Micción o no micción, esa es la cuestión.
Nos ha pasado a todos: estar a punto de terminar una faena cuando entran ganas de orinar. Quizá esa sensación de urgencia nos impulse a terminar antes, o quizá la prisa propicie un trabajo mal hecho que deberá ser repetido en condiciones más favorables.El año pasado, un equipo australiano comprobó que tener la necesidad extrema de orinar ejerce un gran efecto negativo en atención y memoria. El efecto se acentúa cuanta mayor sea la urgencia. Estas funciones vuelven a niveles normales después de evacuar.
Por otro lado, una investigación de la Universidad Católica de Leuven afirma que resulta en una mayor capacidad de controlar impulsos. Los belgas observaron que los niveles elevados de presión de la vejiga se correlacionan con el rendimiento acelerado en nombrar colores, pero no con el rendimiento en pruebas de significado de palabras, lo que indica que el control urinario facilita la inhibición de impulsos. También observaron que incrementa la paciencia en el ámbito monetario, que se refleja en un aumento de la tendencia a resistir ganancias inmediatas en favor de opciones más beneficiosas a largo plazo.
En resumen, si lo que queremos hacer requiere principalmente memoria o atención (por ejemplo, recordar donde pusimos las llaves del coche, enhebrar una aguja o dar un discurso) mejor ir al baño. Por el contrario, si lo que pretendemos necesita autodisciplina o reflexión (por ejemplo, comprar los regalos de Navidad o ir al Casino) aguantarse ayuda.
¿Ser estúpido es contagioso?
Siempre he creído que la exposición controlada a la estupidez humana no solo no esperjudicial, sino que incluso puede ser terapéutica. Ver que hay gente que sobrevive felizmente con un cerebro atrofiado puede ser analgésico. Ahora viene un austríaco y me echa la teoría a rodar. Este sicólogo selecciono a un grupo de personas y lo dividió en dos. Algunos leyeron la historia de un hooligan, otros no. A continuación los sometió a pruebas de personalidad y conocimientos. Los resultados de los participantes que leyeron el relato mostraron una personalidad más afín a la del protagonista y un peor rendimiento en la prueba de conocimientos.
Así que, si alguna vez sientes que estas rodeado de torpes, huye o tiembla, porque tú eres el próximo. Si el hecho no te preocupa, es que es demasiado tarde.
Por qué la mayoría de los jefes son unos incompetentes y cómo evitar que tu negocio sufra por ello.
En los años sesenta el psicólogo canadiense Laurence J. Peter postuló un principio paradójico que se pueden resumir así: "Cada nuevo miembro en una organización jerárquica subirá por la jerarquía hasta que alcance su máximo nivel de incompetencia". A pesar de su aparente irracionalidad, es un principio realista en cualquier organización en la que la promoción premie a los mejores miembros y donde el trabajo en el nuevo nivel no dependa de la competencia en el anterior.Un equipo de la Universidad de Cornel mostró, por medio de simulaciones informáticas, que el principio de Peter es inevitable y que produce una reducción significativa de la eficiencia de la organización. Recientemente han ido más allá y proponen una solución. Explorando diferentes estrategias encontraron que las mejor forma de mejorar la eficiencia es promover a gente al azar.
¿Qué comer para ser más inteligente?
Tenemos un jefe torpe que aún encima nos puede contagiar de su mediocridad. Está claro que sólo con rabos de pasa no salimos de ésta.Después de que el prestigioso New England Journal of Medicine describiese la correlación entre el número de premios Nobel de un país y su consumo de chocolate per cápita, un milanés ha dado el siguiente paso mirando a otros alimentos. El menú ideal es filete de buey o pollo a la pimienta (sin cebolla), vaso de vino y una manzana al horno con mantequilla y azúcar.
¿Qué alimentos se asocian con un aumento o una disminución de la probabilidad de sufrir cáncer?
Ser inteligente o inmune a la estupidez no basta. Tanto si queremos vivir deprisa, morir joven y dejar un hermoso cadáver como si no, la alimentación es decisiva. O no. Según un equipo de las universidades de Harvard y Stanford, absolutamente todos los alimentos han sido asociados en algún momento con pequeños riesgos de cáncer o beneficios en su prevención.Cómo aprender a hacer un masaje cardíaco y que no se te olvide
Hacer un masaje cardíaco es una de esas cosas que todos creemos que debemos saber, todos hemos aprendido al menos una vez y casi todos hemos olvidado un par de cafés más tarde. Gracias al ingenio de unos médicos de Illinois, a los Bee Gees, a Vinnie Jones y a la British Heart Foundatio esto ya no tiene que ser así.Si hay una máxima repetida en ciencia es que "un sólo estudio no prueba nada". Lo que si prueban estos artículos es que investigar no es siempre juntar grandes mentes, latinajos polisilábicos y generosos presupuestos para mejorar la vida de nuestros nietos. Con interés y buen hacer también se pueden crear estudios "para mear y no echar ni gota".
Este post participa en la II Edición del Carnaval de Humanidades, alojado por @scariosHR en el blog LEET MI Explain.