Se dice en los mentideros de Internet que un niño bilingüe no tiene por qué empezar a hablar más tarde que otros. Si, pero no, pero casi, casi. No es lo mismo que en tu casa se hable español y catalán que español y urdu, por ejemplo. Cuanto más dispares sean las gramáticas, más difícil se hace descifrar cada idioma. Es un proceso duro, sobre todo los primeros años. No creo que haya ningún padre políglota que, al ver las dificultades por las que pasa su bebé, no se haya planteado alguna vez abandonar.
Ahora que Jueves empieza a parlotear me doy cuenta del curioso funcionamiento de su cerebro. Hace unas semanas la llevé a cama. Su manta tiene dibujos de buhos. Señala y dice "owl". "Muy bien", exclamo orgullosa. "Es un buho, en inglés 'owl'. Qué lista eres." (Aunque para tener un vocabulario de cincuenta palabras podías haberte lanzado con una más útil). Al día siguiente, lo mismo. Después mira mi pijama (que tiene un dibujo del pollino de Winnie Poo) y dice "owl".
-No, cielo, no es un "owl", es un burro.
-Owl
-Buuuurro.
-Owl.
-No, es un...
Y me doy cuenta de lo que ha pasado. "Owl" y "donkey" son muy diferentes, pero "búho" y "burro" no. Ha pensado en español y hablado en inglés.
Otro bicho que lía a los niños que conocen Escocia es este:
El ganado de las Highlands.
Hace un tiempo, un amigo alemán vino de visita con su bebé de año y medio. El crío empezaba a hacer sonidos de animales. Nada más ver la estampa, soltó un rugido leonino. Otra vez, progenitor y cría en onomatopéyico debate. Que no papá, si es peludo, es león.
Cuando saqué esta foto, Jueves no tuvo problema en decir "muuuu" a la primera. Lista como un ajo. Bueno, casi. Ese mismo ruido lo usa con las ovejas. Bicho peludo, "muuuu" al canto. Excepto si es bípedo, entonces lo llama papá.
Pero todo lo anterior es más o menos predecible. La gota que ha colmado mi vaso neuronal vino esta semana. Cada vez que Jueves abre la boca hago lo posible por adivinar si lo que sale es español o inglés. Después viene interpretar la palabra. El otro día me enseña un cuento. Señala un par de dibujos. Uno es "hoose", el otro "boote". Que nadie pierda el tiempo con el diccionario. Son dos palabras en escocés ("casa" y "barco"), una lengua que ni intentamos enseñarle. Eramos pocos y parió la abuela.
Una "hoose" enorme y típicamente escocesa en Pollok Park, Glasgow.
Hola! Me ha gustado esta entrada porque yo estoy en las mismas con mis hijos: aprender a la vez español y búlgaro, que no se parecen en nada, es un lío. Encima ahora le estoy enseñando a la mayor a leer y escribir y viene otro problema: el búlgaro usa alfabeto cirílico! Más lío. Aunque si te sirve, a los 5 años habla los dos idiomas con igual fluidez.
ResponderEliminarNo estamos en las mismas, lo tuyo es considerablemente más difícil. Dentro de lo que cabe, el español y el inglés se parecen. Eso sí, espero que no te pase como a mí y te vengan de la guardería con dialectalismos o lenguas locales. El escocés se parece mucho al inglés, pero a veces aún se me atasca. Como para tener el "enemigo" en casa...
EliminarEl alfabeto cirílico te complicará mucho las cosas, pero a lo mejor a ella le ayuda, porque mantiene las dos lenguas más compartamentadas. A mí me gustaría enseñar a la mía a leer en español, pero al ser las mismas letras con distintos sonidos y reglas tengo que buscar una forma que no la lie.
Bienvenida.
Multiplicación neuronal y creación de nuevas infraestructuras, puentes, conexiones, hubs y hasta secundarias a todo ritmo. Stop. Los de Fomento envidian el desarrollo de redes de Jueves. Stop. Sigan alimentando a esa humana. Stop. Dos lengunas, mejor que una, cinco, mejor que tres. Stop.
ResponderEliminarConocí a un chaval que hablaba catalán, castellano, italiano, alemán y francés. A partir de los doce años, más o menos, dejó de montar frases con palabras de otras lenguas cruzadas.
Envidioso que es uno.
Jueves es afortunada.
Mérito tiene que escribas aunque sea un telegrama en tus circunstancias. ¡Qué te sea leve!
EliminarSi yo me he enterado hace nada que "colo" no es una palabra española (al parecer es "regazo" en gallego), no me extraña que se liase con cuatro lenguas latinas.
Hoy he estado intentando aprender de Jueves a decir "barco" en escocés. Parece fácil, pero ella tenía una cara de "mi madre es tonta" que no esperaba ver al menos hasta dentro de una década.