31 octubre 2011

El primer colegio

                    La primera experiencia colegial –allá por los cuatro años-  fue un episodio que apenas duró tres meses: hasta las vacaciones de navidad. Cuando los reyes magos habían pasado y los días de asueto navideño  acabaron, abuela y nieto enfilaron la calle en silencio y así llegaron a la puerta de la escuela. Cuando acudió la “sor” a recibirlos, Demian,  estalló en un estentóreo llanto que envolvió todo el zaguán y clavando un pie en la jamba izquierda de la puerta se hizo  inamovible.  Monja y abuela captaron la firmeza del rapaz y aceptaron la derrota. Ya nunca cruzaría aquel umbral. Retornó a casa, al grato y tranquilo remanso  donde, a manos llenas, recibía comprensión y cariño; sintiéndose compensado de  la falta de amiguitos y compañeros de juego.
No era tan urgente el conocimiento de las vocales, decidió la madre de Demian cuando fue informada por la abuela. Y en el niño afloró  un  sentimiento de amor e inmensa gratitud  para con ella: una madre algo lejana pero muy  presente, una delgada figura rellena de ternura y cubierta de inteligente comprensión.
De  cuerpo magno una y flaca la otra, enfundadas en  hábito azul y cubiertas por cofia blanca; con el músculo de la sonrisa paralizado y auxiliadas por una cuadrilla de mozuelas a las que se le decía “internas”, eran las dos monjas que perduraron en la memoria de Demian.
Dos cosas más no olvidó de aquel colegio: la caída dolorosa que tuvo en el patio, cuya cicatriz estuvo por más de veinte años en su rodilla y Aidita: una modosa niña que le parecía muy hermosa. Con ella hacía el recorrido de ida y vuelta al colegio, se sentía muy a gusto en su compañía y este placer llegó a la culminación el día en qué un caramelo, a medio consumir, llegó a su boca procedente de la de ella. Nunca tan gustoso fue un caramelo ni una saliva más dulce.

22 octubre 2011

Los peligros de los videojuegos

Desde el asesino de la katana a la matanza de Columbine pasando por la más reciente matanza de Utoya, los medios han intentado, sin demasiado éxito, demonizar los videojuegos. Ahora Rubalcaba añadirá en el programa del PSOE para las próximas elecciones la inclusión de los videojuegos en el Programa Nacional sobre Drogas. Otro paso hacia su uso como abono de los miedos de los votantes más maleables.

Lo que hoy publicamos es una colaboración. El autor es Andy. Durante varios años ha trabajado como informático en diversos países para empresas como HP, IBM o Compaq. Actualmente se dedica al desarrollo de software en Glasgow.

¿En qué medida es la violencia en los videojuegos responsable de la violencia juvenil? 


En general, los videojuegos violentos se utilizan como chivos expiatorios para explicar por qué ocurren los tiroteos escolares. Uno de los opositores más notorios es el famoso abogado estadounidense Jack Thompson. Durante los tiroteos del estudiante Seung Hui Cho en la Politécnica de Virginia en abril de este año, Jack Thompson culpó públicamente juegos como “Counterstrike” antes de que se hubiese identificado al asesino. Incluso después de que los informes de la policía confirmasen que no había ninguna muestra de que Cho hubiera jugado nunca a este tipo de juegos, Thompson siguió insistiendo en la culpabilidad de éstos. Desde entonces han aparecido informes que revelan que Cho mostraba claros indicios de problemas sicológicos serios años antes de que actuase.

También en el caso del tiroteo escolar más famoso, la masacre de Columbine, se sugirió una relación directa con los videojuegos. Ambos asesinos pasaban el tiempo jugando a “Doom” y “Quake” (conocidos juegos online de tirador en primera persona) e incluso habían creado planos que hicieron disponibles en Internet. Se afirmó que habían ensayado su espiral de violencia con dichos mapas, pero esas afirmaciones fueron desmentidas más adelante al comprobarse que éstos no guardaban ninguna semejanza con los de la escuela. Ambos homicidas también tenían antecedentes de comportamientos antisociales.

Una investigación australiana revela que los videojuegos afectan solamente a los niños que previamente exhiben tendencias violentas. Otro estudio sobre masacres escolares, realizado por el servicio secreto de los EE.UU. concluye que solamente el 12% de los homicidas de educación secundaria sentirían atracción por videojuegos violentos, frente a un 27% que disfrutan con películas del mismo genero. Este trabajo también indicó que la mayor parte de los asesinos tienden a planear la masacre lenta y cuidadosamente. Escogen las armas, planean y discuten sus intenciones antes de actuar. No “les da el arrebato” después de ver ciertas imágenes.

La mayoría de tiroteos escolares ocurren en los EE.UU., pero la mayor parte de los juegos de ordenador que se critican están disponibles en todo el mundo. Mientras que la facilidad de obtener un arma en los EE.UU. probablemente contribuye, todavía no hay explicación de por qué los juegos violentos parecen causar tales problemas allí, pero no en el resto del mundo.

¿Qué se puede hacer al respecto?

En América y en Europa, los videojuegos se catalogan conforme a un sistema de clasificación por edades: ESRB en los EE.UU. y el PEGI en Europa. La mayor limitación de estos sistemas es que son voluntarios. Ha habido solicitudes para la imposición por ley en el Reino Unido y varios proveedores solo venden juegos clasificados n.r.m.18 con carné de identidad.

Una gran cantidad de las acusaciones dirigidas contra juegos de ordenador vienen de que son un blanco fácil. A pesar de que estadísticamente el jugador medio tiene treinta y pocos años, los videojuegos todavía se consideran pasatiempos infantiles. Muchos padres ven normal comprar un juego catalogado n.r.m.18 para hijos menores cuando nunca considerarían comprarles una película de la misma clasificación. Así, gente como Jack Thompson puede sacar tajada de la sorpresa cuando los padres se dan cuenta del contenido de estos juegos.

En mi opinión hay dos cosas que necesitan hacerse: En primer lugar, hacer el sistema de clasificaciones por edades obligatorio por ley y educar a público y padres en cuanto a lo que éste significa. En segundo lugar, identificar las causas reales detrás de la violencia escolar y dejar de desviar la atención hacia blancos fáciles.

18 octubre 2011

Cosas y gentes

Demian no tenía muchos juguetes ni los echaba en falta. Sus entretenimientos favoritos eran la caja de herramientas y el tintero con la pluma; ambas cosas su abuelo las dejaba a su alcance. De la caja de herramientas tomaba el martillo y unos clavos y con una desatención muy atenta observaba cuando su abuela se alejaba;  en ese momento hincaba un clavo golpeando con el martillo hasta hacerlo desaparecer en uno de los escalones que llevaban a la cocina.

Cuando el abuelo estaba ausente, se sentaba en la silla del pequeño escritorio, destapaba el tintero, tomaba el mango cónico, le insertaba la pluma, cogía un papel, y se ponía a la faena: garabateaba unos cuantos renglones lo más parecido posible a lo que escribía su abuelo (a esa edad el desconocimiento de lo que era una letra o una palabra era absoluto). Puesto el punto final, se acercaba a su abuela y, con una demanda de elogio en los ojos, mostrábale el trabajo.

 Cada cierto tiempo, no recuerda si semanas o meses, se despertaba al sentir que estaba siendo vestido por su abuela. Adormilado y todavía de noche salían a la calle en dirección a una parada de autobuses: iban a una aldea próxima a visitar a dos tías-abuelas. Con el pasar del tiempo  el malestar del madrugón se iba  transformando en un particular alborozo provocado por la seguridad de saber que sería mimado, que le mostrarían el fruto del último parto  de la vaca,  que iría hasta el corral a observar  las gallinas y recoger sus huevos, que sería aupado al brocal del pozo para que se viese la cara reflejada en el agua;  pero,  sobre todo, sabía que allí también había martillo y clavos con un atractivo rellano de blanda madera. Sus tías mirarían para otro lado cuando él golpease con el martillo. La complicidad, el cariño y el esmero de éstas para que las horas pasadas allí por Demián fuesen de gozo  hicieron de aquella casa  un imperecedero y cálido recuerdo para él.

 También de imborrable recuerdo era  aquel tío  de voz armoniosa y delicado trato que, por intervalos irregulares,  estaba en casa.    A su lado parecía más suave el pasar de las horas y más entretenidas las siestas en verano: siempre había un nuevo cuento antes del sueño vespertino. Llegaba con un regalo y se iba dejando una estela de cordialidad y afecto.

 Eran años en que sus tres hermanos y sus padres no contaban mucho. Estaban en su vida pero los encuentros eran puntuales y él se mostraba reticente a un trato de confianza y camaradería. Esta actitud  en el verano quedaba corregida desde el primer día: la familia al completo se trasladaba a un lugar de playa, Demián bajaba su guardia y su integración era plena.  El agua salada y el sol animaban su espíritu y los días pasaban alegres. Terminadas las vacaciones, el  tener que volver con sus abuelos le llevaba a un pensamiento que reiteradamente asomaba:  sus padres no eran sus padres y sus hermanos no eran sus hermanos. No desmenuzaba la hipótesis, ésta iba y venía sin demandar atención o análisis. Nunca reveló a nadie su existencia. Un día desapareció  de su cabeza y jamás volvió. Pasados los años, pudo comprobar que tal idea no era algo singular, que  innumerables mortales habían tropezado con ella. Al fin y al cabo era la versión infantil de la inevitable pregunta... ¿de dónde venimos?

13 octubre 2011

¿Qué es el cáncer?

Cáncer. Una de cada tres personas en el mundo lo sufre o sufrirá. Para unos será una sentencia de muerte, para otros un compañero de porvida y, para cada vez más personas, una de las anécdotas más traumáticas de su vida. ¿Cómo es posible que la misma palabra evoque vivencias tan distintas?
Cientos de años de investigaciones, miles de personas trabajando en ello a diario, billones de dolares invertidos... ¿Por qué aún no hay una cura? Aquí va una explicación muy simplificada.

El enemigo

Las células de nuestros tejidos están programadas para crecer, dividirse cierto numero de veces y morir. Cuando esa programación falla, las células se multiplican sin control, creando un bulto, o tumor (más en esta entrevista a Mariano Barbacid).

Un tumor maligno (o cáncer) es el que puede infiltrarse e invadir los tejidos vecinos (metástasis próxima) e incluso viajar por la linfa o la sangre para crear asentamientos alejados del original (metástasis distal). Los cánceres normalmente forman tumores aunque algunos, como la leucemia, no.



Los objetivos

De la definición anterior se deduce que para curar hay que:
  • Destruir el tumor.
  • Destruir las metástasis y frenar su expansión.
  • Reparar los órganos invadidos para que sigan funcionando.
  • Usar un remedio con efectos secundarios no peores que la enfermedad.
Pensemos en algunos de estos objetivos con más detalle...

Cada célula tiene un tiempo de crecimiento y un sistema de división adaptados a su función. Es fácil ver que este no puede ser igual en la piel, constantemente agredida por agentes externos y que debe regenerarse con frecuencia, que en el corazón, protegido en la caja torácica. Por eso cada una falla a su manera, creando tumores con distintas velocidades y agresividades. Por ejemplo: el cáncer de mama tiene unas seis formas según el tipo de tejido donde se origina. Algunas raramente hacen metástasis, otras crean tumores benignos y otras se diseminan en células malignas.

Algo parecido a lo anterior pasa con las metástasis. Si el cáncer afecta a un riñón o una amígdala, cuya función puede ser asumida por otros órganos, controlar daños sera más factible que si ataca a la médula espinal o el cerebro. En la realidad, el cáncer no se expande solo a un órgano, sino a varios, cada uno con sus características. El numero de órganos y el grado de infiltación depende del tiempo que el cáncer haya tenido para reproducirse, su resistencia y la vida que el paciente le haya dado. Siguiendo con el ejemplo, en el cáncer de mama existen más de treinta clasificaciones según cómo y cuanto se haya extendido.

Mientras las infecciones, por ejemplo, se producen por microbios claramente diferentes de nuestras células, las células tumorales solo se distinguen de las sanas en su descontrol al dividirse. Esto complica su destrucción sin dañar el tejido sano.

Con estos ejemplos se ve cómo el cáncer de un enfermo puede ser muy distinto al de otro, incluso si se originaron en el mismo órgano. (Clasificación completa de los tipos de cáncer de mama aquí).

Estrategias de ataque
Como se ha visto, no puede haber una receta universal. Cada enfermo recibe un cóctel de medidas adaptado a su tipo de cáncer, cómo ha avanzado éste y su fortaleza física.

Muy en general, para tumores o metástasis localizados tenemos cirugía que los saca y radioterapia que los quema. Para núcleos microscópicos en sangre, la quimioterapia ataca a las células en crecimiento.

Ademas, de los nuevos descubrimientos y tecnologías surgen nuevas ideas. En los setenta, se supuso que bastaría potenciar el sistema inmune para superar el cáncer. En los ochenta, que con reducir la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) los tumores quedarían desabastecidos y morirían de hambre. En los noventa, la ingeniería genética era la clave. Hoy, se confía en las dianas moleculares: fármacos dirigidos a cortar el mecanismo de transmisión de señales de las células cancerígenas para detener el crecimiento y favorecer su muerte.


Leucocitos neutralizando células cancerígenas.

El final
Todas las lineas de investigación anteriores siguen en activo, y más que habrá. Seguramente de ninguna salga el Santo Grial, pero ya han producido fármacos como Iressa (inmunoterapia), Avastin (antiangiogénico), Provenge (virus modificado genéticamente), o el Herceptin (terapia molecular), por poner unos pocos.

Cócteles de algunas de las estrategias anteriores individualizados para cada enfermo, una buena prevención (hoy más del 40% de los cánceres son evitables con hábitos saludables), métodos de detección más precoces y fiables, vacunas, radiosensitizadores, terapias hormonales, nutricionales, psicológicas y en ocasiones el efecto placebo de "terapias" complementarias son y serán -entre otros muchos- los caminos para vencer, una a una, a las más de doscientas enfermedades que se engloban bajo el nombre Cáncer.

Nota: ESTE BLOG NO ES UN CONSULTORIO MEDICO. Ningún profesional sanitario de una mínima ética dará nunca consejos por Internet sin examinar personalmente al paciente.

Si quieres más información sobre el cáncer, lo mejor son las paginas de la AECC, El Mundo Salud o MedlinePlus. Para casos más concretos, consulta a tu oncólogo.

07 octubre 2011

El mercado


Asidos de la mano y casi a diario, Demian y su abuela iban al mercado. Él respiraba con alegría el aire matinal, se dejaba ir entre el bullicio de las señoras y las voces de los tenderos, recibía con agrado  aquellos olores penetrantes y variadamente uniformes, y se complacía en la seguridad de que una fruta o golosina caería en su mano a lo largo del recorrido. Mayor recompensa le esperaba en los días de verano, cuando el fulgor del sol sobre el cono metálico del carrito de los helados le anunciaba el disfrute de la fría  bola sobre el cucurucho de barquillo. El tamaño de la misma era asunto a negociar con doña Elisa, que la mayoría de las veces cedía a la demanda de su nieto.

 Acataba los pasillos de las hortalizas, cuyo aroma seco no era de su gusto, y mejoraba su disposición  cuando llegaban a la zona de los quesos. Aquí,  observaba al vendedor y a la clientela: el primero, con magistral destreza,  calaba con su cuchillo puntiagudo  la pieza que una señora  le había señalado,  daba a esta la pequeña porción arrancada y esperaba respuesta. La mujer tomaba la prueba – no eran frecuentes los hombres comprando-, la miraba, se la llevaba a la boca, la  masticaba mirando a un punto perdido y asentía o negaba con un gesto de cabeza, marcando con los ojos otro queso.  La operación podía repetirse varias veces hasta hacerse el pedido.

Federico era el dueño de la carnicería. Allí solían detenerse todos los días. De tan contínuo  trato ya casi se podía hablar de una pequeña amistad entre el carnicero y la abuela de Demian.  A éste le agradaba escuchar lo que los dos adultos hablaban mientras quedaba prendado por la destreza del carnicero que, cuchillo en ristre,  hacía filetes de un trozo rojizo de carne, desollaba un conejo o descuartizaba un pollo como cosa secundaria, ya que la conversación aparentaba ser lo prioritario.

En el tránsito por los puestos y tenderetes externos de la plaza, Demian encontraba distracción, satisfacía curiosidades y se le abrían interrogantes; todo ello, a menudo, ampliado con el encuentro de alguna amiga de su abuela. Ese día había cháchara y se pasaba revista a vida y hacienda de hijos y nietos.

 Con la bolsa llena se volvían a casa. El trecho a caminar aún dejaba a Demian observaciones por hacer, personas por escrutar e historias que crear en su cabecita. La misma que creía ver en el mercado la réplica a escala de un mundo grande y misterioso, apetecible y peligroso, que él intuía y le estaba esperando.

01 octubre 2011

El jardín escondido

Este feo exterior guarda al Tramway, un antiguo garaje y taller de tranvías reconvertido en espacio para la difusión del arte escénico contemporáneo en Escocia.


Según su web, "Tramway juega un papel central en el apoyo, desarrollo y promoción del trabajo de artistas con base en Escocia. Cada comisión es una inversión en la comunidad creativa escocesa -empujando los límites de la innovación y la experimentación; desafiando o redefiniendo el arte visual para el nuevo siglo."

O sea, hablamos de un teatro que no es teatro, sin bailarinas de mallas ceñidas, famosos en el escenario u obras clásicas. Tan interesante como difícil de mantener económicamente. Sin embargo, lleva abierto más de veinte años gracias a la creatividad de sus gestores.

Uno de los atractivos del Tramway es el "Jardín Escondido", solo visible tras atravesar el edificio. En él, cada esquina es una forma de atraer público y dinero.

Al fondo, la cafetería. Está flanqueada por pinos, una rareza en los jardines escoceses.


A la derecha, un jardín urbano comunal. En él los niños y jóvenes de la zona aprenden a cultivar plantas. Más tarde, estas plantas se venderán en el carro que se ve (el comprador deja el dinero correspondiente dentro de la casita de pájaro). También se podrán usar en cursos de cocina y ferias al aire libre organizadas por vecinos y asociaciones de refugiados. De estos eventos ya ha salido un libro de cocina con recetas de bastante buena pinta cedidas por vecinos de Escocia, Somalia, China, Cuba o India, entre otros países.


Con imaginación, hasta de unos álamos pelados se puede sacar rédito. Estos son los "árboles de los deseos". Por un módico precio compras una tarjeta blanca con el punto rojo para escribir en ella el deseo que quieres ver cumplido. Las peticiones van desde "Me gustaría un riñón nuevo para Mark" a "Me gustaría ser el Doctor Who".


Naturalmente, el jardín escondido sigue teniendo zonas más tradicionales, como amplios espacios de hierba para correr o un pequeño y recogido canal para disfrutar de algo de paz y silencio.

El Jardín Escondido está detrás del Tramway, en el número 25 de Albert Drive, Pollockshields, Glasgow.