Después de tres días de frío intenso y nieblas eternas, hoy fui al trabajo cabizbaja, en una oscuridad que creí continuaría todo el día.
Pero a la hora de comer miré por la ventana y el panorama había cambiado.
El sol fue asomando cada vez más decidido.
¿Cual es la foto real? ¿Cual el reflejo invertido?
Ahora la temperatura ya no es tan baja, no hay niebla y la vuelta a casa se pasó charlando con una vecina sobre lo agradable de caminar entre el olor a leño quemado de las chimeneas y las ventanas decoradas para la Navidad.
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