18 enero 2014

Helados y amantes

Hace unos días comentaba con colegas el escarceo amoroso del presidente Hollande ¿Cómo un tipo tan vulgar seduce a una actriz joven y agraciada? "La erótica del poder". "Es un gran orador". Ya, pero seguro que también hay poderosos delgados y con todo el pelo. Incluso solteros y dispuestos a compartir su vida sin prodigarse tanto. En fin. Cháchara intrascendente, puzzle para bajar el café y seguir produciendo...

Salgo del trabajo. Me meto en el metro con una colegiala enfundada en el horrible uniforme verde de los Jesuitas. Me recuerda una historia...

Era verano. Una chica con la falda plisada y jersey de pico que distingue a los colegios pijos coruñeses va a un bar de pueblo a pedir un bombón almendrado. La camarera, treintañera resabiada, le pregunta si son ochenta pesetas.

- No, el de ochenta es el bombón de nata. El almendrado son ochenta y cinco.

La camarera contesta con una mueca que sólo ella cree que camufla su desprecio. Niña tonta. No sabe lo que es la vida. La chica da las gracias, sonríe como si no se diese cuenta, paga el precio justo y se va.

Unos días más tarde, se repite el encuentro.

-Ochenta pesetas ¿Verdad?

-Si.

Vuelve el gesto de desprecio de la camarera. Vuelve la sonrisa de la niña, ahora por distinto motivo.

La situación se repite durante todo el verano. ¿Ochenta pesetas? Sí, claro. La niña hasta se ofrece a ir a por helados para sus amigos porque "a ella le hacen descuento"...


Vuelvo a la realidad del vagón de metro. Periódico gratuito abandonado. Otra vez, la imagen de Hollande y su amante.

Tipo astuto... Ochenta pesetas... ¿Y si en esta historia el listo tampoco fuese quien parece?

10 comentarios:

  1. Brillante! debe ser un tipo muy muy listo en el ars amandi, y ha explotado sus habilidades, lo cual es lógico.

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    1. Te voy a pedir un favor muy grande. Si tienes tiempo ¿me podrías decir qué has entendido en este artículo? Hay otra persona que también ha tenido dificultades y me gustaría saber dónde metí la gamba.

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  2. Monsieur le Président n'est pas le même que Monsieur Hollande.

    Quizás sirva también aquello de: ¡El Rey ha muerto!, ¡Viva el Rey!.

    Por curiosidad, intentar ver la portada de CHARLIE HEBDO. No consigo incorporar aquí la imagen.

    Un saludo.

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    1. A quien Porto le de datos, San Gugel se los encuentre. Muy acertada la viñeta.

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  3. Lo leí hace días y entendido el significado de la anécdota de la muchacha que compra helados. Entiendo que la comparas con la amante de Hollande, pero la anécdota concreta se me escapó.
    Pobre Hollande. Que malo es sentirse que estás más allá del bien y del mal. La mujer joven y agraciada ya tiene la vida solucionada, pero si se le ocurre sacar un libro titulado "Hollande y yo", le pagará la vida hasta a sus nietos/as. Ella es la que gana, el tonto es el que pierde. ¿Presidente? Por favor, ya debería haberse marchado a casa.
    Saludos.

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  4. Muchas gracias. Eso significa que el fallo no está donde yo creía, con lo que valoro el comentario aún más. No sé si será que los precios real y creído son semejantes.

    Lo que sí me gusta de todo esto es la separación entre vida personal y profesional, la antítesis de la política norteamericana.

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  5. Nunca sabemos qué puede haber después de romances de ese estilo. Pero, efectivamente, no creo que nada sea gratuito ni que la actriz sea muy tonta :)

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  6. Últimamente a la presidencia francesa la tengo asociada con el espectáculo extrapolítico. De las ideas he pasado a los hígados.
    Pero no sé si lo que están vendiendo es el helado propiamente. O solo el cucurucho, bajo el cual meten helado de hiel.

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