22 agosto 2014

18 de Septiembre: referendum sobre la indeppendencia de Escocia

El jueves 18 de septiembre se llevara a cabo el referéndum sobre la independencia de Escocia (conocido en las redes sociales como #indyref ). Ya recibí la tarjeta con la certificación de mi derecho al voto, el colegio electoral y los horarios. Siento decir que, al ser en día de semana, iré de noche, así que no sé si habrá fotos.

Como tanto los medios españoles (empeñados en hacer ofensivos paralelismos con Cataluña) como los británicos (diseñados para ser consumidos por la enorme mayoría inglesa) han sido muy parciales, empiezo la historia desde el principio.

Breve historia del referéndum escocés

En 1999 se fundo el parlamento escocés. Tiene jurisdicción en materias de agricultura y pesca, educación, salud, cultura, turismo, medioambiente, I+D y sistema legal (Escocia tiene un sistema legal basado en el derecho romano y por tanto diferente al resto de Gran Bretaña). Por otro lado, no puede decidir sobre impuestos, políticas de empleo, energía (incluyendo los yacimientos de petróleo, parques eólicos y centrales nucleares), medios de comunicación, empleo público, importación-exportación, defensa o aduanas.

En 2007 gana las elecciones por primera vez el SNP –Scottish Nationalist Party-. Parte de su programa era conseguir la celebración de un referéndum pero, como para ello necesitaba mayoría absoluta en el Parlamento escocés, esto se olvidó hasta que la consiguieron en 2011. El gobierno nacionalista no tenían prisa, ya que el clima económico no invitaba al gasto extraordinario y la distracción que este suponía. Sin embargo, en 2012, el primer ministro David Cameron, tras récords históricos de falta de popularidad y una catastrófica visita a Bruselas en la que se evidenció el grave deterioro del peso internacional del Reino Unido, decidió tapar su mala gestión con la bandera y forzar una fecha.

La pregunta

El primer diseño propuesto por el gobierno escocés incluía tres opciones: seguir en la unión, independencia o autonomía fiscal (la llamada "devo-max"). En los sondeos iniciales, más del 60% de la población apoyaba la opción de "devo-max", pero fue vetada por el gobierno londinense. Por ello, la pregunta hoy es:
¿Debería Escocia ser un país independiente?

La campaña

El bando del Si (eslogan:"Yes") es abanderado por el SNP. El del "No" (eslóganes "Better Together", "No, thanks" y "X No") por los demás partidos (Labour, Liberal Democrats y Conservatives).

Desde el inicio de la campaña, el objetivo de ambas partes ha sido convencer a la mayoría de votantes que quedaron sin opción al suprimirse la posibilidad del "devo max". Así, Londres ha prometido que, pase lo que pase, Escocia ya tiene garantizada la administración del 40% de los impuestos que recaude. Los nacionalistas prometen luchar por mantener la libra, la pertenencia a la UE, La OTAN, el ejército, la BBC y la monarquía. Esto es obviamente irrealizable y cuenta con la oposición frontal de Londres. Tampoco parece el arreglo ideal para el SNP. Pero refuerza el mensaje de que, puestos a negociar, el bando independentista pone la voluntad popular por encima de intereses partidistas.

El tono de la campaña ha sido de respeto por ambas partes. Los intentos como los vídeos unionistas de "No Borders" en el que se mofaban del programa independentista, o los argumentos que sugieren que Escocia contribuye a las arcas británicas más de lo que debería han sido repudiados, no desde el campo opositor, sino desde las propias bases. Nadie quiere antagonizar al vecino cuando sabe que se volverán a ver en la mesa de negociación.

La campaña unionista ha sido tachada de negativa y apática. Negativa no sólo por el eslogan, también porque es casi imposible afirmar que se está mejor dentro de la unión sin sugerir que los ingleses son superiores a los escoceses para decidir sobre Escocia. Esto, en una región con un paro del 6% y una economía saneada, es insultante. Apática, porque esta dirigida desde las sedes de tres partidos diferentes en Londres, partidos para quienes los escoceses apenas representan un votante de cada diez.

Esta es la única foto que he sacado de la campaña. A pesar de ser los triunfadores en los sondeos, el  autobús publicitario se aparca en un callejón y la imagen está borrosa porque mientras la sacaba un par de tipos le escupían insultos y no me sentía cómoda.

En contraste, los independentistas han sido acusados de utópicos y de no tener un "plan B" si sus ideas iniciales no se realizan. Quizá por eso su campaña ha sido mucho más popular. En contraste con la imagen anterior, es casi imposible pasear por una calle de Glasgow o un muro de Facebook escocés sin ver al menos dos de las populares pegatinas azules y blancas del "Yes".

La campaña en los medios de comunicación

Al no haber periódicos o televisiones de capital escocés y ser los clientes mayoritarios ingleses, estos medios han tomado posiciones entre apáticas y hostiles frente al bando nacionalista. La BBC rehusó televisar el debate entre Alex Salmond y Alistair Darling -los cabezas de campaña- alegando que "carecía de interés para la mayoría de la población". Este finalmente se hizo en un canal privado que lo retransmitió localmente. Al día siguiente, prensa y televisión presentaban a un tartamudeante Darling como el gran triunfador.

Me temo que tampoco ha faltado el vídeo de famosos con delirios de intelectualidad poniéndose a favor de lo que diga el gobierno central.

Por otro lado, los independentistas han peleado en la radio, las redes sociales y la calle. Ha habido mesas con pegatinas en casi todas las fiestas callejeras. Salmond se ha sentado a debatir cara a cara con los chavales en varios institutos públicos. Se han organizado multitud de conferencias y debates de asistencia gratuita. La comunidad paquistaní (uno de los apoyos más sólidos del SNP) ha hecho campaña en las mezquitas.

El futuro.

El bando unionista tiene a su favor el miedo a empezar de cero en una economía global incierta, una población envejecida y el peso de la costumbre. Los independentistas, el maltrato inherente de ser la minoría progresista en un país de tradición conservadora.

Si paseo por la calle o hablo con gente, la sensación es de victoria independentista. Sin embargo, todos los sondeos indican una clara ventaja del no. Por una parte, quizá sea por lo difícil que es confesarse unionista sin sonar antipatriótico. Por otra, todos los sondeos que se publican son, de nuevo, de instituciones inglesas. Aún así, creo que lo que tendremos en el 2016 será sólo otro paso hacia un Reino Unido federal. Después de todo, eso es lo que quiere la mayoría.


¿Y yo de qué lado estoy? Pues como ya comenté en otra ocasión, por razones objetivas y subjetivas,desde que pisé esta tierra por primera vez hace casi dos décadas, me podrán ver entre los soñadores.

19 agosto 2014

Mi gata (II)

Es domingo. Bajo a la cocina a tomar un zumo y abro la puerta del cuarto contiguo. Gris se acerca, roza mis piernas una y otra vez, en un sentido y en el contrario, maúlla y trata de adivinar mi itinerario para adelantarse. Nos vamos al piso superior, me siento a leer o tomar alguna nota, ella se sube al sofá que tengo enfrente, olfatea, gira sobre si misma y se deja caer en la mullida superficie; sabe que es pronto para salir de la casa. Me mira y se duerme. Yo sigo en mis cosas. La miro y me pregunto que habrá en el microcosmos de su cabecita. Pasado algún tiempo se despierta, se incorpora, se estira y con calmado paso se va al dormitorio, sube a la cama y se instala encima. Ahí permanecerá hasta que su ama se levante para darle el desayuno. Cuando termina con los últimos granos de pienso su calma se vuelve impaciencia, nos mira, se va corriendo hacia la puerta que da acceso al jardín, se alza sobre sus patas traseras y con una de las delanteras toca la llave, ¿ quién no entiende semejante actitud.?

Ya en el jardín sufre una metamorfosis: sus ojos se agrandan, sus orejas se ponen verticales, sus movimientos los dirige el instinto y su sagacidad en el punto álgido. En este estado de alerta, aunque tranquila, va oliendo cada esquina, cada árbol, para terminar afilándose las uñas en la drácena del fondo.
A partir de aquí, su recorrido nos es desconocido. Suponemos que parcelas vecinas serán el espacio visitado y, sabemos, que hay días que entra en liza con algún congénere. Es frecuente que, antes o después de su paseo, esté con nosotros en el jardín; entonces nos ofrece el espectáculo de su aseo parsimonioso, de sus acrobacias y sus juegos. Es placentero ver como se enreda con una cuerda, una hoja, un chorro de agua o una mosca. Y el deleite llega cuando aparece una mariposa o un pajarito. Entonces Gris se vuelve una cazadora astuta. Silente, se va acercando, se para, observa y, finalmente, pega un extraordinario brinco con las patas estiradas y las uñas en ristre. Cuando la presa se aleja, displicente retorna a nuestro lado.


Después de unas horas de ignorada ruta, aparece lentamente por el jardín; derrengada y transida enfila la puerta y se va a descansar. Llegó la hora del sosiego y la calma. Ya no hay pájaros ni mariposas que la distraigan, ladridos que la asusten o coches que la perturben. Ahora decidirá si dormir en un sofá o elevarse, bien al bafle pegado al ventanal del salón o al alfeizar de cualquiera de las ventanas. A lo largo de las horas, y en discrecional orden, pasará por cada uno de estos sitios.

Terminada la cena e instalados para ver alguna película, Gris no tardará en llegar y acomodarse entre nosotros o en el regazo que más atractivo le parezca esa noche. Pocas veces mira a la pantalla, el mayor tiempo, en las posturas más inverosímiles, se duerme; y yo me sosiego viendo el vaivén de su respiración.

Cuando el televisor se apaga, mi esposa la pone en el hombro, le da las últimas carantoñas del día y la deja en “su zona”: garaje y un cuarto anexo; no olvidando cerrar con llave, pues en caso de no hacerlo nos aparecería entre las sábanas. La experiencia ya fue vivida: con una pata se cuelga de la manija de la puerta y con la otra la hace bascular, el pasador cede y con su patita empuja. El camino está libre.

10 agosto 2014

Anécdotas de los juegos de la Commonwealth 2014.

Ya se acabaron los juegos de la Commonwealth. A decir verdad, terminaron hace casi dos semanas, pero Agosto me confunde. Además, como enlazamos juegos con Festival de Edimburgo (que durará todo este mes), la diferencia en cuanto a número de turistas en la calle es nula.

El evento deportivo ha dejado poca huella en mí, pero ha generado alguna que otra historia entretenida.

Durante la ceremonia de inauguración, Twitter y Facebook echaban humo. Sin duda la estrella fue John Barrowman. Este actor y cantante sólo conocido fuera del Reino Unido por series de ciencia ficción (Dr. Who, Torchwood, Arrow) interpretó una canción de espectacular coreografía y puesta en escena. Nacido en Glasgow, Barrowman emigró a los ocho años a Illinois. Mientras veían el espectáculo, las redes sociales en Escocia eran unánimes en los comentarios. Todas se quejaban de lo extraño y distorsionado que resultaba su acento escocés. Al día siguiente, la prensa internacional lo tenía en portada por algo bien distinto: parte de la rutina incluía un breve beso homosexual con uno de los bailarines mientras el resto de la compañía celebraba la aprobación del matrimonio de parejas del mismo sexo en Escocia. Algo llamativo si tenemos en cuenta que 42 de los 53 países que componen la Commonwealth consideran la homosexualidad delito. Pero no deja de ser curioso que aquí nadie se fijó en esa parte del vídeo.

Siguiendo con la ceremonia, un amigo indio la fue a ver en vivo. Me contó que al parecer había una pandilla de gente vestida de vivos colores a la entrada. Varios residentes locales se acercaron a hacerse fotos con ellos creyendo que eran un grupo de música folclórica. Alguno se fue convencido de haber visto a los Red Hot Chilli Pipers. Según mi amigo, las pancartas que acarreaban no llevaban el nombre de ningún grupo artístico. Era una delegación de los Tigres Tamiles, un grupo separatista de Sri Lanka que tras el esfuerzo de hacer todo el camino desde Asia no pensaron en traducir al inglés sus consignas independentistas.

Uno de los primeros eventos fue el partido de rugby entre Uganda y Australia. Los fanáticos de este deporte pueden perdonarse no haber oído hablar nunca del equipo africano. Tras la primera parte, los australianos les habían dado las del pulpo y más. Pero sus desesperados intentos se ganaron al público escocés que al rugido de ¡Uganda!¡Uganda! celebraron cada uno de sus aciertos (resultado final: 43-5 a favor de Australia pero ¿Y lo bien que lo pasaron?).

Siguiendo con el rugby, cabe destacar al valiente que decidió esperar al descanso para pedir matrimonio a su novia delante de 50.000 espectadores. Por suerte -o por desgracia- ella aceptó.

No tan feliz fue la relación de Usain Bolt con la prensa. Al parecer, el atleta esperaba bajo la lluvia por un taxi cuando un periodista de The Times le preguntó que qué le parecía el evento. El empapado corredor, quizá con la cabeza más en la meteorología que en la pregunta, contestó "a bit shit" ("algo mierdas"). Ni que decir tiene que el resto del día lo pasó en Twitter perfeccionando el arte de la disculpa en 140 caracteres.

Otro claro incomprendido -al menos por mi parte- fue la mascota Clyde. El cardo al que describí de forma poco amable en mi anterior artículo sobre los juegos es tan difícil de erradicar como la planta que lo inspiró. Y es que ya hay una recogida de firmas para que se convierta en mascota oficial y permanente de Glasgow. Además, una de las 25 estatuas plantadas por la ciudad está en paradero desconocido, sustraída por algún enajenado que se la ha querido llevar a casa sin siquiera pedir rescate por ella.

En fin, queda claro que de todo hay en la viña del Señor. Y en Glasgow.


Este vídeo tiene un resumen de la ceremonia de inauguración. John Barrowman es el de la americana morada.

07 agosto 2014

Mi gata (I)

 Este post fue escrito unos 7 años atrás.
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Nunca había sido amigo de los gatos. En septiembre del año 2003, una gatita de pocos meses, juguetona, inquieta y con deseos de ser querida apareció en nuestro jardín. Se le proporcionó comida, caricias, juego y un nombre: GRIS.

A partir de ese día, se hizo asidua visitante y perdió el miedo a entrar en casa. Y así pasaron unos meses. Con el paso de los días, sus apariciones eran más frecuentes y al llegar la noche, con absoluta fidelidad, venía a dormir en el habitáculo que le habíamos preparado.

Una noche la vimos inmóvil, todo su cuerpo concentrado sobre sus cuatro patas dobladas, sus ojillos demandando auxilio; no era la de los otros días. Al cogerla oí su queja y sentí su congoja. El tacto en una de mis manos no era su pelo aterciopelado sino algo más viscoso: su intestino.

Yo conduciendo y mi esposa con ella en el regazo, taponándole la herida, llegamos a urgencias veterinarias. Intervención inmediata: reducción de intestino en siete centímetros, extirpación del bazo y una semana de cuidados intensivos - daba pena verla con la aguja del suero clavada en su patita llagada - fueron la consecuencia de la casi mortal herida que un perro vecino le había asestado.

La convalecencia fueron dos meses. En este tiempo no salió de casa, siendo mimada y atendida con esmero y cariño. Su gracia animal y su debilidad física la hicieron acreedora de cuidados y una extrema consideración. Siendo total la reciprocidad: Gris nos miraba, nos maullaba cuando algo quería, dormía despreocupada en nuestras rodillas, se despatarraba mirando al cielo para sentir mi mano sobre su cuerpo (la parte que no estaba dañada), seguía con sus orejas y ojos cada movimiento que se ejecutaba en su proximidad. Pero una cosa no había cambiado: su deseo de libertad, de salir todos los días a recorrer los alrededores de la casa. Y esto hizo finalizados los dos meses de cura y lo sigue haciendo hoy.

Ahora, después de estos años de “relación”, nos entendemos bien. Como en un lenguaje de códigos, sabe cada parte lo que la otra desea o rechaza. Naturalmente, siempre hay alguna sorpresa:
Cierto día, Gris no aparecía; no se encontraba en ninguno de sus lugares preferidos, sabíamos que no había salido. Buscamos en cada rincón, en cada recoveco oculto. Por fin me encontré con su viva mirada y su cara de satisfacción, como diciendo "mira que lugar tan estupendo”. Estaba en el interior de la secadora, mirando al exterior, como el curioso pasajero de un barco mirando por el ojo de buey.

Una de las debilidades de mi gata son las cajas de cartón de embalajes y las bolsas, todas. Cuando ve una se acerca, la huele, la mueve con su patita y, acto seguido, trata de meterse dentro. De una u otra manera, lo consigue siempre. Ahí dentro puede permanecer largo rato y, si el sitio es cómodo, dormirse placidamente.


01 agosto 2014

Semana mundial de la lactancia materna

El 1 de Agosto empieza la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Esta semana se creó para celebrar el esfuerzo de las madres que pueden y quieren ser la fuente de nutrición de sus hijos y para reivindicar que ninguna debe sentir vergüenza por alimentar a su bebé donde y cuando este tenga necesidad.

Nunca me he apuntado porque no tengo interés en cómo alimenten otras familias. Hoy técnicamente tampoco lo hago, ya que me uno a otra alternativa: la campaña "I Support You".

Desgraciadamente, durante la Semana Mundial de la Lactancia Materna, el mensaje de que las madres lactantes merecen apoyo oscurece e incluso contradice a otro igualmente importante: que todas las madres merecen apoyo, independientemente de cómo alimenten a sus hijos. Con la cobertura del apoyo se pasa a la comparación y de ahí al aleccionamiento.

En sentido horario: Grumet, Barston, Simon.
I Support You" es una iniciativa que reúne a madres que ofrecen lactancia materna en exclusiva, madres que dan lactancia combinada y madres que dan formula exclusivamente que quieren apoyarse mutuamente como iguales, con compasión y comprensión. Ha sido creada por tres gigantes de la blogosfera maternal norteamericana: Kim Simon, autora de "Mama by the Bay", ha vivido con sus hijos todas las formas de lactancia. Suzanne Barston, la mente científica del grupo, asesora de lactancia y madre de dos hijos criados con formula, es la autora de "Fearless Formula Feeder". Jamie-Lynne Grumet, conocida por una portada de la revista Time en la que amamanta a su hijo de edad escolar, tiene dos hijos, el blog "I am not the Babysitter" y practica la crianza con apego.

Así que este es mi manifiesto para la Semana de la Lactancia Materna:

Que no creo en el apoyo a un tipo de leche. No creo en el apoyo a un tipo de lactancia. Creo en el apoyo a las madres y las familias. Creo en el apoyo a la persona.

Que quien juzga a una mujer por el uso que haga de sus pechos demuestra que el que hace de su cerebro es nulo.

Que ni las madres que dan el biberón lo hacen por mayor ignorancia, ni las que dan el pecho por mayor conocimiento, porque nadie sabe más de su cuerpo ni de su hijo que la propia mujer que cría (y para todo lo demás, Google lo sabemos usar todos).

Que, desde la que disfruta cada minuto lactando, hasta la que clava las uñas en su propia carne de dolor y sigue porque no tiene otra opción. Desde la mujer que traga las lágrimas al ver a otra amamantar a su bebé con la leche que ella no tuvo, a la que nunca consideró usar sus pechos para ese menester. Desde la mujer que llora ríos por la meta inalcanzada, a la que siguió sin miedos. Ninguna es mejor que otra por su forma de lactancia.

Que, si el consejo no es solicitado, tan impertinente es quien dice que pares como quien dice que sigas. Tan fuera de lugar es "¿Sigues dando teta a un niño tan grande?" como "Por lo menos lo has intentado" o "¿No sabes que el pecho es lo mejor?".

Que no eres feminismo dar el biberón, como no lo es dar la teta en público. Feminismo es admitir que la persona más apta para decidir sobre el cuerpo de una mujer es ella misma.

Que aunque la leche materna sea el mejor alimento, la nutrición del bebé no es un acto aislado, sino que encaja en el contexto de una cultura, una sociedad y una vida diaria únicas para cada familia. Este contexto frecuentemente justifica la desviación de la norma biológica por el bien común y del bebé.

Que no hay más lactancia fallida que la que acaba con el bebé o la madre hospitalizados.
"Yo tomé fórmula, Yo 50/50 y yo pecho. Si tú no ves la diferencia ¿Por qué deberíamos verla nosotros?"

No apoyo tu lactancia, te apoyo a ti, "I Support You".