Menos mal que el solsticio de invierno ya paso, porque sigo en estado semicatatónico.
Hace unos días mi cabeza se planto en huelga de mínimos, así que me fui a los técnicos y les quite del escritorio el trabajo más monótono que tenían, pasar las imágenes de los pacientes del TAC donde fueron tomadas al ordenador donde se va a diseñar su tratamiento de radioterapia y, una vez en él, delinear los órganos más sensibles. Lo de delinear órganos de riesgo me recuerda mucho a esos libros de colorear para adultos que tan de moda están últimamente. Para mi, después de años de practica, es relajante y algo que se puede hacer sin pensar. Pero abro el TAC de uno de los pacientes de pinta y colorea y tiene un aspecto muy raro. Voy al cajón donde se guardan los historiales. Efectivamente, leyendo sus notas se ve como es posible que sobreviva, pero también que esta persona daría todo lo que tiene por que un tumor maligno fuese su único problema. El médico que documenta la historia ha sumado a la cascada de tecnicismos de siempre palabras de compasión y se ve que hace un gran esfuerzo por mejorar la vida del paciente con algo más que la eliminación de la enfermedad. Sentí un nudo en la garganta. Empezó a costarme respirar. Primero fue por lo que leía, después, por algo peor. Sorpresa. Sorpresa de darme cuenta que llevaba meses, quizá años, sin pensar en mi trabajo más que como una responsabilidad, papeles que cubrir o, en los mejores días, un puzzle a resolver. Después de un largo invierno denunciando que mis antiguos gestores habían matado su vocación a golpe de hojas de calculo y bases de datos, descubrí que la mía había estado en coma. El despertar dolió, como solo puede doler sentirse vivo.
Supongo que ahora toca comentar si encontronazos con la vida como este nos hacen mejores profesionales. El tópico es que sí, pero creo que depende de las circunstancias. Te hace más consciente, más preocupado y, por extensión, más lento. En tiempos de bonanza no es problema pero, si los pacientes se multiplican y los profesionales se restan, si la calidad se tiene que sacrificar en pro de la cantidad, el corazón puede ser un lastre.
En fin. Felices fiestas. O no. Hay cosas mucho peores que la tristeza.
28 diciembre 2015
12 diciembre 2015
Todo es bajo en las Tierras Altas
Mi nueva casa está a 270 km de Glasgow. Por poner las cosas en perspectiva, en Coruña conduces eso y acabas en la frontera con Portugal o en Gijón, según por dónde tires. Desde Barcelona acabas en Carcassonne, Huesca o Castellón de la Plana. Sal de Madrid y llegas a Burgos o Albacete con algo de cambio en el cuentakilómetros. En resumen, la distancia es suficiente para ver un cambio claro.
Desde el comienzo del invierno (marcado por un vendaval que de un golpe dejó los árboles sin hojas), toda la familia hemos sentido la llamada de las matas, o la imperiosa necesidad de no salir de la cama hasta Febrero por lo menos.
Para mí, lo peor de Diciembre no son las bajas temperaturas (aún no hemos visto temperaturas negativas) o que a las tres y media sea de noche. Las fotos que muestro fueron sacadas a mediodía. El solo está tan bajo que parece a punto de ponerse. Las flechas señalan al sol.
Haga buen tiempo o no, vivimos en un anochecer continuo. La lluvia no se evapora, la gente no se despierta y mi reloj de pulsera solar se recarga con la lámpara de la mesilla de noche. Mientras que más al sur pedimos jornadas cortas en verano prometiendo recuperar la productividad en los meses fríos, en las Highlands el sueño es echarse a dormir hasta que el sol vuelva a ponerse a las once de la noche.
No sólo los días son más pequeños que en la cálida Glasgow, la gente también. En contra del tópico de que los europeos del norte son todos torres, llegar a las Highlands ha supuesto que, por primera vez en dos décadas, no me sienta pequeña. Además no es sólo mi impresión. Algo que nunca ha faltado en mis trabajos ha sido un viejo barómetro de pared. Antiguo y coñazo, pero tan sólido que ni en la era digital se tira. Para leerlo hay que poner los ojos a la altura de una gotita de mercurio, así que suele colgarse con ésta a la altura del trabajador medio (o del jefe). En mis destinos anteriores he sufrido el choteo de mis compañeros cada vez que leía el trasto subida a una banqueta. Aquí no hay en qué subirse, ni hace falta.
Otro cambio que he notado es que la gente aparenta más joven. En mi primera salida al pub con los compañeros de trabajo las pintas dieron paso a las preguntas indiscretas. Una compañera de Londres se puso a calcular a ojo las edades de los asistentes. Yo coincidía en silencio con sus impresiones. Siempre fallamos en al menos seis años. Supongo que la falta de sol retrasará las arrugas, pero lo que ya no veo es por qué nadie (ahora ni siquiera yo) tienen bolsas bajo los ojos.
Finalmente, aunque siendo española me he acostumbrado en seguida, al venir de Glasgow he notado que donde faltan estatura y arrugas sobran palabrotas.
En fin. También hay diferencias en la arquitectura, el idioma o la comida, pero por hoy ya llega. Las mantas me reclaman. Al menos se acerca el solsticio de Invierno.
Desde el comienzo del invierno (marcado por un vendaval que de un golpe dejó los árboles sin hojas), toda la familia hemos sentido la llamada de las matas, o la imperiosa necesidad de no salir de la cama hasta Febrero por lo menos.
Para mí, lo peor de Diciembre no son las bajas temperaturas (aún no hemos visto temperaturas negativas) o que a las tres y media sea de noche. Las fotos que muestro fueron sacadas a mediodía. El solo está tan bajo que parece a punto de ponerse. Las flechas señalan al sol.
Haga buen tiempo o no, vivimos en un anochecer continuo. La lluvia no se evapora, la gente no se despierta y mi reloj de pulsera solar se recarga con la lámpara de la mesilla de noche. Mientras que más al sur pedimos jornadas cortas en verano prometiendo recuperar la productividad en los meses fríos, en las Highlands el sueño es echarse a dormir hasta que el sol vuelva a ponerse a las once de la noche.
Barómetro |
Otro cambio que he notado es que la gente aparenta más joven. En mi primera salida al pub con los compañeros de trabajo las pintas dieron paso a las preguntas indiscretas. Una compañera de Londres se puso a calcular a ojo las edades de los asistentes. Yo coincidía en silencio con sus impresiones. Siempre fallamos en al menos seis años. Supongo que la falta de sol retrasará las arrugas, pero lo que ya no veo es por qué nadie (ahora ni siquiera yo) tienen bolsas bajo los ojos.
Finalmente, aunque siendo española me he acostumbrado en seguida, al venir de Glasgow he notado que donde faltan estatura y arrugas sobran palabrotas.
En fin. También hay diferencias en la arquitectura, el idioma o la comida, pero por hoy ya llega. Las mantas me reclaman. Al menos se acerca el solsticio de Invierno.
02 diciembre 2015
Escribir, escribir, escribir
Los modernos occidentales nos creamos necesidades. O eso se dice ¿Será eso lo que me ha ocurrido?
Hace una década me di cuenta de que de que se me estaba oxidando el castellano. Empecé a bloguear. El estilo y los temas fueron cambiando. Hace unos meses cambiaron las circunstancias.
Mi situación en el trabajo era irracional y espectacular a partes iguales. Conforme los más espabilados ponían pies en polvorosa, yo seguía a pie de obra, esperando mi momento. Para sobrellevar el internamiento escribía una carta semanal a los exiliados donde freía a los responsables en salsa agridulce. Se llamaba "La gaceta del yu-yu". Tenía pocos lectores, pero muy devotos. Decía cosas como...
Hace dos meses que llegué a las Highlands. Ya no hay gaceta del yu-yu. Pensé que a estas alturas habría vuelto a mis viejos hábitos, pero nada. Ni una línea en un mes.
Ahora son mis libretas de trabajo las que se llenan de lo que raya la escritura automática. Páginas y páginas de ideas que mi maltrecho cerebro se niega a dejar escapar. Esta mañana abrí una y me encontré algo así:
Escribir, escribir, escribir. Parece que me he creado una necesidad.
Hace una década me di cuenta de que de que se me estaba oxidando el castellano. Empecé a bloguear. El estilo y los temas fueron cambiando. Hace unos meses cambiaron las circunstancias.
Mi situación en el trabajo era irracional y espectacular a partes iguales. Conforme los más espabilados ponían pies en polvorosa, yo seguía a pie de obra, esperando mi momento. Para sobrellevar el internamiento escribía una carta semanal a los exiliados donde freía a los responsables en salsa agridulce. Se llamaba "La gaceta del yu-yu". Tenía pocos lectores, pero muy devotos. Decía cosas como...
Hace dos meses que llegué a las Highlands. Ya no hay gaceta del yu-yu. Pensé que a estas alturas habría vuelto a mis viejos hábitos, pero nada. Ni una línea en un mes.
Ahora son mis libretas de trabajo las que se llenan de lo que raya la escritura automática. Páginas y páginas de ideas que mi maltrecho cerebro se niega a dejar escapar. Esta mañana abrí una y me encontré algo así:
Escribir, escribir, escribir. Parece que me he creado una necesidad.
15 noviembre 2015
Están tocando a muerto
Están
tocando a muerto las campanas
allá
donde duermen esperanzas.
Y
tocan a muerto las campanas,
aquí
donde ya no quedan ansias.
Cubre
la noche las fosas con sus estrellas apagadas.
Caminan
los hombres con la cabeza gacha
y
la congoja de quienes tienen negada el
alba.
Llega
volando una paloma portando en su pico
una
rama que en páramo abierto, y con fe, clava.
Y
allí la deja al albur del viento, el sol y el agua.
06 noviembre 2015
Canciones de Hierro
Este es un libro de poesía escrito mirando a los
lados, dice su autor en la introducción a su libro CANCIONES DE HIERRO.
Lluís Viñas, a pesar de su juventud, con el seudónimo de Igor Kutuzov, ya ha publicado otro
libro de poemas, uno de relatos y dos novelas, que yo conozca. Lo sigo desde hace más de un lustro en su
blog Antigua Vamurta con el mismo calor que amor él le entrega a la literatura;
admirando su esfuerzo, su buena tecla y su ánimo.
La vocación de escritor en Viñas (Igor) es palmaria.
Canciones de Hierro me ayudó a descubrir recovecos otrora
desapercibidos, imágenes cubiertas por la sombra del tiempo, sentimientos deformados
por la reiteración…
Los 41 poemas del libro son, a mi entender, la obra de un
escrutador meticuloso que con sus versos
crea la circundante arquitectura de su mundo: elegante, original y
carente de adornos.
Pero el propio autor lo explica todo en su blog, del que
pongo aquí el enlace.
01 noviembre 2015
Highland Halloween
Si hace diez años me hubiese visto en esta esquina del mundo, quizá hubiese querido darme cabezazos contra la pared. Aún no sé si dentro de un tiempo no acabaré haciéndolo. De momento, mi impresión es que las Highlands tienen mucho que ofrecer a los niños y con eso me conformo.
Ayer fue Halloween y llevamos a Jueves a una fiesta en las Ness Islands, un parque semi salvaje situado entre dos islas conectadas en el río Ness.
Esta celebración es parte del Festival de Invierno de las Highlands, que engloba Halloween, la noche de Guy Fawkes, el encendido de las luces de Navidad y Año Nuevo.
La fiesta es una mezcla de luces, música y lo que se les ocurra a los grupos de teatro de la zona. Este año el hilo argumental era la leyenda de Sleepy Hollow y el jinete sin cabeza.
Ir a las islas es gratis y se estima que unas diez mil personas lo hacen cada año.
Aunque había mucha gente, el paseo guiado se hizo ameno. Los artistas consiguieron recrear escenarios de terror sin asustar a los más pequeños (había niños en carritos).
Una buena parte de quienes asistimos añadimos al ambiente nuestros propios disfraces.
Las fotos representan más o menos la mitad de las atracciones.
Definitivamente, una experiencia a repetir, con o sin niños.
Ayer fue Halloween y llevamos a Jueves a una fiesta en las Ness Islands, un parque semi salvaje situado entre dos islas conectadas en el río Ness.
Sleepy Hollow |
La fiesta es una mezcla de luces, música y lo que se les ocurra a los grupos de teatro de la zona. Este año el hilo argumental era la leyenda de Sleepy Hollow y el jinete sin cabeza.
Ir a las islas es gratis y se estima que unas diez mil personas lo hacen cada año.
Foto sacada por Jueves |
Actor saludando a unos visitantes. |
Las fotos representan más o menos la mitad de las atracciones.
Definitivamente, una experiencia a repetir, con o sin niños.
30 octubre 2015
Anhelos
18 octubre 2015
Tránsito
Es el otoño tiempo de nostalgia. He destilado la mía: un poquito en cada verso.
y rienda corta
cabalga mi adolescencia.
Cuando la sangre
como río suena,
cuando siempre es primavera,
cuando una guitarra
inflama tus venas,
cuando, como lanza que
en el corazón se espeta,
el amor llega.
(a trancas y barrancas)
rueda la manilla en la esfera…
y lo que era creciente
se llena, se mengua y
en nada se queda:
oscura, desapasionada…
con débil fragancia y voz calma.
Muchas noches tercas,
alguna mañana agria,
irrepetible sucesión de
monótona constancia.
de abonar recuerdos;
cargadas las espaldas de
vacíos llenos de anhelos y
latidos de corazones yertos.
Y a la sombra del árbol, que
joven rama como yo era,
alzo mis ojos al cielo y
clamo en silencio a la tierra.
Han pasado los sesenta…
y rienda corta
cabalga mi adolescencia.
Cuando la sangre
como río suena,
cuando siempre es primavera,
cuando una guitarra
inflama tus venas,
cuando, como lanza que
en el corazón se espeta,
el amor llega.
Y a remolque del reloj
entre bellos poemas y duras
piedras(a trancas y barrancas)
rueda la manilla en la esfera…
y lo que era creciente
se llena, se mengua y
en nada se queda:
oscura, desapasionada…
con débil fragancia y voz calma.
Mil noches gira la luna y
mil noches trae el sol la mañana.Muchas noches tercas,
alguna mañana agria,
irrepetible sucesión de
monótona constancia.
Hoy, heridas tengo las manos
de hoyar la tierra,de abonar recuerdos;
cargadas las espaldas de
vacíos llenos de anhelos y
latidos de corazones yertos.
Y a la sombra del árbol, que
joven rama como yo era,
alzo mis ojos al cielo y
clamo en silencio a la tierra.
09 octubre 2015
Y no estaba muerta, no, no, que estaba cargando cajas.
Últimamente mi ritmo de publicación en el blog ha bajado sin prisa ni pausa hasta niveles comatosos. Ha sido fruto de una larga y cansada aventura que ha terminado con mis huesos y los del resto de mi clan cazando auroras boreales por la ventana de un nuevo hogar en las Highlands de Escocia.
Aun no entiendo cómo hemos acabado aquí. La sensación es que de una gran garra nos ha llevado de un lugar a otro sin apenas decidir.
Cuando recupere las fuerzas y yo misma lo entienda, intentaré contar cómo ocurrió esta repentina despedida de Glasgow, la ciudad que fue hogar lejos de mi hogar durante casi una década. También iré descubriendo si soy capaz de ser feliz cambiando metro por zapatillas, avenidas de álamos por jardines con frutales, teatros y cines por parques naturales, el gran oncológico por el pequeño hospital rural y descubriendo a nuevas gentes mientras me aferro con todas mis redes sociales a quienes llegué a conocer y querer como si fuesen familia.
Ahora sólo espero limpiar el olor a maleta de mi piel, el de viejo inquilino a mi nueva casa y descansar.
Aun no entiendo cómo hemos acabado aquí. La sensación es que de una gran garra nos ha llevado de un lugar a otro sin apenas decidir.
Cuando recupere las fuerzas y yo misma lo entienda, intentaré contar cómo ocurrió esta repentina despedida de Glasgow, la ciudad que fue hogar lejos de mi hogar durante casi una década. También iré descubriendo si soy capaz de ser feliz cambiando metro por zapatillas, avenidas de álamos por jardines con frutales, teatros y cines por parques naturales, el gran oncológico por el pequeño hospital rural y descubriendo a nuevas gentes mientras me aferro con todas mis redes sociales a quienes llegué a conocer y querer como si fuesen familia.
Ahora sólo espero limpiar el olor a maleta de mi piel, el de viejo inquilino a mi nueva casa y descansar.
04 octubre 2015
Televisión y libros
Pasan semanas sin que encienda el televisor. Hoy, domingo
día 4, ya estaba en el sofá delante del trasto cinco minutos antes de la una de
la tarde para ver la primera entrega del programa Libros con uasabi, en La 2 de
tve.
Hace años que televisión y libros no hacen buen maridaje… casi parecen antagonistas: los que leen
libros no ven la tele y los que la ven, no leen libros. Este programa puede
acercar los unos a los otros: no tiene nada de sesudo y sí mucho de formativo,
con un esqueleto sencillo y de grácil desarrollo. No sólo es de interés lo qué
en él se dice, también –y para mí, más importante-
la capacidad de inducir a la persona curiosa a satisfacer interrogantes suscitados
por lo que está viendo: autores, títulos, opiniones, etc. Llanamente: gusto por
la lectura.
El jefe del cotarro es Fernando Sánchez Dragó, que se
auxilia de Ayanta Barilli, Anna Grau y María Pedroviejo. La invitada de este
primer programa es Mirena Busquet. A quien alguno de estos nombres le incomode le
propongo que reparare en todo lo que nos privan los prejuicios; a quien suene desconocido este pequeño elenco
le exhorto a que pierda 57 minutos de su valioso tiempo, que puede resultarle
una buena inversión.
La fortuna de lo dicho es que pude mostrarse, y eso hago…
http://www.rtve.es/alacarta/videos/libros-con-uasabi/
19 septiembre 2015
El retorno
Con aire de hombre
y afán triunfadorpaseaba el joven
lleno de temor.
todo bajo su vista
vulgaridad rezumaba.
Los libros no cargó,
todo probar quiso.
vistió otras sedas
y comió otros panes,
durmió otros sueños
y sesteó otras tardes,
conoció otros puertos
y pilotó otras naves,
estrechó otras manos
y aspiró otros aires,
adoró otros dioses
y cruzó otros mares…
Gustó otros vinos
y cautivó otras almas,
tomó otros cuerpos
y enjugó otras lágrimas,
bebió otros senos
y buceó otras aguas,
escribió otros versos
y conoció otras palabras…
el engaño y la bondad
en él penetraron,
la nostalgia y el ardor
nunca se aquietaron,
y la idea del retorno
a su ser asomaron.
Partió en la mañana.
06 septiembre 2015
Lluvia de verano
Ahora que los días se acortan, los uniformes empiezan a manar de los autobuses y el ruido de las hojas secas comienzan a oírse bajo los pies, aquí va un pequeño recordatorio de algunas cosas que despedimos con el verano.
Hubo olas de calor, pero también momentos de frescor. Nada huele como las gotas de lluvia en un día de verano.
En verano la vida sigue, pero su paso irremediable se siente más lento.
Con el otoño llegan los ocres. El rojo complementa al amarillo, naranja y cientos de tonalidades de marrón cubren el paisaje, pero nos despedimos de los contrastes.
La lluvia de verano parece que para el tiempo, pero sus consecuencias son muy efímeras.
Adiós calor, adiós color. Bienvenida rutina, bienvenido Septiembre.
Hubo olas de calor, pero también momentos de frescor. Nada huele como las gotas de lluvia en un día de verano.
En verano la vida sigue, pero su paso irremediable se siente más lento.
Con el otoño llegan los ocres. El rojo complementa al amarillo, naranja y cientos de tonalidades de marrón cubren el paisaje, pero nos despedimos de los contrastes.
La lluvia de verano parece que para el tiempo, pero sus consecuencias son muy efímeras.
Adiós calor, adiós color. Bienvenida rutina, bienvenido Septiembre.
03 agosto 2015
Ensimismado
19 julio 2015
Las leyes del parque
Se acercan las vacaciones. Tiempo de que mi hija Jueves se mezcle con la fauna galaica.
En Escocia, como en todas partes, cada parque tiene sus normas no escritas. Normas que los niños acatan por instinto. Las colas son sagradas, independientemente de la edad del pequeño. Si saben andar, saben guardar cola. No hay gritos (salvo accidente o extirpación prematura del tobogán) y el compañero de juegos se elige más por consanguinidad que edad.
España, para un pequeño recién llegado, es la jungla. Para mí también. Hay una anécdota que ilustra mi preocupación. En las últimas vacaciones en España, Jueves se tropezó con un Gilipollas. Tendría unos seis años (el doble que Jueves) y no es que se saltase las colas, es que disfrutaba apartando a otros niños por la fuerza. Sus ojos destilaban insolencia. Jueves suele ser muy buena resolviendo conflictos, así que al principio le dejé hacer. Pero no encontró antídoto contra el listillo ibérico. Me dirigí al niño y le advertí que tendría que avisar a su madre. El contestó "¿Y si es padre qué?". Me quede sorprendida y le dije que no entendía por qué iba a ser diferente, pero un vistazo al tipo me aclaró la duda. Es de los que cargan contra cualquiera que ose darle trabajo. No me va a hacer caso. Cambié la táctica.
En lo alto del tobogán, el Gilipollas se regodea taponando la bajada. Mi hija me mira. El renacuajo disfruta de antemano nuestra cívica impotencia. Ignoro su mirada y, bien alto, digo a Jueves "No te preocupes, puedes hacerle daño, que este niño es malo". El se gira y se fija en mi pequeña. Espaldas anchas, aleonada melena rubia y mirada impasible. Quince quilos de sólida vikinga. El niño se deslizó por la pendiente y no volvimos a saber de él.
El farol salió bien (ella no le hubiese tocado). La anécdota puede tener su gracia. Pero quedé con mal cuerpo. Porque la malicia mancha, contamina, se pega. Ese día me di cuenta de que exponer a diferentes culturas es, también, exponer a diferentes tipos de suciedad.
En Escocia, como en todas partes, cada parque tiene sus normas no escritas. Normas que los niños acatan por instinto. Las colas son sagradas, independientemente de la edad del pequeño. Si saben andar, saben guardar cola. No hay gritos (salvo accidente o extirpación prematura del tobogán) y el compañero de juegos se elige más por consanguinidad que edad.
España, para un pequeño recién llegado, es la jungla. Para mí también. Hay una anécdota que ilustra mi preocupación. En las últimas vacaciones en España, Jueves se tropezó con un Gilipollas. Tendría unos seis años (el doble que Jueves) y no es que se saltase las colas, es que disfrutaba apartando a otros niños por la fuerza. Sus ojos destilaban insolencia. Jueves suele ser muy buena resolviendo conflictos, así que al principio le dejé hacer. Pero no encontró antídoto contra el listillo ibérico. Me dirigí al niño y le advertí que tendría que avisar a su madre. El contestó "¿Y si es padre qué?". Me quede sorprendida y le dije que no entendía por qué iba a ser diferente, pero un vistazo al tipo me aclaró la duda. Es de los que cargan contra cualquiera que ose darle trabajo. No me va a hacer caso. Cambié la táctica.
En lo alto del tobogán, el Gilipollas se regodea taponando la bajada. Mi hija me mira. El renacuajo disfruta de antemano nuestra cívica impotencia. Ignoro su mirada y, bien alto, digo a Jueves "No te preocupes, puedes hacerle daño, que este niño es malo". El se gira y se fija en mi pequeña. Espaldas anchas, aleonada melena rubia y mirada impasible. Quince quilos de sólida vikinga. El niño se deslizó por la pendiente y no volvimos a saber de él.
El farol salió bien (ella no le hubiese tocado). La anécdota puede tener su gracia. Pero quedé con mal cuerpo. Porque la malicia mancha, contamina, se pega. Ese día me di cuenta de que exponer a diferentes culturas es, también, exponer a diferentes tipos de suciedad.
08 julio 2015
Cuando te contemplo
Cuando te contemplo,
mar,
me hablas de la perfección.
Olas o palabras
llegan hasta mí
rotas por el viento,
recordando el fin.
Energía blanca
de salada espuma,
cabalgando el rizado
de tus mareas bravas,
dibujando el horizonte
de tenue existencia
y salpicando al aire
las veleidades vanas.
Un día iré a ti,
mar,
y cuando asido a tus aguas,
vea la orilla alejar
ya la nada será el sentir.
29 junio 2015
¿Están locos estos griegos?
Los noticieros se desbordan con la situación griega. Leo y me ahogo en información que mana a raudales, pero que cambia de dirección constantemente. He intentado leer los medios tradicionales, esos que dicen que todo lo que venga de Bruselas es maná del cielo. No me entero de qué es lo que quiere Bruselas. Leo los independientes y el mismo analista describe las propuesta helena de formas distintas según el día. Tengo la sensación de estar intentando entender un divorcio donde la comunicación está tan rota que la historia parece diferente según el cónyuge que la relate.
Admiro la valentía del gobierno griego plantándose ante las grandes potencias. Pero no sé si es David frente a Goliat o Don Quijote contra los molinos.
Será que no entiendo de economía, pensé durante mucho tiempo. Pero, de repente ¡referéndum! Osea, que es una situación que todo el mundo en Grecia debería entender lo suficiente como para tener una opinión formada que, además, se contesta con un simple "sí" o "no". Es más, la cosa está tan clara, que la Unión Europea ya pedía que se votase "si" antes de que se supiese cual era la pregunta. Burra que soy. A todo esto ¿Cual es la pregunta? Pues aquí está:
Según el traductor, lo de la imagen significa:
Dos párrafos y anexos en inglés. A lo mejor la respuesta es esta:
Por lo que veo, algunos griegos han interpretado que se les consulta sobre si quieren formar parte de la Unión Europea. Otros han intentado entender la pregunta. La opinión de una de estas últimas personas se resume así:
Lo unico que parece claro es que en la Europa del siglo XIX, Grecia es una nación a la deriva donde los viejos hacen cola para cobrar su pensión.
Me encantaría hacer esto pero ¿Qué significa?
Admiro la valentía del gobierno griego plantándose ante las grandes potencias. Pero no sé si es David frente a Goliat o Don Quijote contra los molinos.
Será que no entiendo de economía, pensé durante mucho tiempo. Pero, de repente ¡referéndum! Osea, que es una situación que todo el mundo en Grecia debería entender lo suficiente como para tener una opinión formada que, además, se contesta con un simple "sí" o "no". Es más, la cosa está tan clara, que la Unión Europea ya pedía que se votase "si" antes de que se supiese cual era la pregunta. Burra que soy. A todo esto ¿Cual es la pregunta? Pues aquí está:
No sé ni alfa de griego, pero tiene dos párrafos. |
Según el traductor, lo de la imagen significa:
"¿Debe ser aceptado el plan que fue propuesto por la Comisión Europea, el banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en el Eurogrupo del 25-6-2015 y compuesta por dos partes que constituyen su propuesta unificada?
El primer documento se titula 'Reforms to the Completion of the Current Program and Beyond' y el segundo, 'Preliminary Debt Sustainability Analysis'".
El primer documento se titula 'Reforms to the Completion of the Current Program and Beyond' y el segundo, 'Preliminary Debt Sustainability Analysis'".
Dos párrafos y anexos en inglés. A lo mejor la respuesta es esta:
"No sé qué significa decir SI o qué significa decir NO. Si sale el SI ¿El gobierno va a dimitir y convocar nuevas elecciones?¿O firmará todo lo que les pongan delante y se lavarán las manos de lo que pase después?¿De cuanto dinero dispondríamos? Si votamos que NO ¿De dónde saldrá el dinero para pagar sueldos y pensiones?
Somos un país herido y dividido."
Lo unico que parece claro es que en la Europa del siglo XIX, Grecia es una nación a la deriva donde los viejos hacen cola para cobrar su pensión.
"Apoya a Grecia" |
20 junio 2015
Salvador Dalí
Esta foto salió el año pasado (mayo) en El País Semanal en
un artículo firmado por Javier Rioyo. Me entusiasma… El
genio abandonado a la ensoñación sobre unos guijarros; con unos cativos de una España pobre y una
despreocupación absoluta de postura y aliño. Sin bigotes, sin pinceles, sin excentricidades,
sin Gala. ¡El Divino Dalí! Excelso para
muchos, un farsante para otros.
Viviendo yo en Girona, allá por los años 1978 y 1979, fueron
varias las visitas que hice al Museo Dalí en Figueres. En ocasiones seguía
hasta Portlligat para tomarme una cerveza en un bar en lo alto. Desde su terraza casi podía tocarse la residencia del pintor.
Algunas veces vi como daba comida a los gatos que merodeaban por allí; otras
como, envuelto en una bata grana rayada de negro, se acercaba a la ventana y
movía la persiana; y las más me conformaba
con la contemplación de los huevos gigantes del tejado o el bello azul de la cala al pie de la casa.
Era (y es) para mí un icono de la pintura, un virguero de la
literatura, un rebelde burgués, un tímido chulo, un amante platónico, un
mundano espiritual, un lógico surrealista, un pueblerino universal. Todo menos vulgar y gregario. Ni el gran jefe
del surrealismo, Andre Breton, consiguió mantenerlo en su redil. Su talento le permitió con su arte
hacer armónico lo inconexo, y con su vida un juego del escándalo sin agravio.
Es inevitable que un personaje de tal índole se haga acreedor de
lisonjas y críticas. Estoy persuadido de que Salvador Dalí las confundía y obviaba:
su mundo imaginativo y onírico no tenía cabida para juicios populares.
Y termino con el mío:
admiro su dibujo, venero su pintura, alabo su ingenio, disfruto su
literatura y me seduce su persona. ¡Y su fotografía!
07 junio 2015
La vacuna de la estupidez
Desde hace unos días los medios y las redes sociales se han volcado en el caso del niño de Olot que contrajo difteria por no estar vacunado.
La opinión es unánime: los padres son unos irresponsables. No seré yo quién lo discuta. Lo que no me gusta es usar este error como motivo de linchamiento.
No vacunar a tus hijos es estúpido. Hacerlo dentro de una comuna donde ni siquiera la inmunización de los demás niños protege al tuyo es rematar la faena con paseíllo y vuelta al ruedo. Pero las consecuencias se está pagando y la lección ha sido aprendida. ¿Hay peor castigo que ver a tu hijo sufrir por tus errores?
Mientras tanto, las redes se llenan de comentaristas que sugieren que el impresionante despliegue de medios para salvar al pequeño se cargue a cuenta de sus padres. Me pregunto ¿Cuántos de ellos lo dicen con un paquete de tabaco en el bolsillo? Si se fuma, la probabilidad de tener problemas de salud derivados es muchísimo más elevada que la que tenía este niño de padecer difteria. Problemas vasculares, cánceres de pulmón, cabeza, cuello, mama, infartos, trombosis... Las consecuencias de su adicción para el erario público también serán más elevadas. Y eso por un hábito que tiene algo menos de la mitad de la población. Después vienen los que no hacen suficiente ejercicio, los que comen mal, los que beben demasiado, los que alguna vez se hayan liado con desconocidos sin condón... En resumen, prácticamente toda España.
Se nos llena la boca con la importancia del sistema de salud universal y gratuito ¿Queremos eso o no? Si lo queremos, toca que nuestros impuestos se empleen en curar a todos, no sólo a los que cometen una estupidez poco original.
Entiendo a quien propaga información o expresa una opinión sobre el tema, sobre todo si le afecta directamente. Pero si queremos que se nos tome por compasivos o tolerantes con los que piensan diferente, toca no atacar a aquellos que cometen errores distintos de los nuestros, por muy obvios o incomprensibles que a nosotros nos parezcan. Sobre todo si, como en este caso, el error lo pagan en las carnes de la persona que más aman.
La opinión es unánime: los padres son unos irresponsables. No seré yo quién lo discuta. Lo que no me gusta es usar este error como motivo de linchamiento.
Propaganda norteamericana, 1930. |
Mientras tanto, las redes se llenan de comentaristas que sugieren que el impresionante despliegue de medios para salvar al pequeño se cargue a cuenta de sus padres. Me pregunto ¿Cuántos de ellos lo dicen con un paquete de tabaco en el bolsillo? Si se fuma, la probabilidad de tener problemas de salud derivados es muchísimo más elevada que la que tenía este niño de padecer difteria. Problemas vasculares, cánceres de pulmón, cabeza, cuello, mama, infartos, trombosis... Las consecuencias de su adicción para el erario público también serán más elevadas. Y eso por un hábito que tiene algo menos de la mitad de la población. Después vienen los que no hacen suficiente ejercicio, los que comen mal, los que beben demasiado, los que alguna vez se hayan liado con desconocidos sin condón... En resumen, prácticamente toda España.
Se nos llena la boca con la importancia del sistema de salud universal y gratuito ¿Queremos eso o no? Si lo queremos, toca que nuestros impuestos se empleen en curar a todos, no sólo a los que cometen una estupidez poco original.
Entiendo a quien propaga información o expresa una opinión sobre el tema, sobre todo si le afecta directamente. Pero si queremos que se nos tome por compasivos o tolerantes con los que piensan diferente, toca no atacar a aquellos que cometen errores distintos de los nuestros, por muy obvios o incomprensibles que a nosotros nos parezcan. Sobre todo si, como en este caso, el error lo pagan en las carnes de la persona que más aman.
22 mayo 2015
El espejo
Todos tenemos días en que nos desagrada la imagen que el
espejo nos devuelve. Y no sólo por las imperfecciones que se manifiestan; más
aún por lo que oculta la nítida imagen en el cristal infiel y el oblicuo reflejo de la conciencia.
Miente el espejo cuando
sereno ante él
miro mis ojos.
Cuando mis ojos
se miran el rostro.
Conversación de silencios
y silencio de deseos.
Digo adiós a lo viejo
y a lo nuevo no saludo,
lo viejo no soy yo
y yo no soy lo nuevo.
A mis escondites predilectos
ya no queda camino,lo cortaron por la noche,
me dejaron sin destino.
Ahora seguiré la ruta,
mi ruta al desatino.
Iré trémulo, pero
engreído.
Seré un hipócrita,
seré un fastidio.14 mayo 2015
La píldora menos amarga
Hace unos días un conocido cayó en la dulce trampa de una harpía. Estaba avisado, todos los que les rodeamos le dimos la misma versión, la misma advertencia. Puede ver el daño que esta mujer ha hecho en las vidas que la rodean, incluidos alguno de sus amigos. Ante el asombro genera, hoy dice a quién quiera oírle (y a quien no) que lo que ocurre es que es una incomprendida. Un colega amante de la ciencia-ficción se preguntaba confuso cómo había sucedido, a lo que le contesté "¿Quieres la píldora roja o la azul?". Soltó una enorme carcajada ante la popular referencia. Pero así es muchas veces ¿Aceptas la evidencia y admites que tu vida es una mierda, o crees a quién te dice que eres su héroe de brillante armadura con una sensibilidad especial para apreciar lo que el vulgo no ha visto?
The Matrix, escena de las dos píldoras.
En la icónica película esperamos que Neo acepte la verdad. La verdad nos hará libres, dicen. La verdad te hace ser especial, más fuerte, un líder. Pero quizá este tópico no sea... verdad.
El experimento de Steve
Hace unos años me propuse demostrar a un colega (Steve) que la probabilidad de creernos una historia no depende de su verosimilitud, sino de lo que queramos creerla. Para ello inventamos un rumor. Por entonces teníamos un residente inglés, larguirucho, impertinente y posiblemente el único en Escocia que lloró la muerte de Margaret Thatcher, pero que en el fondo no era mal tipo. Que el recién llegado encontrase novia en tierras izquierdistas era muy improbable, que fuese una radiógrafa del hospital que encontró en un congreso del partido conservador y que ese romance fuese secreto para no confesar en público sus tendencias políticas era completamente absurdo. Steve estaba convencido de que no colaría, pero él mismo esparció la nueva de aquél amor contra corriente. La historia era demasiado bonita. Al final del día ya había varios nombres que se barajaban como posibles novias.
Este tipo de experimento es fácil de reproducir. Por ejemplo, encuentren un seguidor de Iker Jimenez y díganle que la provincia española con más avistamientos de OVNIS (Lugo) también es líder en consumo de alcohol per cápita. Deducirá que a los marcianos les gusta el orujo.
Conclusión: no elegimos la pastilla roja o la azul por un análisis racional, sino según el cuerpo pida fresa o menta.
The Matrix, escena de las dos píldoras.
En la icónica película esperamos que Neo acepte la verdad. La verdad nos hará libres, dicen. La verdad te hace ser especial, más fuerte, un líder. Pero quizá este tópico no sea... verdad.
El experimento de Steve
Hace unos años me propuse demostrar a un colega (Steve) que la probabilidad de creernos una historia no depende de su verosimilitud, sino de lo que queramos creerla. Para ello inventamos un rumor. Por entonces teníamos un residente inglés, larguirucho, impertinente y posiblemente el único en Escocia que lloró la muerte de Margaret Thatcher, pero que en el fondo no era mal tipo. Que el recién llegado encontrase novia en tierras izquierdistas era muy improbable, que fuese una radiógrafa del hospital que encontró en un congreso del partido conservador y que ese romance fuese secreto para no confesar en público sus tendencias políticas era completamente absurdo. Steve estaba convencido de que no colaría, pero él mismo esparció la nueva de aquél amor contra corriente. La historia era demasiado bonita. Al final del día ya había varios nombres que se barajaban como posibles novias.
Este tipo de experimento es fácil de reproducir. Por ejemplo, encuentren un seguidor de Iker Jimenez y díganle que la provincia española con más avistamientos de OVNIS (Lugo) también es líder en consumo de alcohol per cápita. Deducirá que a los marcianos les gusta el orujo.
Conclusión: no elegimos la pastilla roja o la azul por un análisis racional, sino según el cuerpo pida fresa o menta.
03 mayo 2015
El día de la pamplina
Hoy toca hablar de la maternidad, ese gran generador de pamplinas.
El mundo esta hecho unos zorros y aun así, cuando llega el día de la Madre, todas son buenas, pacientes y cariñosas. Aunque Disney lleve décadas sugiriendo que para ser alguien se nos tenga que morir al menos un progenitor "Madre sólo hay una" (al menos que seas adoptado) y hay que cubrirla de favores. Su ministerio es casi sacramental. Todas nos quieren mucho, mucho. Hasta las que nos dejan a la puerta de una iglesia nada más nacer, algún día saldrán en Tele5 contando entre sollozos como no hubo un momento en que no se acordasen de nosotros.
Caitlin Moran en su libro "Ser Mujer" dice: "Ten la seguridad de esto: cuando tu hijos tenga dos años, al recordar como eras antes de su nacimiento, te verás como alguien débil, sin carácter, vanidoso, mimado, inútil, un diletante superficial y procrastinador. Y ya nada va a asombrarte".
Es un tópico muy repetido. En mi caso, además, una falacia. Soy la misma mujer antes y después del parto, sólo que con más responsabilidades. Los esfuerzos que se hacen por un hijo son por responsabilidad, no por altruismo. Por eso siguen existiendo mujeres con hijos caprichosas, superficiales, egoístas, vagas, maleducadas, etc. Por eso, como dice un amigo, hay madres que "usan el carrito del niño como Heintz Guderian las columnas de Panzer".
Otro tópico que para mi ha resultado falso es el de que un hijo da sentido a tu vida. Cuidar de un niño es la forma más obvia que tiene una mujer de dar un propósito a su existencia, pero no necesariamente la más adecuada o meritoria. Mi hija ha ocupado un espacio, pero ningún vacío. Mi vida estaba llena antes de su llegada y espero siga así tras su emancipación. A mi vida le doy sentido yo y hay muchas formas de hacerlo sin llamar a la comadrona. No me siento más mujer por haber parido o criado.
Ahora que me he despachado a gusto, dejo este documento gráfico que es como uñas en una pizarra para los padres de niños pequeños.
Ya puestos a poner vídeos, adiós a la crianza respetuosa, las teorías del apego y los pediatras hippies. La madre del año 2015 es esta:
El mundo esta hecho unos zorros y aun así, cuando llega el día de la Madre, todas son buenas, pacientes y cariñosas. Aunque Disney lleve décadas sugiriendo que para ser alguien se nos tenga que morir al menos un progenitor "Madre sólo hay una" (al menos que seas adoptado) y hay que cubrirla de favores. Su ministerio es casi sacramental. Todas nos quieren mucho, mucho. Hasta las que nos dejan a la puerta de una iglesia nada más nacer, algún día saldrán en Tele5 contando entre sollozos como no hubo un momento en que no se acordasen de nosotros.
Caitlin Moran en su libro "Ser Mujer" dice: "Ten la seguridad de esto: cuando tu hijos tenga dos años, al recordar como eras antes de su nacimiento, te verás como alguien débil, sin carácter, vanidoso, mimado, inútil, un diletante superficial y procrastinador. Y ya nada va a asombrarte".
Es un tópico muy repetido. En mi caso, además, una falacia. Soy la misma mujer antes y después del parto, sólo que con más responsabilidades. Los esfuerzos que se hacen por un hijo son por responsabilidad, no por altruismo. Por eso siguen existiendo mujeres con hijos caprichosas, superficiales, egoístas, vagas, maleducadas, etc. Por eso, como dice un amigo, hay madres que "usan el carrito del niño como Heintz Guderian las columnas de Panzer".
Otro tópico que para mi ha resultado falso es el de que un hijo da sentido a tu vida. Cuidar de un niño es la forma más obvia que tiene una mujer de dar un propósito a su existencia, pero no necesariamente la más adecuada o meritoria. Mi hija ha ocupado un espacio, pero ningún vacío. Mi vida estaba llena antes de su llegada y espero siga así tras su emancipación. A mi vida le doy sentido yo y hay muchas formas de hacerlo sin llamar a la comadrona. No me siento más mujer por haber parido o criado.
Ahora que me he despachado a gusto, dejo este documento gráfico que es como uñas en una pizarra para los padres de niños pequeños.
Ya puestos a poner vídeos, adiós a la crianza respetuosa, las teorías del apego y los pediatras hippies. La madre del año 2015 es esta:
02 mayo 2015
El mundo de David Jiménez
Conocí a David Jiménez en los Encuentros Eleusinos en Kampot (Camboya), dirigidos por Fernando Sánchez Dragó y, el
también escritor, Javier Redondo Jordán como organizador de los mismos. Fue su
conferencia corta, sin malabarismos dialécticos, una exposición realista de los
pueblos del sudeste asiático y de su trabajo de corresponsal en ellos. Las
preguntas fueron muchas y las respuestas concisas e inteligentes, con
justa posología de crudeza, humor y buen tino. Pero fue en la larga sobremesa de
la cena cuando la personalidad y oficio del periodista se nos manifestaron más
cercanos. El río Kam Chay discurría
casi a nuestros pies, haciéndonos llegar su tibia brisa para refresco de los
cuerpos y quietud del ánimo. Y hablamos de Camboya, Birmania, Tailandia, Laos,
China; de costumbres, de regímenes y de
libros… de sus libros, que yo no había leído. Y las palabras deambulaban entre
la espuma de cerveza, la magia de la noche y la realidad en su desnudez. Inolvidable. Eran los primeros días del mes de enero de 2014.
Seis meses más tarde, El Club de Lectura de la Vaquería de Violeta Dávila, en Madrid, me invita a una de sus reuniones donde serán comentados los libros de David Jiménez y él estará presente. Para entonces yo ya los había leído. A la hora en punto mi dedo hacía sonar el timbre del chalé elegido para la charla y que desinteresadamente uno de los habituales a estos eventos había ofrecido (gracias Rafa). No tardó en llegar el corresponsal del diario El Mundo en Asia por más de 15 años… Sin aspavientos, natural, cortés y contento: unos días atrás le habían concedido una beca en la Universidad de Harvard que le obligaba a cambiar Asia por América durante un año. Ya el sol se acercaba a poniente cuando nos sentamos en la terraza a escucharle. Nos pormenorizó detalles de sus libros, acicates y trabas para escribirlos, esfuerzo realizado y esperanza de buen futuro. Comimos emparedados, bebimos vino y cerveza, comentamos, opinamos y preguntamos. No olvidamos hablar del porvenir del periodismo y de su ética. Casi cuatro horas más tarde nos despedíamos; deseándole feliz estancia en Boston y prometedor retorno a España. La ciudad dormía y yo sentía el regocijo de un día aprovechado, la satisfacción de haber conocido mejor a este hombre: su mesura, su decencia, su agudeza de bizarro reportero, y, sobre todo, su discreta humanidad.
Seis meses más tarde, El Club de Lectura de la Vaquería de Violeta Dávila, en Madrid, me invita a una de sus reuniones donde serán comentados los libros de David Jiménez y él estará presente. Para entonces yo ya los había leído. A la hora en punto mi dedo hacía sonar el timbre del chalé elegido para la charla y que desinteresadamente uno de los habituales a estos eventos había ofrecido (gracias Rafa). No tardó en llegar el corresponsal del diario El Mundo en Asia por más de 15 años… Sin aspavientos, natural, cortés y contento: unos días atrás le habían concedido una beca en la Universidad de Harvard que le obligaba a cambiar Asia por América durante un año. Ya el sol se acercaba a poniente cuando nos sentamos en la terraza a escucharle. Nos pormenorizó detalles de sus libros, acicates y trabas para escribirlos, esfuerzo realizado y esperanza de buen futuro. Comimos emparedados, bebimos vino y cerveza, comentamos, opinamos y preguntamos. No olvidamos hablar del porvenir del periodismo y de su ética. Casi cuatro horas más tarde nos despedíamos; deseándole feliz estancia en Boston y prometedor retorno a España. La ciudad dormía y yo sentía el regocijo de un día aprovechado, la satisfacción de haber conocido mejor a este hombre: su mesura, su decencia, su agudeza de bizarro reportero, y, sobre todo, su discreta humanidad.
Dentro de unos días se hará cargo de la dirección de uno de los periódicos más leídos en España y tal tarea en poco se parece a lo anteriormente realizado. No dudo de su valía, tesón, entusiasmo y capacidad de trabajo, pero el devenir periodístico está lleno de nubarrones amenazantes y vaticinios turbulentos… ¡Suerte, maestro!
26 abril 2015
Elecciones paralelas
El Jueves 7 de Mayo se celebrarán elecciones generales en el Reino Unido. Es curioso ver que dos países tan distintos como el Reino Unido y España parecen estar pasando por similares circunstancias.
El sistema electoral británico está diseñado para favorecer el bipartidismo pero, incluso aquí, parece que se acaba.
Hasta ahora, el panorama político estaba dominado por los partidos Conservador (actualmente en el poder) y Laborista (equivalente a nuestro PSOE). Para hacer bisagra teníamos a los Liberal Demócratas, que cambian de programa según sople el viento.
A finales de los 90, Tony Blair decidió que la ideología de izquierdas no ganaba elecciones y, como el PSOE en España, su partido (Labour) viró al centro.
Con la crisis económica, los británicos se dieron cuenta de que sus líderes ya no servían. Llegaron las reyertas.
El cambio de política de los laboristas los despojó de identidad propia y llevó a la familiar situación de elegir entre Guatemala y Guatepeor según quien diese menos asco. En este caldo de cultivo de apatía y abstención, adelantando por la derecha, llega el populismo de UKip.
UKip empezó con un discurso simple (salir de la UE) pero, según el voto del cabreo los hacía medrar, expandieron su ideario. Ahora su carismático líder promete según lo que cree que los más pobres quieren oír. “Trabajos británicos para ciudadanos británicos”, o reducir la entrada de inmigrantes y sus derechos, es la idea que ha calado. En las últimas elecciones europeas consiguieron 23 escaños.
Cuando ya nos habíamos hecho a la idea de un gobierno en coalición entre conservadores y UKip, hace unas semanas se descubre una nueva opción. En el debate electoral televisado arrasa la nueva líder de un partido local, la izquierdista Nicola Sturgeon, del SNP, o Partido Nacionalista Escocés. Las redes sociales arden con ingleses que preguntan si pueden votarle y las encuestas predicen un salto de seis escaños a cuarenta, incluso cincuenta.
A diferencia de UKip, el SNP tiene experiencia de gestión y un proyecto definido. Tras perder el referéndum sobre la independencia en Escocia, no quieren ruptura, sino reforma. Piden el cumplimiento de las promesas de los grandes partidos (promesas hasta ahora ignoradas) y abogan por un estado federal dentro de la UE. Si estos objetivos vuelven a obviarse, pedirán otro referéndum. Pero esto es sólo parte de su programa. Su aspiración más inmediata es el fin de la austeridad a través del pacto con los laboristas, a los que pretenden forzar a un regreso a sus raíces socialdemócratas.
Así que, en el Reino Unido como en España, parece que los gobiernos de mayoría absoluta se acaban. También que el electorado no quiere “tirar con todo”, simplemente nuevos gestores para sacarlos de una situación nueva como es la crisis que vivimos.
El sistema electoral británico está diseñado para favorecer el bipartidismo pero, incluso aquí, parece que se acaba.
Hasta ahora, el panorama político estaba dominado por los partidos Conservador (actualmente en el poder) y Laborista (equivalente a nuestro PSOE). Para hacer bisagra teníamos a los Liberal Demócratas, que cambian de programa según sople el viento.
A finales de los 90, Tony Blair decidió que la ideología de izquierdas no ganaba elecciones y, como el PSOE en España, su partido (Labour) viró al centro.
Con la crisis económica, los británicos se dieron cuenta de que sus líderes ya no servían. Llegaron las reyertas.
El cambio de política de los laboristas los despojó de identidad propia y llevó a la familiar situación de elegir entre Guatemala y Guatepeor según quien diese menos asco. En este caldo de cultivo de apatía y abstención, adelantando por la derecha, llega el populismo de UKip.
UKip empezó con un discurso simple (salir de la UE) pero, según el voto del cabreo los hacía medrar, expandieron su ideario. Ahora su carismático líder promete según lo que cree que los más pobres quieren oír. “Trabajos británicos para ciudadanos británicos”, o reducir la entrada de inmigrantes y sus derechos, es la idea que ha calado. En las últimas elecciones europeas consiguieron 23 escaños.
Cuando ya nos habíamos hecho a la idea de un gobierno en coalición entre conservadores y UKip, hace unas semanas se descubre una nueva opción. En el debate electoral televisado arrasa la nueva líder de un partido local, la izquierdista Nicola Sturgeon, del SNP, o Partido Nacionalista Escocés. Las redes sociales arden con ingleses que preguntan si pueden votarle y las encuestas predicen un salto de seis escaños a cuarenta, incluso cincuenta.
A diferencia de UKip, el SNP tiene experiencia de gestión y un proyecto definido. Tras perder el referéndum sobre la independencia en Escocia, no quieren ruptura, sino reforma. Piden el cumplimiento de las promesas de los grandes partidos (promesas hasta ahora ignoradas) y abogan por un estado federal dentro de la UE. Si estos objetivos vuelven a obviarse, pedirán otro referéndum. Pero esto es sólo parte de su programa. Su aspiración más inmediata es el fin de la austeridad a través del pacto con los laboristas, a los que pretenden forzar a un regreso a sus raíces socialdemócratas.
Así que, en el Reino Unido como en España, parece que los gobiernos de mayoría absoluta se acaban. También que el electorado no quiere “tirar con todo”, simplemente nuevos gestores para sacarlos de una situación nueva como es la crisis que vivimos.
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