Gracias a la charca artificial que está junto al trabajo he descubierto una nueva ley natural: que no importa si eres rico o pobre, tu edad, sexo o religión. Ni siquiera importa tu especie porque, seas quién seas...
Siempre es complicado rascarte la espalda.
jajajajaj!!cierto yo creo que por eso hacemos amigos y buscamos pareja...para que nos la rasquen!,o sino bien venida sea una pared.
ResponderEliminarQue gustito más grande!.
No se quiere rascar ,simplemente esta saludando a la camara.
ResponderEliminarNowe: mejor un lápiz o un cepillo.
ResponderEliminarAnónimo: no lo había pensado pero efectivamente, a esa tierna edad tiene sentido que si le piden que mire al pajarito se haga un lío.