01 agosto 2014

Semana mundial de la lactancia materna

El 1 de Agosto empieza la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Esta semana se creó para celebrar el esfuerzo de las madres que pueden y quieren ser la fuente de nutrición de sus hijos y para reivindicar que ninguna debe sentir vergüenza por alimentar a su bebé donde y cuando este tenga necesidad.

Nunca me he apuntado porque no tengo interés en cómo alimenten otras familias. Hoy técnicamente tampoco lo hago, ya que me uno a otra alternativa: la campaña "I Support You".

Desgraciadamente, durante la Semana Mundial de la Lactancia Materna, el mensaje de que las madres lactantes merecen apoyo oscurece e incluso contradice a otro igualmente importante: que todas las madres merecen apoyo, independientemente de cómo alimenten a sus hijos. Con la cobertura del apoyo se pasa a la comparación y de ahí al aleccionamiento.

En sentido horario: Grumet, Barston, Simon.
I Support You" es una iniciativa que reúne a madres que ofrecen lactancia materna en exclusiva, madres que dan lactancia combinada y madres que dan formula exclusivamente que quieren apoyarse mutuamente como iguales, con compasión y comprensión. Ha sido creada por tres gigantes de la blogosfera maternal norteamericana: Kim Simon, autora de "Mama by the Bay", ha vivido con sus hijos todas las formas de lactancia. Suzanne Barston, la mente científica del grupo, asesora de lactancia y madre de dos hijos criados con formula, es la autora de "Fearless Formula Feeder". Jamie-Lynne Grumet, conocida por una portada de la revista Time en la que amamanta a su hijo de edad escolar, tiene dos hijos, el blog "I am not the Babysitter" y practica la crianza con apego.

Así que este es mi manifiesto para la Semana de la Lactancia Materna:

Que no creo en el apoyo a un tipo de leche. No creo en el apoyo a un tipo de lactancia. Creo en el apoyo a las madres y las familias. Creo en el apoyo a la persona.

Que quien juzga a una mujer por el uso que haga de sus pechos demuestra que el que hace de su cerebro es nulo.

Que ni las madres que dan el biberón lo hacen por mayor ignorancia, ni las que dan el pecho por mayor conocimiento, porque nadie sabe más de su cuerpo ni de su hijo que la propia mujer que cría (y para todo lo demás, Google lo sabemos usar todos).

Que, desde la que disfruta cada minuto lactando, hasta la que clava las uñas en su propia carne de dolor y sigue porque no tiene otra opción. Desde la mujer que traga las lágrimas al ver a otra amamantar a su bebé con la leche que ella no tuvo, a la que nunca consideró usar sus pechos para ese menester. Desde la mujer que llora ríos por la meta inalcanzada, a la que siguió sin miedos. Ninguna es mejor que otra por su forma de lactancia.

Que, si el consejo no es solicitado, tan impertinente es quien dice que pares como quien dice que sigas. Tan fuera de lugar es "¿Sigues dando teta a un niño tan grande?" como "Por lo menos lo has intentado" o "¿No sabes que el pecho es lo mejor?".

Que no eres feminismo dar el biberón, como no lo es dar la teta en público. Feminismo es admitir que la persona más apta para decidir sobre el cuerpo de una mujer es ella misma.

Que aunque la leche materna sea el mejor alimento, la nutrición del bebé no es un acto aislado, sino que encaja en el contexto de una cultura, una sociedad y una vida diaria únicas para cada familia. Este contexto frecuentemente justifica la desviación de la norma biológica por el bien común y del bebé.

Que no hay más lactancia fallida que la que acaba con el bebé o la madre hospitalizados.
"Yo tomé fórmula, Yo 50/50 y yo pecho. Si tú no ves la diferencia ¿Por qué deberíamos verla nosotros?"

No apoyo tu lactancia, te apoyo a ti, "I Support You".

10 comentarios:

  1. Yo he pasado por todas las opciones: lactancia exclusiva, mixta y de fórmula. Ahora estoy feliz de haber conseguido tener éxito por fin con la LM, pero cada madre hace lo que puede y hay que apoyarlas a todas, por supuesto. No debería hacer falta ni decirlo.

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  2. "Ahora estoy feliz de haber conseguido tener éxito por fin con la LM".

    Esta frase condensa de maravilla el problema. Mientras haya gente que vea un tipo de lactancia como una meta, habrá gente a la que se le haga sentir perdedores por no haberla alcanzado.

    La lactancia no es un fin, es un medio más (que ni siquiera está entre los decisivos a largo plazo) para lograr una familia equilibrada.

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    1. Creo que no me he explicado bien... Yo en las dos ocasiones me decanté por la LM (elección personal). Al ser lo que yo había elegido, era mi meta hacerlo bien. La primera vez no pudo ser, no me salió bien, y pasé a fórmula. No creo que sea mala en absoluto, pero me quedó la espinita de no haber hecho lo que elegí para mi hija. De todos modos hice lo que pude y considero que no hay que darse cabezazos por eso.

      Ahora con el pequeño he vuelto a intentarlo y me ha salido mejor, y si, estoy orgullosa, la verdad. No quiero hacer sentir como una perdedora a nadie, ni de lejos, pero igual que respeto a las que deciden de entrada dar biberón, también quiero que me respeten a mi si doy el pecho.

      Siendo una antiniños declarada de toda la vida, me he reproducido dos veces y estoy intentando criar a mis hijos como mejor me parece. Es con diferencia lo más difícil que he hecho en mi vida. Y creo que mientras criemos a nuestros hijos con amor, da igual teta o biberón, cuna o colecho, carrito o portabebés. Estoy un poco cansada de encontrar debates por todas partes y me he salido de varios grupos de Facebook por eso..

      Menudo rollo he soltado! Que pases un buen verano :)

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    2. Si, si que te explicaste. Lo que yo quise decir es que, poniendo como ejemplo tu caso, mientras tengas como meta la lactancia materna, es inevitable que tengas la espinita clavada por dar el biberón a la primera. Poner como fin algo que es un medio crea todo tipo de situaciones incómodas e innecesarias -véase los grupos de Facebook que comentas-. Es como si a todas nos diesen un armario para montar y nos sintiésemos orgullosas o avergonzadas según el modelo de destornillador. Por eso digo en el segundo párrafo que no me interesa cómo alimenten otras mujeres a sus hijos y por eso no cuento nuestra historia familiar.

      Yo no creo que dé igual cuna o colecho, teta o biberón o carrito o portabebés (y creo que tú tampoco). Tienen un impacto a corto plazo. Pero este impacto es diferente en cada caso particular y, desde luego, no va unido a un resultado final universal y seguro.

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  3. Miércoles, soy hombre, por el momento... Así que tampoco puede opinar en profundidad. La sola polémica me asombra. Me parece una polémica no ya de primer mundo, sino de sociedades muy avanzadas. ¿Necesidad de grupo? ¿De aleccionar, como señalas? Yo creo que toda información sobre salud es buena en sí misma, pero, hoy y ante y mañana la rigidez no es buena. Es como lo del método Estivill o tantos otros, tomar lo que se adapta a la vida de uno y luego relajarse.
    Bochorno en Barcelona. Bochorno infernal. Saludos.

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    1. Me encanta ese "soy hombre, por el momento", queda de lo más Virginia Wolf.

      Efectivamente, es una polémica de estómagos llenos. Tiene unas raíces muy complejas y está siendo generosamente abonada por una sociedad incapaz de aceptar que algunas preguntas no tienen respuestas fáciles. Yo me metí en ella por el lado científico, porque los estudios que se hacen para intentar desgranar si una relación es causa-efecto o no en poblaciones tan heterogéneas para mi es como una novela policiaca. En ese sentido se parece a los intentos de buscar efectos a largo plazo del método Estivill que comentas e incluso al efecto de antenas de telefonía móvil en la salud de la población. Todos temas que la opinión pública se empeña en creer que tienen respuestas claras, pero que en realidad la conclusión es más escurridiza que el Santo Grial.

      Después dirá Mamá en Bulgaria que es ella la que se enrolla...

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  4. Comparto el manifiesto totalmente! Cuando he dicho algo así y me han callado diciendo que no puedo opinar porque no soy madre solo han logrado reafirmarme en que no hay soluciones únicas para todos, y que por encima de cualquier instrumento tienen que estar las personas. Bravísimo.

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    1. No justifico en absoluto usar como argumento no tener hijos -o ser hombre- pero entiendo de dónde viene.
      ¿Sabes cuando estás en medio de una discusión y "sabes" que tienes razón pero no eres capaz de articular por qué? Cuando tienes al bebé en el pecho te invade el sentimiento de estar haciendo lo correcto. Es una reacción puramente biológica, pero muy fuerte: aunque antes de ser madre pensases que no había nada malo en usar fórmula, llegas a verla como una droga. Si a eso añades que las madres que tienen más interés en el tema son las de niños pequeños y, por extensión, las más insomnes, ya entiendes la respuesta. Pero por muy fuerte que sea, es una reacción visceral, no un argumento válido.

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  5. He de reconocer el ingenio del mensaje gráfico de Grumet. Desde luego hay gente con mucho talento y que le da vueltas a las cosas.
    En cualquier caso, tengo la certeza de que me parece mucho más relevante lo que dices: "que todas las madres merecen apoyo".

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    1. También fue el mensaje gráfico lo que me llamó de la campaña. El como usa la discreción para realzar el mensaje. Y el que quede bien a pesar de parecer hecho con ClipArt.

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