30 mayo 2013

El concurso de la extraña primavera

Barómetros que suben y bajan como yo-yos. Ánimos pesados. Árboles que se niegan a cubrirse de hojas, pero estornudan flores. Y las musas que andan sin saber si ahogar su soledad en helado o chocolate con churros. Tiempo de entretenimiento chorras. Tiempo del primer y muy probablemente último concurso de este blog.

BASES:

1.- Pueden participar todos los lectores del blog que tengan un nombre de usuario (no anónimos).

2.- Se expondrán en este blog varias frases sobre la vida de Miércoles. Todas serán verdad excepto una.

3.- Cada participante deberá intentar averiguar qué frase no es cierta e indicarla en los comentarios de esta entrada.

4.- El plazo de recepción de respuestas será de dos semanas o hasta que alguien acierte, lo que ocurra antes.

5.- De haber vencedor, se anunciará en los comentarios de esta entrada.

PREMIOS:

Quién adivine la frase falsa podrá elegir entre dos recompensas:

- Un artículo en el que Miércoles describa la vacación en Escocia más idónea para el ganador según sus gustos y aficiones.

- Un artículo que cuente la historia tras la afirmación del concurso que él elija.

¿Es este tu rincón de Glasgow? Adivina...
CONCURSO:

Estas son las frases a elegir. Una es falsa, las demás son auténticas.

a) "Miércoles" no es sólo un alias en Internet, es un apodo empleado en la vida real por su parecido físico con la niña de la familia Addams.

b) La autora de este blog tiene un sentido de la orientación tan malo que cogió el camino equivocado en una pista de karts.

c) Siguiendo con las torpezas, también alcanzó la cima de la montaña más alta del Reino Unido por accidente.

d) Entre sus conocimientos inútiles cuenta con poder recitar el número "pi" hasta con veinte cifras decimales.

e) Entre sus mayores logros está tener una placa de agradecimiento con su nombre en una capital europea...

f) ...y haber espiado para las Fuerzas Especiales de Su Majestad.

Buena suerte a los participantes.

26 mayo 2013

La marca de la bitácora

No sabía que tener un blog marcase, pero parece que lo hace. Hace un tiempo fui a mi rincón favorito de Edimburgo, el club de comedia Stand. Los domingos tienen una sesión de improvisación donde lo único que pagas es la bebida y una comida francamente buena.

Los humoristas piden ideas al público de varias formas. Una es tirar a la tarima una nota con una situación ridícula para que ellos la escenifiquen después del descanso. Yo hice lo propio. Cuando el cómico leyó la mía dijo "No sirve...¡Pero lleva signos de puntuación y no tiene faltas de ortografía!"

Mi "sugerencia". Algunos Domingos hasta el ingenio libra.

20 mayo 2013

Tópicos y mitos sobre el Reino Unido

Todo país tiene sus idiosincrasias. Algunas son conocidas fuera (en nuestro caso la paella, el vino, etc.), otras no (el chocolate con churros, las persianas). A veces una excepción se convierte en regla y tenemos un "cliché" (por ejemplo, cuando algún extranjero piensa que las sevillanas son el baile nacional español). Otras, costumbres que nos pasan inadvertidas, fuera se convierten en signo de identidad (como hablar a gritos o vestir a los niños como si fuesen extras en una obra de Galdós).

Hoy hablaré de algunos detalles que hacen al Reino Unido único. Empezaré con los mitos o tradiciones que, si alguna vez existieron, ya no son norma. Seguiré con tópicos que sí se corresponden con la realidad cotidiana y terminaré con algunas idiosincrasias de las que llaman la atención a los extranjeros que llevamos un tiempo en las islas.

Mitos:

-El té de las cinco

Los británicos no toman el té a las cinco. Si alguna vez lo hicieron, fue antes de que el horario de trabajo se extendiese hasta esa hora. Entre cuatro y seis es hora punta y la mayoría de la gente lo que tiene en mente es volver a casa.

La confusión en este aspecto viene de un dialectalismo. En las islas británicas, según la región, la cena se puede denominar “dinner”, “supper” o “tea”. "Tea" es la palabra que se utiliza para el té como bebida, pero en este contexto no lo es. Como la cena británica suele ocurrir nada más llegar del trabajo, es normal oír que alguien "goes home for tea", lo que no significa que al llegar a casa se tome un té, sino la cena.

-Moqueta en el baño

La moqueta es fundamental en una casa británica. La función principal es la insonorización, seguida del aislamiento térmico. Suele ponerse encima de un aislante de neopreno, lo que mitiga ruidos como pasos, aspiradoras o voces y hace más cómodo caminar descalzos (importante para garantizar la higiene). Es caminar descalzos lo que durante un tiempo popularizó la moqueta el en baño, hasta que las calefacciones modernas la hicieron innecesaria.

Hoy en día la moqueta en un baño se limita a pisos de renta baja, donde el suelo es el mismo para toda la planta y/o la calefacción es eléctrica (barata de instalar, cara de usar).

-La cerveza caliente

No sé de donde viene este tópico. Incluso hablando con gente que lleva en el país décadas, nadie recuerda que se le haya servido una cerveza caliente. Hay algunas -como la Guiness- que solo se sirven muy frías.

Realidades

-El té

La bebida nacional sigue siendo el te. A pesar de la proliferación de grandes multinacionales de cafeterías (Starbucks, Costa, Nero, etc) su consumo es superior al del café.

El té más común es el instantáneo de bolsita . Primero se pone la bolsa en la taza y después el agua. El tiempo de infusión es el que tardas en llenar el recipiente. El consumo de hojas es muy limitado, como también lo es añadir limón. Las marcas más populares son Tetley, PG Tips y TyPhoo.

El té con leche es casi todo agua. La razón esta en su origen, ya que la leche se empezó a añadir, no para alterar el sabor, sino para evitar que la porcelana de la taza rajase con la temperatura del agua hirviendo.

El té muy cargado (de esos que no ves la cucharilla) se llama "builders' tea" o "té de obrero", porque existe el tópico de que es como les gusta a estos trabajadores.
Optimus Prime

-Autobuses de dos pisos

Los autobuses de dos pisos siguen siendo normales en todo el territorio nacional, en rutas muy concurridas (centro ciudad, por ejemplo) y servicios turísticos.

-Taxis negros

Hay otros taxis, pero los negros existen por la peculiaridad del diseño, que permite albergar cinco pasajeros o clientes en sillas de ruedas. Además son los únicos con un sistema de dirección capaz de dar media vuelta en carretera de doble sentido, lo que les facilita recoger clientes de cualquier acera. Otra diferencia es que para conducir el tradicional "black cab" el taxista pasa un examen del callejero de su ciudad. Hasta hace poco, no llevaban GPS.

Tradiciones escondidas:

-Eddie Stobbart

Eddie Stobart es una compañía logistica conocida por el diseño de sus camiones. Cada uno de estos vehículos blancos y verdes tiene un nombre de mujer distinto escrito encima del radiador. Es común entre las familias que viajan por carretera entretenerse anotando cada uno. Existen incluso un club de fans y series de televisión.

Aunque la norma es dar nombre femenino a los vehículos, hay excepciones. En el vigésimo aniversario de Transformers, un camión fue bautizado Optimus Prime y la única locomotora se llama Eddie.

Los miembros del club de fans pueden pedir dar nombre a un camión. Actualmente la lista de espera es de tres años.

-Allotments y jardines privados

Si el español medio es -en comparación con otras nacionalidades- apasionado de la cocina, el británico lo es de la jardinería. Esto se refleja en la existencia de jardines privados pertenecientes a varios bloques de edificios y cuidados comunalmente y "allotments", o huertos urbanos de alquiler. En los últimos años se ha puesto de moda la compra de los productos de allotments por parte de restaurantes como forma ecológica de abastecimiento (menos contaminación en el transporte).

-Ducha eléctrica

La existencia de una ducha eléctrica en casas con gas ciudad suele ser un misterio para los recién llegados. La instalación es independiente del resto del agua caliente y más cara. La presión del agua también cambia. La utilidad se revela en el momento en que falla la caldera de la calefacción, cuando se bendice esta duplicidad. Albión será pérfida, pero limpia y calentita.

-Bancos y butacas de cine conmemorativos

En parques y salas de cine es fácil ver asientos con una placa dedicatoria. Son homenajes póstumos a personas que disfrutaban del lugar, a la par que una forma de donar dinero por parte de sus familias o amigos para el mantenimiento del sitio.

14 mayo 2013

La primavera.

La mañana ya va avanzada. Salgo al jardín y la fragancia de jazmín invade mis sentidos. Sólo algunas nubes de caprichoso perfil rompen el uniforme azul de un cielo que hoy se muestra magnánimo y vasto. ¡Es la primavera!

En el calendario hace semanas que llegó pero “ella”, hermosa y seductora, se hizo la remolona y quiso ser deseada más de lo que cada año ya es.

Sin resentimiento la saludo y acojo, la abrazo y juego con sus promesas. Hace unos días parecía inaccesible, pérfida y mudable; hoy, bella y cálida. Se presenta carente de todo recato, como larva hecha gusano, como huevo hecho añicos dejando salir al poyuelo. Es el fin de la veda invernal. Son días de apasionamiento por el presente y precursores de otros, ya próximos, de luminosidad, ocio y gozo.

Mientras conduzco hacia la ciudad distingo en el mar un brillo especial y en los conductores una actitud más altanera y jovial. El paisaje se deja vestir de luz para ofrecernos belleza donde otrora sólo eran formas romas.

La ciudad parece haber sufrido una transformación: el bullicio se apoderó de sus calles y plazas, que se han convertido en zonas de febril trasiego y espejo de un estado emocional contenido. Sus habitantes se muestran como víctimas de una eclosión en sus almas, con expresión en el rostro de una mayor apetencia por la vida; caminan como si sus cuerpos fueran más ligeros, como si hubiesen perdido algo que hay que recuperar de inmediato, como si hubiese estallado un frenético bullir de deseos a los que antes se renunciaba.

Ella, la primavera, como una pizpireta, se me antoja que contempla y estimula esta vorágine con absoluta complacencia en si misma, sabedora de que es una lisonja de la ubérrima naturaleza a estos pobres parias del planeta. Yo, sumiso pero despierto, sigo con atención sus irreverentes contoneos y me dejo ir entre la corriente de ese río de sensaciones que no sé muy bien definir pero que reconozco... Y, como los naturalistas franceses, pienso. “Todo lo real ha de ser bello”.

09 mayo 2013

La vida de Jueves

No me gusta ponerme en la piel de otros cuando escribo, pero por Gabi haré una excepción.

Hola, soy Jueves. Nací y vivo en Glasgow, Escocia, aunque mi profesión de hija y nieta me llevan por España e Inglaterra.

Hijos y nietos hay muchos, pero los mestizos somos distintos. Para empezar, creamos tendencias. Por ejemplo, en España a algunos conocidos de mi madre no les gusta mi nombre. Jueves. No se sabe si soy chico o chica. Pero aquí suena exótico y las conocidas de dos amigas de mi madre que han tenido niñas hace poco me lo han copiado. Lo mismo pasa con la ropa. Tengo unos zapatos comprados en Buchanan Street con dibujos de fresas que todo el mundo dice que son preciosos y me encantan las pañoletas, que son como baberos, pero con estilo. La abuela de Coruña me ha hecho dos.

Parte de la biblioteca
Se dice que en el Reino Unido se come mal, pero a mi edad es al revés. Nada de pollo hervido o plátano con galleta para mí. Soy una "chica Annabel" y desde que probé los sólidos he comido montones de aguacates, arándanos, moras y frambuesas. Me encantan los cereales de desayuno, yogures infantiles y el queso, pero porque la leche británica es muy rica. A las madres aquí les gusta mucho hacer pasteles, a la mía también. Me gustan su tarta de zanahoria y la empanada gallega de manzana. En cuanto a carnes y pescados, me podrán dar gato por liebre, pero hace tiempo que distingo el venado del búfalo. Hablando de búfalos ¿Has leído "El Grúffalo"? Es un libro. Yo me lo sé en español e inglés. También otros clásicos, como "La pequeña oruga glotona" o "Vamos a cazar un oso". Es porque mi madre y Michelle hablan mucho. Michelle le dijo a mi madre que en la guarde esos libros eran mis juguetes preferidos y el abuelo de España consiguió la traducción en Fnac. También tengo "La canción del pirata". Michelle es la profesora de la guardería. Está algo chocha -será la edad, por lo menos tiene veinte años- siempre anda contando todas las cosas y diciendo de qué color son. Además deja por ahí arena, espuma de afeitar, pintura de dedos y todo tipo de guarrerías que los padres nunca nos dan. Menos mal que somos tres niños para cuidarla, sino, no sé qué sería de ella.

El jardín de los sueños
Cuando llego a casa tras un duro día trabajando, me gusta ver algo de tele. No soy de películas, soy más de series, en concreto de Cbeebies, el canal de la BBC para prescolares. Me encanta El jardín de los sueños, que ponen a la hora de dormir y es relajante (algunos mayores lo llaman crack para bebés). A veces veo a Mister Tumble con mi madre. Mister Tumble habla con las manos y enseña palabras para entendenos con gente que no puede oír*. Hoy aprendí a decir "isla". Y eso que no hablo aún. A veces ponen Pocoyo en el ordenador. No es la única serie española, porque Jelly Jamm está en Channel 4. Es porque los españoles somos muy buenos dibujando.

Cabras
Aunque el tiempo no siempre es bueno, en Escocia hay muchas cosas que hacer. Tenemos ludotecas, columpios, parques rurales para tocar los animales (me encanta acariciar caballos) y "toddler groups", que es cuando varios padres alquilan un salón de actos, llevan juguetes y comida y entre todos los bebés cuidamos de ellos. De vez en cuando hay que gritarles para que no se escapen, pero es que son viejos y no saben lo que es mejor para ellos. Los viernes llevo a mi madre a uno de escoceses y otro de españoles. Creo que es bueno para que socialice (la pobre es un poco tímida).

En resumen, esta es mi vida. De momento, no me quejo.

*Corrección: el lenguaje usado por Mr Tumble es Makaton y es para personas con dificultades para hablar (generalmente debidas a  un síndrome confusional, autismo, síndrome de Down, sordoceguera, disfasia, trastornos neurológicos o derrames cerebrales).

05 mayo 2013

Buena gente: Portocabo

Hoy sigo con mis redacciones sobre españoles que merecen salir de la crisis con Sobresaliente, paseillo y vuelta al ruedo.

En Noviembre me llegaron un par de cartas de gente que comentaba que se buscaban gallegos para asistir en la grabación de un programa sobre Glasgow. Era para la Television de Galicia, alias "TeleGaita", popular entre bares sin Canal Satélite y ancianos rurales. Así, no es de extrañar que cuando lo comenté con mis conocidos nadie hubiese visto el citado programa.

Pero me desagrada que se desvirtúe la realidad de mi hogar, que en la red aún se conoce entre muchos españoles por crónicas como "Glasgow: Una ciudad insegura" (una historia real de una joven provinciana que se instala en dos de los barrios más baratos de una gran ciudad y su estupor cuando descubre que en ellos hay delincuentes). Así empezó mi experiencia con Portocabo, una pequeña compañía productora de televisión afincada en La Coruña.

Como se podrá deducir, mis expectativas al principio de la experiencia eran bajas. Hace mucho tiempo que no recuerdo haberme equivocado tanto en un juicio. La comunicación con los redactores y el reportero y productor fue eficiente, fluida y amistosa. La capacidad del equipo para acomodarse a las necesidades de cada uno de los entrevistados (incluyendo a mi hija de un año) y para conseguir los permisos de rodaje a ultima hora en fechas especialmente difíciles es testamento de la profesionalidad de los dos orensanos y el coruñés que nos visitaron.

Escuchar y hacer sentir cómodo a un interlocutor que acabas de conocer es un talento raro. Toño, el reportero, destaca en estas cualidades, pero sus dos compañeros no le van a al zaga. Tras sufrir un largo viaje, temperaturas especialmente bajas y una grabación hasta entrada la madrugada la noche anterior, el equipo consiguió convertir las tres horas que mi hija y yo pasamos a la intemperie con ellos en un paseo con agradable charla. En ningún momento hubo signos de fatiga o distracción, pero sí múltiples pruebas de su disfrute. Hubo un momento en que les comete que había oído que el escritor gallego Castelao había estado en la Universidad de Glasgow, pero que desde entonces había intentado sin éxito verificarlo tanto en Internet como con historiadores. Tras algo mas de una década en con la duda, fue uno de ellos quien me indicó exactamente el documento donde consultarlo. Esto llevó a una charla sobre un proyecto que él tenía en mente. Me sorprendí a mi misma pensando que, por primera vez en mucho tiempo, habría un programa que podría ver con mucho gusto. Y encima invitaron a café y nos llevaron a casa.

El trato no cambió tras la grabación y la recogida de una camiseta se arregló con la misma profesionalidad cordial que caracterizó al resto de la experiencia.

Hace poco se estrenó el programa. Es una hora de retrato tan bonito como realista de Glasgow y sus gentes. La mañana que la niña y yo pasamos con ellos quedó reducida a ocho minutos inteligentemente editados donde salimos bien el barrio, la narradora y (lo que más me ha gustado) mi hija.

Lo que empezó como un intento de subsanar una reputación injusta terminó siendo eso y más. El programa ha permitido que gente que me conoce ponga imagen a una parte muy importante de mi vida. Amigos que vive lejos ha podido ver la sonrisa de mi hija. Hemos conocido a un grupo de gente que se merece lo mejor. Ah, y la camiseta sienta bastante bien. Una recompensa más que generosa por la donación de tres horas de nuestra vida.

01 mayo 2013

La soportable levedad del artista escocés

Cuando uno se pone a pensar en músicos escoceses contemporáneos, no acaba nunca. Deacon Blue, Del Amitri, Annie Lennox, Wet Wet Wet, Simple Minds, The Fratellis, Franz Ferdinan, Primal Scream, Dire Straits, Mogwai, Paolo Nutini, Texas, Red Hot Chilli Peppers, Snow Patrol, Belle and Sebastian..... Otra cosa muy distinta ocurre si la lista es de escritores o pintores.

Para los escoceses, el escritor de escritores y orgullo nacional es el internacionalmente desconocido Robert Burns (1759-1796). Para el resto del mundo, el último gran autor - Walter Scott, Robert Louis Stevenson o Sir Arthur Conan Doyle, según gustos - no levanta pluma desde hace dos siglos. Eso, o creen que el discutible talento de J. K. Rowling tiene origen celta.

En mi opinión, el problema no es que los escoceses de hoy no escriban bien, sino su inspiración. Hoy entre los más vendidos tenemos a Iain Banks, Ian Rankin e Irvine Welsh. Todos dedicados al áspero retrato de los bajos fondos de Edimburgo. Esto sería mucho más atractivo si Edimburgo no fuese una ciudad de tamaño medio, carácter provinciano y con uno de los índices de criminalidad más bajos del Reino Unido. Hablar de sus bajos fondos es como hablar de la mafia en Oviedo.

Alexander McCall Smith
Sin embargo, quizá el autor escocés actual más vendido es conocido precisamente por su tono optimista. Un libro de Alexander McCall Smith es como un paseo por un vecindario con las cortinas abiertas. Apenas pasa nada, todo resulta familiar y es precisamente eso lo que lo hace reconfortante. En un tiempo en que la literatura demanda espectacularidad y tragedia, Smith viene a probar que el optimismo y la cotidianidad pueden generar excelentes lecturas, cuando son mostradas con inteligencia.

La serie 44 Scotland Street de Alexander McCall Smith es mi lectura ideal cuando voy en el metro.Trata de la vida de los vecinos del típico "tenement" (bloque de pisos de cuatro plantas con escalera común) del centro de Edimburgo. Empezó como un folletín en el periódico The Scotsman, con lo que cada capítulo tiene la longitud precisa para leerse en un viaje en autobús. El lenguaje es sencillo, como los personajes, pero jalonado de frases de sorprendente lucidez:

"El problema, por supuesto, era que la gente no parecía entender la diferencia entre bien y mal. Necesitaban que se la recordasen, porque si los dejasen para averiguarla solos, nunca se tomarían la molestia. Mirarían qué es lo mejor para ellos y dirían que eso es el bien. Así pensaba la mayoría."

"No podemos tener obligaciones morales con todas las personas del mundo. Tenemos obligaciones morales con la gente que nos tropezamos, la que entra nuestro espacio moral, por así decirlo. Eso significa vecinos, gente con la que tratamos, etc."

Vettriano número 41
En cuanto a la pintura, no es que el panorama escoces esté desierto, es que la falta de talento inunda toda la isla. Preguntando por pintores al británico medio quizá salga Sir Francis Bacon. Con muchísima suerte, Alma Tadema o el último ganador del premio Turner, un galardón famoso porque suele recaer en la candidatura que genere la mayor duda de si puede calificarse como "Arte".

En el ciego reino del arte escoces, Jack Vettriano es el tuerto. La Real Academia de las Bellas Artes rechazó en una ocasión exponer sus obras por considerar que "Vettriano no pinta, colorea". Es posible que así sea, pero vende. Mucho. La simplicidad de sus composiciones absurdas con personajes vestidos al estilo Chicago años cincuenta y sus retratos de mujeres casi pornográficos le han hecho popular entre gentes que normalmente no frecuentan círculos artísticos. Además, sus monocromáticas obras se traducen bien a pósteres baratos muy resultones a la hora de decorar la casa.

Otro nombre conocido por su dominio del pincel es Avril Paton. La imagen abajo mostrada es su obra mas famosa. Copias de ésta se pueden ver en cientos de hogares escoceses y tiene su historia.

Windows in the West. 1993
El bloque de casas es el que ve la autora desde su ventana en el West End de Glasgow. Ampliando la imagen, en la torreta del segundo piso, junto a las ventanas de cortinas granates, hay un hombre canoso de pie en el medio de un salón. Es Bernard MacLaverty, escritor norirlandés premio nacional de literatura, amigo de la pintora y gran amante de la música de Carlos Nuñez. ¿Que cómo sé esto? Porque el propio escritor me lo contó en ese salón frente a una taza de té, mientras me mostraba la primera edición corregida a mano de su novela "Lamb" (hoy una película protagonizada por Liam Neeson). Pero esa es otra historia y será contada (quizá) en otra ocasión.