi vecindario va a quedar yermo de tanto peloteo. Las escuelas de las Highlands tienen permiso para interrumpir las lecciones y retransmitir el evento. Se ha pedido hasta que el día sea festivo.

A todo esto, a pesar de que se habla del tema hasta en los canales de música de la radio, he tenido que bucear en Internet para enterarme de los detalles. Que son veintitrés años desde la última vez, que el partido es de la Eurocopa, pospuesto desde el 2020 y que el contrincante es la República Checa. Si hay algo enternecedor en todo esto es que, para la "Tartan Army", todo esto es completamente irrelevante. Actúan como si, en lugar de una competición en la que es casi seguro que no duren, les hubiera tocado un viaje gratis a Disneylandia. Mejor, porque a Disneylandia se puede volver, para otra Eurocopa se da por hecho que habrá que esperar otro par de décadas, año más, año menos. 

Inicialmente me sorprendió que se permitiese que los niños en las escuelas de primaria vean el partido. ¿Y si su querido equipo pierde? Parece que da igual. Nunca ha sido tan sentido aquel tópico de "lo importante es participar". 


Nadie se lo monta como Irn Bru.




11 mayo 2021

Estais todos locos y ya encontré el cable.

¿Cuanto tiempo ha pasado? Debió de ser una buena siesta. Lo último que recuerdo que se cayó el ordenador y no volvió a funcionar sin el cable. El cable iba justito y acababa en un enchufe escondido en una esquina polvorienta. Para escribir con el portátil tenía que moverme menos que la cadera de Echenique. Y así, de un porrazo, se me acabó la vocación bloguera. Bueno, también porque en las Highlands somos cuatro gatos y no me apetecía perder el anonimato.

Pero a veces, a minúsculos males, enormes remedios. Cambié de casa y ahora el enchufe está más cerca. La nueva peste hace que el motivo por el que empecé (no olvidar mi lengua) vuelve a existir. Para colmo de bienes, entre Netflix, Facebook, Twitter e Instagram, por aquí no queda nadie. Nunca me encontraréis. 

El caso es que me voy un rato y se va Trump, se va Pablo Iglesias, Bill Gates se divorcia y Miguel Bosé está muy ido. Solo queda la Reina de Inglaterra. Los talibanes ya no son los malos, ahora son los chinos, que es peor, porque son más. Debe de ser este mundo de liquidación por cierre que nos hemos hecho más conformistas. Antes la gente hacía maratones, ahora se bajan la aplicación para contar pasos. Gracias a la fulminante revolucion tecnosanitaria, cada vez más gente abandona la triste existencia de casa-coche-trabajo-coche-casa por la triste existencia de salón-cocina-retrete-salón-cama.

Me voy a dormir, a ver qué queda en pie cuando me despierte.