26 agosto 2016

El burkini en Niza

Cuando vi la noticia de la mujer forzada a quitarse el burkini en una playa de Niza no presté mucha atención. Es una de esas situaciones en las que ninguna opción es buena. Después leí dos opiniones, ambas expresadas con convicción, lucidez, vehemencia y conclusiones opuestas. Envidiosa de su claridad, seguí rosmando.

Ordenemos pensamientos... Lo primero que me viene a la cabeza cuando pienso en la palabra "burkini" es su parecido con esto:

Lo segundo, esto otro:

No ayuda.

Leí una entrevista con su diseñadora. En ella, la palabra "modestia" es la más repetida. Según la empresaria, la prenda "simboliza el ocio y la felicidad y la diversión y la forma física y la salud ¿y ahora están exigiendo las mujeres salir de la playa y volver a sus cocinas?". Describe así la experiencia de estrenar el prototipo:

"Fue mi primera vez nadando en público y fue absolutamente maravilloso. Tengo el recuerdo tan fresco. Sentí libertad, me sentí empoderada, me sentí como si la piscina me perteneciese. Caminé hasta el final de aquella piscina con la cabeza alta."

Pero, diez años después, admite como cierta felicidad vino de sentir las miradas del resto de los bañistas y, al hablar de sí misma, dice:

"¿Me considero feminista? Si, probablemente. Me gusta estar detrás de mi hombre, pero yo soy el motor y elijo serlo. Quiero que él se lleve todo el crédito, pero yo soy la triunfadora escondida."


Es decir, no se tapa por modestia (la palabra implica un deseo de pasar desapercibida), sino por vergüenza, una vergüenza derivada de un sentimiento de inferioridad. La limitacion disfrazada de virtud.

Resumen: que para algunas mujeres árabes el traje podría representar un avance: la salida del siglo XVIII para entrar en el XIX. Pero el progreso parece tan superficial que no puedo decir si es progreso real o moda pasajera.

Breve historia del bañador femenino
Trataré entonces de entenderlo desde la perspectiva de las mujeres que lo llevan. En Europa, las árabes que conozco y se tapan lo hacen por coquetería. Cubrirse añade misterio y puede quitar muchos kilos. El burquini cumple la misma función y, además, atrae muchas más miradas que una supermodelo con el bikini más favorecedor del mercado. Sustituye un atractivo sexual que probablemente nunca existió por un aura palpable de originalidad.

Nada, que por más que le de vueltas no veo más que un trapo. Una moda arcaica como las fluorescencias de los años 80 o los calcetines de rombos.

Modelo escondiendo vello corporal, papada, michelines, celulitis y el irreprimible deseo de fecundar un óvulo.

Pero volviendo a a la noticia que abre este comentario. ¿Debieron forzar a la bañista a desnudarse? En este caso, dado lo sufrido en Niza, tomar el sol en ese atuendo me parece tan apropiado como aparecer en un funeral en bermudas. Quizá el asunto no deba enfocarse como un tema de higiene o moral tanto como de modales.