Es primera hora de la mañana. En Jaipur, ciudad rosa y de trazado moderno, ya impera el barullo.
En una de sus avenidas, un edificio destaca en la acera: el Hawa Mahal. Son cinco pisos de curvadas ventanas con celosías que conforman una colosal galería. Desde la calle nada se puede ver hacia el interior; sí ocurre lo contrario: quien está dentro divisa todos los aledaños sin ser visto. Esto hacían las mujeres y concubinas de palacio, pudiendo ver la vida en las calles así como la entradas y salidas de su señor. Además, esa multitud de oquedades provocan unas corrientes de aire que refrescan el interior. De ahí su apelativo de Palacio de los Vientos.
Hemos llegado a él a lomos de un elefante que, con lento paso y esfuerzo grande, venció la zigzagueante cuesta de acceso a la fortaleza, permitiéndonos con su altura una observación espléndida de la ciudad y del lago que está en la misma falda de la colina que vamos ascendiendo. La voluminosa estampa del paquidermo y su caminar parsimonioso hace más ceremonial la entrada en la clara y ocre explanada de la fortaleza.
El Fuerte Amber es un complejo, a varias alturas, de pabellones, galerías, patios, jardines, pasadizos, y, naturalmente, un palacio. Construido, en su mayoría, en mármol blanco, con un largo corredor de celosías y del que destaca el llamado Salón de los Espejos, por ser éstos los qué, en formas pequeñas, cubren sus paredes.
Una vez más, el rojo de la arenisca y el blanco del mármol - con algunas otras tonalidades marrones descoloridas – se mezclan en perfecta conjunción.
Todo el conjunto queda circunscrito por una larga muralla que sigue la línea divisoria de las montañas que lo rodean.
Ocupamos un buen tiempo en verlo todo, pero no podemos demorarnos mucho: Jaipur todavía tiene más cosas que mostrar... Y aquí os las contaré.
Que increíbles fotos. ¿Seguro que no necesitáis alguien para las maletas? Puff. Sólo veo calles frías.
ResponderEliminarel Hawa Mahal me ha recordado a la arquitectura modernista. Será por el uso de líneas curbas.
En fin, contad algo malo, que si no la corrosión de la envidia me devorará.
Saludos.
Algo malo, Igor: La camiseta siempre pegada al cuerpo por el sudor, el carecer de un lugar limpio y agradable para tomar una cerveza mientras contemplas algo que te interesa, las dos horas que necesitas para desplazarte 50 kms... ´
ResponderEliminarEl viaje por India es de interés, pero tambien duro.
Gracias por estar siempre entre los lectores de este blog y un saludo.
Gracias por mantener intacto el recuerdo de este viaje compartido, Juan.
ResponderEliminarEs apasionante leer tu narración. Cualquiera de ellas.