llámame en tu tristeza
y toma mi mano;
siente mi aliento
y háblame con tus ojos,
que yo estaré cercano.
Andaré tus mismos pasos
y lloraré tus sueños;
cantaré tus versos.
el yermo páramo
y el trigal dorado.
Contigo cruzaré el llano
y subiré la cumbre,
nos bañaremos juntos
en el mar bravo
de la incertidumbre.
Y haré de tu frío
posesión mía
de caricia y lumbre.
enjugaré tu piel
del sudor del camino.
Y en mi abrazo sentirás
el latir común
y el respirar unido;
pues para los dos,
el sino es el mismo.
A veces basta con la hermosura. Delicado poema de amor invernal, que calienta ese desaliento helado de estos días. Opino que, de verdad, el amor nos puede salvar, de ese vacío en el páramo, de esa incertidumbre (que me mata) del mar bravo. Un abrazo.
ResponderEliminarPues sí, Igor. Si sólo me fuera posible rescatar una palabra del poema, esa sería "incertidumbre" : presente, inescrutable; pero incitadora y desafiante; propulsora en el desánimo e implacable en la alegría. "El que está de vuelta de todo es que no ha viajado muy lejos". Siento no poder citar al autor, mi memoria esta hoy de fin de semana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Compartir como un modo de vivir (latir común, respirar unido). Por qué misterio el amor aboca a ello a dos personas: el sino es el mismo. Puede que eso sea todo. Los destinos de dos, el amor los desvía hasta fundirlos en uno. Parece una bobada pero qué fuerza tan colosal para conseguirlo.
ResponderEliminarCompartir como un modo de vivir (latir común, respirar unido). Por qué misterio el amor aboca a ello a dos personas: el sino es el mismo. Puede que eso sea todo. Los destinos de dos, el amor los desvía hasta fundirlos en uno. Parece una bobada pero qué fuerza tan colosal para conseguirlo.
ResponderEliminarEs el vivir tarea que puede acometerse de incontables formas. Las circunstancias (¿el destino?) van trazando caminos que, como imanes, nos llevan en direcciones no pensadas ni estudiadas. Cuando ya el recorrido es largo, parece intuirse con cierta seguridad el final, a sabiendas que éste puede tornarse después de cualquier curva.
ResponderEliminarSaludos Santos.