No he podido empezar el año con buen pie. Ha sido entrar en Twitter y ponerme de mal humor. Esta tarde era tema de conversación #DerechoaVolver, unido al vídeo que sigue.
Llevo casi veinte años fuera de España, así que estas declaraciones me tocan de cerca. Porque me duele la visión simplista y el el uso demagógico que en ellas se hace de la emigración.
A mi no me ha echado el gobierno de Rajoy. Ni a mi, ni a esta chica, ni los millones de españoles que vivimos fuera de nuestro país. Me limitaré a contar la historia desde que me toca, aunque la cosa venga de mucho más atrás.
Como decía, a mi no me echó este gobierno. Cuando terminé COU, me fui porque se había votado que lo ideal era que todo el mundo tuviese derecho a ir a la universidad en zapatillas de casa. Se abrieron tantas facultades que para llenarlas se recurrió a personas que, de no haber tenido contactos, jamás hubiesen sido docentes. A nadie importó que, por ejemplo, en la Universidad de La Coruña al menos uno de los enseñantes fuese contratado a pesar de haber perdido su licencia de ejercer. Escapé de lo que prometía volverse en un mercado con exceso de títulos y falta de profesionales.
Principios de siglo. Plena bonanza económica. Con carrera de alta demanda e inglés fluido pensé en volver. Me encontré con que el papeleo era mayor que para emigrar a Australia. Aún así, un jefe me dijo que "algo se podría hacer", insinuando que fuera preparando el Chivas y el cinco jotas. La mayoría de mis amigos seguían repitiendo cursos. Los afortunados malvivían de becarios. Nadie hizo nada por ellos. ¡Que dejasen los estudios y se fuesen a poner ladrillos! O que se metiesen en política, donde se robaba impunemente. El alcalde de mi municipio -uno de tantos- fue condenado a dos años de inhabilitación por prevaricar. Es conocido su cariño a los sobres marrones. Al acabar la condena, fue reelegido por la acostumbrada mayoría.
Postgrado. Había oído hablar de las becas Ramón y Cajal, propuestas por un gobierno socialista para investigadores que quieren volver. Un amigo bien conectado me avisa de lo que años más tarde (con gobierno conservador) saltaría a los medios: que nadie pensó nunca en cumplir la promesa de contrato fijo después de la beca. Decenas de científicos en la estacada. ¿Y qué?
Por entonces también oí el nulo interés de mi colectivo por homologarse con resto de profesiones sanitarias europeas. Según alguien cercano al comité, eran los residentes (los jóvenes que tienen la carrera acabada pero no pueden ejercer en un hospital sin supervisión de un adjunto) los más interesados en poner trabas, para que no les redujesen la posibilidad de elección de plaza al acabar. Por entonces, el mayor exponente de nuestra profesión en el extranjero intentó volver. Hoy considera jubilarse en Escandinavia.
A esto siguieron otras historias. Preguntas amañadas en oposiciones que nadie denuncia porque "algún día me beneficiará a mí", intento anticonstitucional de robar el voto a los emigrantes apoyado por una gran parte de la población, elección por mayoría absoluta de un partido sin programa electoral claro y con un líder que durante ocho años en la oposición no había dado palo al agua, convocatorias de huelgas generales seguidas por cuatro gatos... Ni siquiera los que nos fuimos nos libramos porque, si hoy los políticos dicen que lo hicimos por aventura ha sido en parte por la imagen que dimos. No eramos "emigrantes " (palabra asociada a gente pobre sin estudios ¡Qué vergüenza!), eramos "expatriados" o "cerebros fugados". Incluso en este vídeo se refieren a la chica como "exiliada".
No, no nos ha echado Rajoy. Nuestro país es hermoso, fértil, afable, creativo como ninguno, pero no es perfecto. ¿#DerechoaVolver? Todos lo hemos tenido y todos lo tenemos pero, como todo en esta vida, será a un precio y ese precio no ha cambiado en, literalmente, siglos. Un coste puesto por "la mayoría silenciosa".
Tienes toda la razón, yo vivo aquí sabiendo que mis oportunidades laborales serían mucho mayores en otro contexto y otras circunstancias, pero si elijo quedarme es por algo que compensa el vacío en mi CV, mi añoranza y mi soledad, cuánta responsabilidad sobre un solo hombre!
ResponderEliminarEn fin, sé que siempre podré ejercer mi #DerechoaVolver, con sus ventajas y sus inconvenientes, mientras tanto, tengo la esperanza en que alguna vez a mí también me considerarán expatriada y no inmigrante.
Feliz año, Miércoles & family, a pesar del comienzo malalechoso.
Lo de que te consideren "expatriada", es cuestión de que te pongas a ello. Hasta puedes ser "cerebro fugado". Si alguien te llama otra cosa, le corriges. Sólo es un nombre. Otra cosa son los prejuicios a los que se te somete al haber venido de América, eso ya es harina de otro (estúpido) costal. Claro que es una forma rápida de identificar a gente que no merece la pena.
EliminarEn fin, empecemos a cambiar el mundo. De ahora en adelante, si alguien saca el tema, para mi eres cerebro fugado.
Lo que comentas de que los residentes de radiofísica ponían trabas para homologar títulos extranjeros no lo puedo desmentir ni confirmar, pues nunca he tenido relación con la comisión de la especialidad, pero dudo que los requisitos o los papeleos que pidieran fueran mucho mayores que los que pide Reino Unido a los extranjeros para ejercer en hospitales británicos.
ResponderEliminarEn cuanto al a "el máximo exponente de nuestra profesión en el extranjero", es famoso el rebote que se pilló porque en un primer momento no le dieron el título de especialista en radiofísica hospitalaria, aunque he oído tantas versiones de la historia que no sé exactamente cuál será la verdadera. En cualquier caso no creo que tuviera intención real de trabajar como radiofísico hospitalario en España, por entonces ya era catedrático y tenía un nombre a nivel internacional, no le veo yo rebajándose a hacer trabajo de hospital. Si es cierto que quiso volver, imagino que sería para trabajar en la universidad, y en ese caso habría que saber qué condiciones buscaba o exigía para volver, pero efectivamente la universidad española tiene un gran problema de endogamia, amiguismo y burocracia.
Lo de los residentes tiene más valor anecdótico que otra cosa. Si hubiese un interés general, su opinión no contaría.
EliminarComo mi título de RF no es británico y tengo conocidos desperdigados, hablo con conocimiento de causa: volver a España con un título comunitario exige mucho más papeleo, tiempo y dinero que emigrar a Reino Unido, Irlanda, Portugal, Grecia, Malta antes de anexionarse al la UE y Australia o Nueva Zelanda incluyendo la solicitud de visado. Para que te hagas una idea del cachondeo, la última vez que pregunté los requisitos me dijeron "danos todo lo que tengas y ya te diremos lo que te falta". Más detalles no voy a dar porque, como digo, cada país tiene sus cosas y cada vez que menciono algo bueno del RU sale un anónimo que sólo ve lo positivo, me da trabajo con preguntas chorras y más tarde desaparece cuando descubre los inconvenientes de la emigración (como por ejemplo, que un compañero aquí no me sacaría la sonrisa tan fácilmente como ver tu firma antes de que Blogger la liase).
En cuanto a tu tocayo ¿Importa lo que quisiese hacer con el título?¿Importa el motivo de que no le homologasen? Como curiosidad, creo que tengo una idea de lo que ocurrió y de nuevo la comisión sólo era parte del problema.
Miércoles. Alucino. Alucino. Tú, en tu momento, pensaste, analizaste y tomaste una decisión. Yo no pensé nada... Pero no me fui. Ya sabía lo que me iba a encontrar tras licenciarme en Periodismo, muy poquita cosa. Me adapté, cambié de profesión. Ahora, con el cambio de fondo/crisi, es como volver a empezar. Sé lo que hay, que es poco, y me quedo. Ahora sí que lo he pensado y tomado una decisión. Pienso que, una vez pasada la adolescencia, no puedes culpar a tus padres, al gobierno, a estado de las cosas de tus limitaciones, frustraciones o no recompensas.
ResponderEliminarEsto, me parece, es muy usual en estas latitudes. Hay que salir ahí fuera, aunque sólo sea por el bocata de chorizo.
Saludos.
A la calle, me refería con lo de "ahí fuera", no al extranjero, que también...
ResponderEliminarIgor, obviamente todo aquello a mi sola no se me ocurría. La emigración fue mi solución, pero la visión de la educación y el futuro que podía implicar fue una idea meditada durante tiempo por familia y entorno.
EliminarEntendí lo que decías de "ahí fuera", aunque la distancia ya depende de cada uno. Por ejemplo, si esta chica, como dice, cree realmente que no tomarse los turrones en familia porque estás trabajando es una desgracia, necesita una temporadita más "muy" fuera.
Qué palabras más bien dichas. Es lo que pienso sobre la universidad, tras haber visto bastantes cosas vergonzosas en la(s) carrera(s). Y yo soy la primera que sin beca no hubiera llegado a nada la primera vez que estudié. Pero también he visto a muchos/as que han estudiado porque sus padres querían y ahora tienen el título de la carrera guardado por ahí, mientras trabajan de teleoperador, cajero, o mecánico en el mejor de los casos (porque hayan estudiado después eso).
ResponderEliminar¿Por qué tenía este blog yo sin leer?
Supongo que nos tenías sin leer por insomnio ;-)
EliminarSupongo que parte del problema fue que cuando sucedió la gran expansión los que entraron en la universidad eran hijos de gente que habían crecido con la idea de que los titulados eran élite y que, como tal, tendrían el futuro resuelto. Inculcaron esa creencia a sus hijos sin cuestionarla. Ahora el problema es el contrario: creer que la educación no obligatoria también es un derecho aunque, como bien sugieres, si se le da a la persona equivocada, no es más que una pérdida de su tiempo y nuestros impuestos.
O sea que la culpa es de la gente? Anda ya! Entonces a quien le vamos a echar la culpa? Porque lo que estás diciendo es que el problema no es sólo este gobierno sino también todos los precedentes. Así que la culpa de quien es, de todos nosotros? Al final acabarás dciendo que la mayoría no ve que haya ningún problema. Pero la verdad es que yo me tuve que comer las uvas lejos de la familia. Exijo que me digas quien tiene la culpa para que pueda concentrar en él o ella todo mi odio, los Jueves, de 10 a 11.
ResponderEliminarIba a decirte que, si mi vas a seguir tan ciegamente, descargues tu odio con la bruja de mi vecina. Te iba a animar incluso para que ampliases horario. Pero no he podido. Ha sido leer que has tomado las uvas lejos de la familia y la magnitud de tu tragedia me ha desbordado hasta tal punto que las lágrimas nublan mi vista y no sé cuanto aguantará la toalla mi torrente de mocos. Ahora me ha dado el hipo. Pobrecito mio...
EliminarYo no se que decir, salvo que irte en COU es muy valiente y visionario. Yo me iba, pero solo los veranos. Ya hablaba ingles, pero nunca hasta plantearme eso!. Finalmente lo hice hace tres, pero ahora toca el momento de decidir donde me asiento, creo después de decidir irte y estar un tiempo, el momento mas duro.
ResponderEliminarAlgún consejo?
Algún día, se mirara el conocimiento como algo valioso en todas sus magnitudes, incluido el de disciplinas humanísticas. A día de hoy, estamos en era de cientifismo.
Perdón si divago, es tarde. Tomar decisiones no es fácil :) por algo dicen quita el sueño ;)
un beso Miercoles
En generaciones anteriores era muy normal emigrar a la vendimia o a limpiar baños en Suiza. Ir a una residencia universitaria no me pareció un salto tan grande. De hecho en mi curso fui una de tres que lo hicimos y al llegar a la universidad conocí a otras tres españolas. Supongo que depende del ambiente en que creces.
EliminarEn cuanto a decidir dónde te asientas, no es una gran decisión. Es reversible. Si no te convence el resultado, cambias otra vez. No merece quitarte el sueño :-)
Personalmente, creo que nunca se ha valorado el conocimiento humanístico tanto como ahora (se usa mucho en la industria del entretenimiento, nunca antes hemos tenido una sociedad tan amante del litigio ni se han vendido tantos libros o leído tanta variedad de prensa). El problema es que la capacidad de adquirirlo es también muy común, con lo que la competencia para destacar es más que antes.
Hola Miércoles! Hace semanas que no me llegaban las actualizaciones de tu blog y lo atribuí a unas vacaciones blogueras. Me alegro de que sigas por aquí.
ResponderEliminarSobre el post me temo que no puedo aportar nada útil porque no entiendo mucho del tema, pero he aprendido cosas tanto del post como de los comentarios. ¡Un saludo!
Las vacaciones no me vendrían mal, no...
Eliminar¿Cómo es que no entiendes del tema? Si al final sólo es pura charla de bar de cómo está España.:-)
Buenos días:
ResponderEliminarComo siempre, todo muy claro. Por ahí, parece que el aire está mucho menos contaminado.
Un saludo.
Hombre, feliz año :-)
EliminarNo sé, quizá no sea el aire, quizá sólo sea el ángulo desde donde se mira.
Nuestro mercado laboral no tiene nada que ver con el número de personas que somos. Sobramos. Y si hace años también, ahora aún más. La esperanza es que, resulte tan barata la mano de obra que, cual hermanitas de la caridad, vengan las multinacionales a arraigar industrias. Porque de aquí, por nuestra parte, no parece que salga nada.
ResponderEliminarEl tren del progreso lo hemos perdido, como ha sucedido una y otra vez desde... Buf, iba a decir los RRCC con sus masivas exportaciones de vellones a los industriosos flamencos, ignorando a los industriosos de aquí.
Efectivamente. Desde que el Euro nos ha fastidiado la opción a devaluar la moneda, esa es la "salida" que nos queda.
EliminarLo bueno es que con una sociedad cada vez más globalizada, cada vez importa menos quién conduce ese tren del progreso. Cada vez hay más oportunidades de que como individuos contribuyamos a su funcionamiento, aunque no sea desde el país que nos vio nacer.