La llamada Merchant City de Glasgow es el barrio formado por los edificios de negocios creados por los comerciantes que hicieron a la ciudad la segunda del Imperio Británico hace unos tres de siglos. También incluye el ayuntamiento y su plaza.
Esta zona es quizá la más ostentosa en cuestión de arquitectura, donde abunda la piedra tallada, los techos altos y el neoclasicismo. Ya he mostrado alguna cosilla antes. Por eso, si nos dedicamos a los planos cortos, lo que más abunda son imágenes como esta:
Pero he paseado demasiado por sus calles como para seguir esa senda sin aburrirme.
Hace unos días tuve lo que últimamente considero un rarísimo regalo: tiempo para perder. Coincidió que era en ese barrio, así que me llevé la cámara y me dediqué a disparar a los objetivos que me parecieron más anacrónicos o curiosos.
¿Qué se esconde tras estos barrotes de hierro forjado en una esquina del ayuntamiento?
Entre techos tallados en piedra dorada y bañado por luces halógenas está posiblemente el basurero más glamuroso que he visto.
Siguiendo con el paseo, en el patio trasero de una iglesia me encuentro varias tumbas de lo que supongo son gentes que trabajaron en la zona. Es una pequeña joya para los amantes de lo neogótico pero lo que me ha saltado a la vista ha sido esto:
Se trata de un pasaje de la Biblia en inglés antiguo pero que, tras la evolución del idioma, quien lo lea hoy creerá que es escocés.
Otra cosa que me resultó curiosa fue la tipografía de varias lápidas. Siempre he asociado esta caligrafía a películas e historias de terror, pero en esta visita me quedó claro que en su día fue tan normal como el Times New Roman lo es ahora.
Y ya dejemos la fría piedra. En frente de la misma iglesia hay un aparcamiento con este trabajado mural dedicado a la fauna y flora de la zona:
¿Gusta el barrio? Si es así, parece que el sentimiento es mutuo. ¡Tienes pinta de ser alguien a quien quieren!
Nada como sentirse apreciado. Salvo, quizá, ser entendido. Esta cafetería en Central Station lo intenta:
"Dame café para cambiar las cosas que puedo cambiar y vino para aceptar lo que no pueda", dice. Supongo que el día que estos camareros descubran el carajillo cambiará el mundo.
Unos edificios magníficos. Me acuerdo del increíble Pub que ocupa la sede de un antiguo banco en George Square.
ResponderEliminarLo curioso -y muy típico de la ciudad- es que, si mal no recuerdo, es de una cadena barata.
EliminarPara mi quizá el rincón más decadente (en cuanto a lujo) quizá sea el hotel Corinthian que saco en la primera foto. Lo han reformado por dentro y, al menos los salones de actos, son impresionantes.
Muy guapas las fotos. Mi preferida, por el terrible contraste, la del basurero más glamuroso del mundo. Y vaya si lo es. Me ha encantado el curso de tipografía funeraria, y como bien dices, en su día ese palo de letra con el que hoy abrirías una serie de brujas en blanco y negro debió ser de lo más común.
ResponderEliminarTiempo para perder. Cuando sabes que es un bien escaso, ¡cómo se disfruta!
Y tanto que se disfruta... Además, ni siquiera es lo mismo que el tiempo libre. El tiempo libre se gasta, el perdido se despilfarra. Placeres distintos.
EliminarLa tipografía me chocó no solo por lo corriente que era, también por verla en mensajes personales de cariño, nada lúgubres.
Cuantos secretos escondidos! un recorrido curioso y atractivo con una mirada original y curiosa.
ResponderEliminarSaludos!
Me alegro mucho de que lo disfrutases.
EliminarQué bonita esa galería y qué inadecuado y desaprovechado espacio con todos esos contenedores de basura. Parece una escombrera en vez de un sitio para gozar paseándolo.
ResponderEliminarEsa pizarrita sobre las virtudes del café y el vino no tiene desperdicio. Es como una sonrisa de bienvenida al establecimiento.
Por cierto que pensaba que por aquellos lugares no se estilaba el vino, sino la cerveza o el whisky. Precisamente, hace unos días la radio decía que han dado el premio del mejor whisky del mundo a uno nipón. Lo que en Escocia no había caído bien. El orgullo se había sentido herido, comentaban. Aunque los escoceses no deberían sentirse así por la competencia de los japoneses, sobre todo después de ver cómo tocan flamenco.
Más que galería es un callejón de los varios que atraviesan el ayuntamiento. El estilo arquitectónico en algunos edificios de Glasgow es tan decadente que no me sorprendería que hubiese más rincones así. En la Universidad, por ejemplo.
EliminarLa cafetería esa es simpática. Otro día el cartel estaba a un lado de la puerta y sólo ponía:
<-- Tarta
No Tarta-->
Beben bastante vino, aunque no tanto con la comida como nosotros. Les gusta a palo seco. Pedir una copa de blanco es muy femenino. Quizá sea influencia de las películas de Hollywood.
tenemos que darte tiempo que perder más a menudo, me ha gustado muchísimo esta entrada
ResponderEliminarpero bueno, soy tu fanS, así que eso no es novedad.
Muchas gracias. No diría que no a ese regalo...
Eliminar¡Qué fotos tan bonitas! Me encanta la Merchant City... me encanta perderme por Glasgow.
ResponderEliminarÚltimamente la climatología no ayuda nada, pero también está la opción de sentarse en una cafetería a ver la vida pasar, sobre todo con la calle tan llena de gente por los festejos.
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