29 septiembre 2010

New Lanark, vivendo una utopía.

New Lanark es un pueblo del Sur de Escocia, a orillas del río Clyde, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

New Lanark no es especialmente llamativo. La arquitectura es muy regular y el atronador ruido de los rápidos te acompaña donde quiera que vayas. Sin embargo, este pueblo ha sido el hogar de soñadores y visionarios durante más de doscientos años.


La aldea se fundó en 1785 para dar residencia a cientos de trabajadores de la industria algodonera, que aprovechaba la energía de los rápidos y cataratas del río Clyde para hacer funcionar sus molinos. Diez años más tarde un tal Robert Owen se hizo cargo. Aunque las condiciones de trabajo eran normales para la época, Owen las creyó insuficientes. Se ocupó de que sus empleados reservasen la sexta parte de su jornal para crear un sistema sanitario universal (el germen de la Seguridad Social). Con los fondos obtenidos en la tienda del pueblo (donde los precios se mantenían lo más bajos posible), se creó la primera guardería de la Historia y un colegio donde los niños asistían en jornada completa hasta los diez años, pudiendo hacerlo hasta los doce si querían. El castigo corporal como método pedagógico estaba prohibido. Además se creó una escuela nocturna donde estudiar hasta los veinte años. Gran número de personalidades visitaban las fábricas para comprobar la viabilidad de un ambiente industrial rentable con una fuerza de trabajo saludable y satisfecha. New Lanark se convirtió en el símbolo del socialismo utópico.

Catarata Cora Lynn, una de las que abastecen de electricidad a New Lanark
La obra de Owen fue continuada y en 1898 los propietarios de New Lanark usaron parte de la energía producida en las turbinas de los molinos para abastecer a las casas de electricidad gratuita.

En su mayor apogeo, la población llegó a los 2.500 habitantes, pero fue disminuyendo con la llegada de métodos industriales más mecánicos. El declive continuó a medida que las exportaciones de algodón de otros países bajaban de precio. En 1968, la última fábrica cerró. Residencias y viejos molinos se dejaron a merced de los elementos.

Ruecas en funcionamiento
En 1975, se fundó el New Lanark Conservación Trust, para impedir la desaparición del pueblo. Gracias a una fuerte inversión de diferentes estamentos, la aldea resurge, aunque ahora la utopía perseguida es otra. Es el destino turístico ideal.

Las turbinas de 1929 vuelven a aprovechar los rápidos del Clyde para -con la ayuda de una central hidroeléctrica moderna- abastecer de energía renovable al pueblo y parte de los alrededores.

Los edificios más emblemáticos son pequeños museos.

Todo el pueblo es accesible en silla de rueda (que puedes pedir prestada) y los museos cuentan con guías en veintiséis idiomas, letra grande y braille.

Los molinos no cardan algodón, pero sí lana, que hoy es más rentable.

Hay un cómodo hotel con spa, un hostal, varias tiendas y una cafetería.  La cafetería, a pesar estar en medio de una atracción turística y de carecer de competencia, continúa el espíritu de Owen al ofrecer un menú variado, hecho con productos locales o de comercio justo y a precios muy razonables.

El molino más antiguo, hoy hotel y spa
Me gustaría decir que el New Lanark del siglo XIX volverá a probar otro imposible. Espero que algún día ocurra. De momento, la última fase de restauración se ha retrasado por falta de fondos.

25 septiembre 2010

Las orillas del río Clyde

Tarde de invierno a la ribera del Clyde.

En esta imagen se ve parte de la historia de Glasgow. Está sacada desde el puente que conecta la zona Sur con el centro urbano.

El edificio puntiagudo a la izquierda de la grúa es el más alejado en la distancia y en el tiempo. Es la Universidad de Glasgow. Data de 1451. Es la cuarta más antigua del Reino Unido. Fue fundada en el centro de la ciudad, pero la construcción de una línea de tren provocó su traslado piedra a piedra al West End. La torre que sobresale es un añadido neogótico, pero quedan edificios medievales en uso (uno de ellos es parte de la facultad mas nueva: la de Informática). De aquí han salido seis premios Nobel, dos primer ministros y científicos como Lord Kelvin o James Watt.

En el s. XVIII, el comercio marítimo con América y una hambruna en Irlanda desencadenaron la expansión de la ciudad, que se convirtió en la segunda mayor del Impero Británico. La necesidad de alojamiento llevó a la construcción de edificios como los de la imagen: los "tenements", bloques de pisos de piedra arcillosa amarilla o roja y techos altos que son, aún hoy, el tipo de vivienda más popular de la Escocia urbana.

Gracias a la Revolución industrial y a los astilleros del río Clyde, el siglo XIX fue la era dorada de Glasgow, que llegó a ser el cuarto núcleo de población de Europa después de Londres, París y Berlín.

De aquí salían la mitad de los barcos fabricados en el Reino Unido. Grúas como la de la imagen hablan del esplendor de la época. Pero con el siglo XX llegaron la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión.

Al igual que en Galicia, en los años sesenta, la competición de países como Japón o Alemania dio la última puñalada al debilitado negocio naviero. La joya imperial se convirtió en una ciudad desempleada, ruinosa y despoblada. Enferma por los efluvios tóxicos del negocio que un día la elevó.

Pero en los años ochenta, con la hoy histórica campaña "Glasgow's miles better" y una fuerte inversión en los sectores financieros y de servicios, la ciudad remonta. En 1983 Norman Foster crea el "Scottish Exhibition and Conference Centre" (o SECC). Conocido como "el armadillo". Este centro de congresos y exposiciones se ha convertido en un símbolo del resurgir del Clyde.

SECC reflejado en el nuevo edificio de la BBC
En el siglo XXI, Glasgow tiene una economía fuerte y diversificada, pero ya no aspira a ser conocida por su industria o sus riquezas. Es una ciudad contenta de estar entre las más seguras del mundo y sus habitantes no se sorprenden de saber que Lonely Planet la tiene entre los diez mejores destinos turísticos del Mundo.

Hoy la vieja "Glasgow Uni" es la mayor de las tres universidades de la ciudad. Además de ser una visita turística obligada, educa a catorce mil jóvenes y da trabajo a más de cinco mil familias. Su calidad docente la coloca entre las cien mejores del mundo. Además, genera unos ingresos cercanos a los quinientos millones de euros anuales.

Los tenements conviven con rascacielos en una mezcla que ha llevado a Glasgow a vencer a competidoras como Edimburgo o Liverpool en la lucha por el título de "ciudad británica de la arquitectura".

Hay planes para transformar las grúas más impresionantes en cafeterías y museos.

El SECC sigue siendo icónico, pero quizá por poco tiempo. El año que viene el museo de transporte diseñado por Zaha Hadid promete ser la joya que adorne al Clyde del siglo XXI. Y es que panta rei, todo fluye, nada es eterno.

23 septiembre 2010

La radio

Tengo una compañera en el trabajo a la que apodamos "la Radio", porque no para de hablar. Mi jefa dice que un día habrá que ver como sacarle las pilas o encontrar el botón de apagado. Le he pedido que, por caridad, no toque nada, no sea que descubra el canal de música por error y la cosa empeore. Hoy el programa iba de las vacaciones que acaba de reservar: un viaje en barco a Ámsterdam:

LA RADIO: ... Y viene mi novio, al principio no le daban vacaciones pero bla, bla..... y mi amiga Paulina, que dice que no va a llevar ropa elegante, yo ya le dije que lleve algo bla, bla, bla.....¿El tiempo? pues va ser frío con bla, bla y más bla..... La comida en el barco es muy cara, pero me dijo una vecina que bla, bla y requetebla..... ¿Queréis ver una foto del barco?

RESTO DE LA OFICINA: ¡¡¡No!!!

LA RADIO: Sale por Internet. Muy bonito. Se llama "Princesa de Noruega"...

MIÉRCOLES: Irónico, vas a Holanda en el Princesa de Noruega.

LA RADIO:¡No voy a Holanda!¡Voy a Ámsterdam!

"Cerrado por circunstancias". Cartel visto en el Palacio Real de Ámsterdam.


Que se preparen los Países Bajos: La Radio es imparable, y va fumada de casa.

20 septiembre 2010

India (VI) EL TREN




Todas las estaciones de ferrocarriles tienen un olor especial, la de Benarés más penetrante; todas tienen trasiego de personas y bultos, la de Benarés más intenso; todas están envueltas en un aire de premura, la de Benarés de urgencia clínica. En ella tomaremos el tren para Khajuraho.



Cuando el autobús nos deja en su entrada, los abundantes escalones de una escalera atestada de gente nos reta al ascenso. Con esfuerzo, y buscando un hueco por donde colarnos y que nuestra maleta no tropiece, culminamos la cima. Es el principio de un pasadizo que aparenta interminable, donde la prisa y la condensación humana hacen laborioso el avance. Semejamos diligentes hormigas, que con su carga a cuestas, llegan a su hormiguero: esquivamos, bordeamos, frenamos, aceleramos para no perder al anterior y miramos atrás para confirmar que somos seguidos... Vislumbramos el andén desde lo alto y acometemos el descenso para alcanzarlo. No es cómodo el recorrido pero promete un final.

Se hace un recuento y ya todos estamos a pie de tren. Tratamos de recuperarnos, bebemos agua, enjugamos el rostro, soltamos alguna frase y esperamos...



El tren, con su carrocería llena de muescas de los miles de kilómetros recorridos, hace su aparición y se detiene. Se abren las portezuelas de los vagones y un flujo humano se vierte por ellas. Antes de que esto remate, con el último viajero en el pescante, empezamos a subir los que estamos abajo y buscamos pronto acomodo.

Los departamentos están muy usados y poco limpios, pero la privacidad que nos presenta y su ambiente fresco – es el único vagón con aire acondicionado – hacen sentirnos bien acogidos y privilegiados.



El bregado ferrocarril, como un gigantesco gusano metálico, con negligente actitud, pone en marcha sus circulares patas y comienza a moverse. Chirría el acero, crujen las juntas, silva al inmenso cielo, se curva y se endereza de nuevo, se adueña del terreno que pisa y avanza complacido con su estómago indigestado de seres.



Son más de cinco horas las programadas para el trayecto. Charlar y dormir, con la ingesta de alguna golosina por medio, serán las actividades recurrentes. Ni el tedio ni la ansiedad son admitidos como compañeros de viaje y sí nos acompañan la hilaridad y el buen ánimo.


Con el aviso de que nuestro destino está próximo se van tomando posiciones: primero bajaremos las maletas y, sin dejar que empiecen a subir, haremos nosotros “el salto”.

Renqueante y fatigado, el largo gusano se para y comienza a vomitar por su costado.

Estamos en Khajuraho.

15 septiembre 2010

Visita del Papa a Glasgow

El Papa ha decidido que Glasgow bien vale una misa, así que llegará mañana Jueves. Confieso que no me enteré hasta este Domingo, cuando se anunció qué carreteras serían cortadas.

¿Qué hace Benedicto XVI en el Reino Unido?


La relación de este país con el Papa es compleja: por un lado, es criticado en los medios como nunca se vería en España, por otro, el contribuyente pagará religiosamente doce millones de libras por su visita.

El 76% de los británicos es creyente, pero esta mayoría se diluye entre la iglesia anglicana, la católica (10%) y multitud de protestantes. A esto hay que sumar el creciente número de musulmanes e hindúes. No hay una religión de influencia avasallante, lo que ha derivado en una estrategia de ayuda mutua que se podría resumir como "hoy por ti, mañana por mí". Gracias a esta colaboración se han podido aprobar medidas como el mantenimiento con dinero público de tribunales que aplican la Sharia (ley islámica, aprobada gracias al apoyo anglicano) o frenado leyes contra la discriminación por orientación sexual.

En resumen, el poder de una iglesia concreta es muy limitado, pero el de los creyentes es enorme. De ahí la importancia de la visita papal: las alianzas que forme afectarán la política del país.


La reacción en los medios

La portada de hoy en los periódicos es el encarcelamiento de George Michael por conducir emporrado. Aún así, esta visita acapara más atención que las de otros jefes de Estado.

La prensa es unánimemente crítica y frecuentemente hostil. Los diarios más serios subrayan la falta de acción ante los casos de pederastia y los sensacionalistas el pasado nazi de Benedicto XVI.

En todos los medios se cuestiona la parcial financiación pública del evento. En 1982, la Santa Sede pagó el primer viaje papal al Reino Unido. Esta vez sólo aportará ocho de los veinte millones de libras que se espera cueste la llegada de Benedicto XVI. La diferencia se debe a que el actual papa se entrevistará con cargos políticos, lo que significa que viene como jefe de Estado (invitado). Juan Pablo II condenó la postura británica en la guerra de las Malvinas, lo que impidió que se reuniese con Margaret Thacher. Así, aquella visita fue solo pastoral. Al margen de estas consideraciones, la mayor parte de los jefes de Estado no reciben el carísimo baño de multitudes que un papa espera. ¿Cómo se ha aprobado entonces un presupuesto tan alto e impopular? "Hoy por tí"...

La reacción en la calle

La mayor preocupación es el corte de circulación de hasta 28 horas que sufrirán algunas carreteras de acceso a Glasgow anexas al parque Bellahouston, donde se celebrará la misa.

Por otro lado, la visita del Papa es un hecho histórico y rompe la rutina. Se discute la polémica de la venta de entradas (el Vaticano intentó inicialmente cobrar £20 libras por persona, ahora las sugiere como donativo después de que algunas parroquias devolviesen los tickets en protesta). Se charla de los souvenirs (algunas camisetas oficiales no desentonarían en un concierto de Metallica y la compañía escocesa "Catholics with Attitude" se está haciendo famosa por su "I love Papa Benny"). Se comenta el costo del despliegue. Gente que nunca habla de sus creencias religiosas ahora lo hace abiertamente.

La misa

Según el programa, el Papa llegará a Edimburgo a las 10:30. Se entrevistará allí con la Reina, el Primer Ministro escocés y el Vice Primer Ministro británico. Después se dará un paseo en papamobil por el centro de la ciudad.

La misa se hará al aire libre en Bellahouston Park, uno de los mayores parques de Glasgow, a las 17:30.

Se esperan 60.000 peregrinos, mucho menos que en la visita de Juan Pablo II hace veintiocho años, cuando se llegó a los 350.000.

La organización corre a cargo del equipo de "T in the Park", el mayor festival anual de música de Escocia.

La misa durará dos horas, incluyendo actuaciones de Susan Boyle (finalista de Tienes Talento) y Michelle McManus (finalista de Operación Triunfo).

Algunos autocares se han cancelado, lo que obligará a muchos a coger el transporte público (no habrá acceso para coches). La ceremonia empezará a las cinco y media, pero las puertas se cerrarán a las tres. Se estima que los peregrinos permanecerán unas cinco horas en el parque. Se prohibirá entrar con paraguas (hoy llovió a ratos) y solo hay asientos para una minoría (lo azul en la imagen de arriba), aunque se permite llevar sillas plegables. El Cardenal O'Brien (el prelado escocés) dice que estas incomodidades deben considerarse una penitencia, y que serán buenas para el espíritu. Esperemos que lo vean de igual modo los servicios de ambulancias, que van a tener más trabajo que el barbero del hombre lobo. O los encargados del transporte público, que también harán horas extra.
Zona para el público. Pulsando en la imagen se ve hasta qué anuncia cada tienda.

Tras la misa en Glasgow, Benedicto XVI saldrá rumbo a Londres y los medios de comunicación ingleses dirán que acaba de llegar a la isla.

11 septiembre 2010

India (V) SARNATH

Después de un copioso desayuno y 15 kilómetros de recorrido en autocar nos hallamos ante la puerta del templo de Sarnath: lugar de atmósfera acogedora, despejado a la vista y donde casi somos los únicos visitantes. Emblema del budismo por recordar el primer sermón de Buda después de recibir la iluminación. En manifiesto contrapunto con el hacinamiento de la ribera del Ganges, paradigma del hinduismo y que dos horas atrás nos tenía atrapados. Agradecemos el contraste y aceptamos el presente.

Yo me siento como el navegante que, después de cruzar aguas turbulentas, llega al remanso de generoso sosiego.

Sólo nuestras voces perturban el aquietante silencio que se esparce por el verdor amplio que rodea a la legendaria stupa que, en mayestática calma, preside el recinto.

Paseamos por las calles que surcan la uniformidad de un frondoso césped, contemplamos y admiramos la stupa, escuchamos la historia de Buda y acabamos a la sombra de un árbol y sobre la hierba, en entera conjunción con el entorno. Aquí tratamos de seguir una meditación / reflexión guiada por Miguel.

Mientras ocurre todo lo referido, un grupo de religiosos budistas, en procesión, van recitando sus rezos, circunvalan el templo y terminan también sobre el verde suelo.

Sentimos el alma del “Iluminado” y todos parecemos contribuir a llenar su barriga oronda.

Respirando abdominalmente un aire de oración y complacencia, y a paso lento, enfilamos la salida.

Pronto hacemos una parada en un pequeño templo dedicado también a Buda. Una imagen dorada de éste lo preside desde un altar y los laterales son pinturas alegóricas a su vida. Tiene toda la apariencia de una iglesia católica.


El siguiente alto será en la estación de ferrocarriles. Ya os contaré.

03 septiembre 2010

Ocaso en el Imperio: Pollockshields

Continuando con los paseos por Glasgow, hoy toca un anochecer veraniego en Pollockshields.

Esta sección del South Side tiene dos partes muy marcadas: las mansiones y el barrio indo-pakistaní. El borde de ambas lo delimita la tranquila Shields Road:


La zona Oeste (el lado izquierdo de la calle en la foto de arriba) es la de las mansiones y está protegida por ser un barrio victoriano de interés histórico.


Quedan muchas mansiones unifamiliares, pero la mayoría están divididas en varios apartamentos. Los únicos edificios que no son residencia son un centro cívico, un par de guarderías, un colegio, un templo Sikh y un hotel.

Esta es una de mis residencias preferidas. Parece una casa de muñecas. Las calles son tan tranquilas que hasta los conductores de autobuses en prácticas vienen a practicar en ellas.

El único hotel de la zona es también uno de los dos castillos aún en pie en Glasgow: Sherbrooke.

El edificio fue diseñado por John Thomson, hijo de Alexandre Thomson "el Griego". Empezó siendo una vivienda unifamiliar, pero desde la Segunda Guerra Mundial es un hotel especialmente popular para celebrar bodas.

Para otro día dejo el viejo parque Maxwell, la impresionante iglesia parroquial de Sherbrooke o el centro cívico masón. Hoy, antes de irse, toca una corta mirada a la zona indo-pakistaní:


En las últimas décadas, algunos barrios indo-pakistaníes del Reino Unido han sufrido tal expansión que han perdido todo atisbo de identidad británica. No es así en Pollockshields, donde los emigrantes favorecen la convivencia mixta creando negocios típicamente isleños como "fish & chips", pizzerías, casas de apuestas o tiendas de moda de influencias mezcladas. Un ejemplo de negocio conocido en toda la ciudad es la frutería de la imagen. "Spice Garden" atrae a gente de todas las nacionalidades por la excepcional calidad y precio de sus productos.

Por último decir que la fotogenia de Pollockshields no es algo que haya descubierto yo sola. El barrio figura en algún episodio de la serie de detectives Taggart, y el rodaje de la nueva serie de la BBC "Single Father" con el actor David Tennant ha traído a más de un vecino de cabeza los últimos meses (es duro vivir entre mansiones). Pero el retrato más exhaustivo es el hecho por Ken Loach en su película "Ae Fond Kiss", parte de una trilogía dedicada a Glasgow. La cinta relata la historia de amor entre un chico de familia pakistaní y una profesora católica irlandesa. Aquí va el anuncio...



No vaya a ser que alguien echase de menos "la película del Miércoles contada los jueves".