Los ya mayores oímos reiteradamente que, en la actualidad, a los adolescentes se les da las cosas muy mascadas en casi todo, y también en la enseñanza: libros amenos, medios audiovisuales, laboratorios bien montados, clases de apoyo, ordenador a pie de cama, cómodas bibliotecas, aulas con calefacción, etc. Yo suelo agregar enormes mochilas más pesadas que la ciencia que transportan.
Han mejorado los medios; no obstante, hay carencias importantes que no se corrigen. Se carece de método y capacidad para despertar el interés por el saber, para que la curiosidad sea el aguijón para el descubrimiento, para presentar al estudio como incentivo de una vida más plena y al conocimiento como base para un protagonismo de la propia vida. .
Debemos ser conscientes de que entre lo que se les trata de enseñar y lo que a ellos les gustaría aprender hay una distancia insalvable, de que es menester acercar ambos puntos.
No se les ayuda, creo, disminuyendo el esfuerzo; éste es necesario y formativo, pero no debe ser baldío y origen de decepción y melancolía. Se les exige mucha materia sin poder profundizar en ella, quedando sin comprender el objetivo de una buena parte de la misma. Se les pide un aprendizaje adulterado por la óptica del profesor en forma y contenido: es increíble lo distinta que puede ser una misma asignatura en centros diferentes. El enseñante tiene que estar preparado, personal y profesionalmente, para crear interrogantes en sus pupilos, para educarlos en lugar de instruirlos, para evitar tener un alumnado atestado de datos pero falto de conocimientos, para conducirlo a pensar en lugar de chapar, para que el ánimo sea superior al tedio del aprendizaje, para que lo trabajado hoy sea un estímulo para mañana... Mucho fruto para tan poca simiente.
Es obligado ser autocríticos y admitir la ineptitud de muchos padres, la ineficacia de unas leyes y unos educadores desmotivados y faltos de pedagogía en una proporción estimable.
Así me parece.
Totalmente de acuerdo...Un real viaje a la nada es la escuela de hoy en día...
ResponderEliminarYo también firmo gran parte de lo escrito, especialmente el hecho evidente que recalcas, que "entre lo que se les trata de enseñar y lo que a ellos les gustaría aprender hay una distancia insalvable, que es menester acercar ambos puntos".
ResponderEliminarUna nueva reforma (creo que son 5 en siete años o algo así) para experimentar con algo tan sensible! y se tiene la sensación de que si esta no vale, ... ya haremos otra!.
Patético!
Así te parece... Demián y a mí también. "Mucho fruto para tan poca siemiente" lo resume perfectamente.No quisiera extenderme mucho en esta cuestión que,desde mi forma de ver y mediante mi experiencia, se ha errado mucho. Para empezar en la educación del hogar, para seguir en la educación de las escuelas y para terminar en la educación social a nivel más general. Es muy amplio y complicado el asunto, aunque de verdad que se sacarían puntos de vista estupendos si esto fuera un foro. Pero hay algo que uno no debe perder de vista y es el sentido común coordinado con una cierta coherencia para andar por la vida. Dentro de ahí todo lo que podamos añadir en cuántoa progreso, educación, conocimiento etc. Merece un capítulo aparte el binomio "actitud-aptitud". Después de esos dos vocablos tanto para los enseñante, como para los discentes, como para los padres o tutores y haciendo un buen uso de estas dos palabras, tal vez, algo podría enderazarse en este difícil y cambiante mundo que es el de la educación.No por ello deja de ser apasionante y los que nos dedicamos a ello lo vemos también como un reto del que necesitamos algunos logros. ¡Qué digo algunos, muchos logros! parano caer en una cierta frustración. Y ya sabemos..."el trabajo infructuoso puede llevarnos ala melancolía". Y no hay nada peor que una población mayormente melancólica, tanto en sus educadoresm como en los tutores o padres como en los alumnos. Queremos ver hechos, pero hechos auténticos y no apaños de salir como se pueda... Así no hay objetivo a largo alcance que se pueda lograr. ¿Modelos de sociedad?¿Modelos educativos? ¿Modelos de actuación en los hogares?¿Nuevas leyes de educación para reformar lo que por sentido común debería estar implícito en el ser humano?. Todos estos interrogante y muchísimos más están en las mente de los educadores que se toman su profesión no sólo cómo un medio de ganarse los garbanzos, sino que también es un acto de realización y de intención para el futuro. Para el futuro de esos alumnos, de esa sociedad, de los hijos de esos alumnos y hasta la modificación (cosa difícil) de conductas y hábitos poco saludables y poco coherentes de padres y tutores. Así las cosas, Demián es tarea de todos llevar adelante la educación. Aunque el peso fundamental esté en las destrezas que se van adquiriendo en la etapa infantil y de primaria (fundamental para hábitos, normas y actitudes). Después debería seguir habiendo modelos en los demás alos que el alumno pueda seguir recurriendo para seguyir avanzando por la vida. No olvidemos que el alumno, aunque tenga los mejores medios delante, sigue aprendiendo por imitación. Y claro de "aquellos barros, estos lodos". No me voy a extender más. Da para mucho. Pero si alguien desea ver esta óptica en un foro de debate en que participo y que podría verse desde el punto de vista de la "Las nuevas tecnologías en la educación" le remito a esta página. http://www.aprenderaprogramar.com/foros/index.php?topic=95.0#msg864 No tanto porque yo participe, sino porque se sacan ideas, opiniones y puntos de vista interesantes.Mucho por seguir debatiendo, Demián. Mucho por construir. Mucho por hacer. Un abrazo.
ResponderEliminarMe llama la atención que haya tantas reformas últimamente. Tantos cambios. No sé. ¿No se podría esperar un poco a ver qué sale de cada cambio legislativo?
ResponderEliminarClaro, la educación está compuesta de dos elementos: el alumno y el enseñante. Y las leyes no solo están pensadas para el primero. El segundo, el lado del docente y la estructura que lo soporta, también interviene. Y en este lado a lo que se juega no es tanto a los temas pedagógicos, como a los intereses puros y duros.