- Hay asignado un tipo de Recursos Humanos para que la prohibición de fumar se aplique "de acuerdo con los principios de Igualdad y Diversidad e independiente de sexo, raza, edad, orientación sexual, origen étnico, religión o creencias". Estupendo. No solo por las esencialísimas distinciones entre raza y origen étnico, o religión y creencias. Ahora va a dar igual que quienes se echen un pitillo tengan treinta años o tres. Normal, claro.
- Se te prohíbe fumar si llevas uniforme, por si diese pie a creer que Sanidad apoya el uso del tabaco. Personalmente, si alguien, al ver a un médico tirando del canuto, cree que es porque Sanidad lo anima, mi consejo es que fume a destajo, porque es más probable que muera antes de algún efecto secundario derivado de su estupidez que de la nicotina.
- Si un sanitario hace una consulta a domicilio, se prohíbe a toda persona en esa casa que fume durante el tiempo que esté ahí. Hasta explican como plantar la denuncia si se osa desafiar tan magnánima y tolerante norma.
- Si un enfermo tiene la necesidad imperiosa de consumir tabaco (por ejemplo, le acaban de decir que le quedan como mucho seis meses de vida) nuestro deber de ángeles de la misericordia no es dejar que se desahogue. Es darle un panfleto con consejos para que cese tan repugnante vicio y no moleste con su humo a terceros.
- Pero los jefes no son unos desalmados. Hay un colectivo exento de cumplir estas normas: los pacientes psiquiátricos. Es decir, en el único departamento donde se puede sacar el mechero sin complejos es donde meten a los pirómanos.
- La norma es draconiana.
- Qué va, si es de lo más blandita.
- ¡No fastidies!¡Pero si le cortan el cigarro a pacientes terminales!¡Doce páginas de prohibiciones!
- Si, pero entre esas doce páginas falta una.
- ¿Cual?
- La de las sanciones.
- No se me había ocurrido. Y eso que no fumas.
- "Hecha la ley, hecha la trampa". A veces buscar el truco es instintivo.
Además, es que lo de ser jefe autoritario está pasado de moda. Eso ahora es para enfermeros y antidisturbios.
BUENISIMOOO!
ResponderEliminarjajajaja
te doy la razon! además de que tus comentarios son fantasticos! que risaaa!:D
MUAAAAAAAAAAAA
¡Bravo! Hacia dónde vamos, Miércoles. Tu post me ha hecho pensar en algo que leí una vez: las sociedades más reglamentadas lo son por ser corruptas. No sé si es así, pero no deja de tener todo esto un aire orwelliano.
ResponderEliminar¿Hasta cuándo, dónde...?
Y como bien dices, es papel mojado. Como la normativa de mi ciudad acerca de los animales domésticos.
Cuando sacas el cuchillo, siempre me haces sonreír.
Besos.
Y qué pasa con los olores delatores y dientes o dedos amarillos?
ResponderEliminarBlandos han estado.
Juliet: Gracias, me alegra que te haga sonreír.
ResponderEliminarIgor: a título de curiosidad, ayer a la entrada del hospital via un enfermero y dos pacientes fumando tranquilamente debajo de la señal de prohibido. Y no pasó nada.
Lo que dices me recuerda a algo que comenté con un chico de aquí. Le sorprendía que en sociedades tan anárquicas como las latinas prendiese una religión tan reglamentada como el Catolicismo. Le dije que no es tan raro: si disfrutas partiendo moldes, cuantos más te pongan, mayor es el gusto al romperlos.
Celia: no des ideas... No es que me importe que dupliquen el número de páginas de la norma (sobre todo si siguen sin aplicar castigo). Me toca la moral pensar el dinero que perdería toda esa gente montando más comisiones, "brainstormings", grupos de trabajo y monsergas surtidas mientras a los demás nos dicen que no hay fondos ni para bolígrafos.