23 octubre 2014

Eleusis


En el helénico pasado
y  bajo secreto jurado
fue Eleusis lugar
de  sacro retiro
y  lúcido pensar.
De cenobios libres
del aquí y el allá;
misterio y ciencia,
pensamiento  y verdad.
Guía de almas
fue aquel seminario,
de higiénico ayuno y
libaciones sagradas:
experiencia mística
del  hombre sabio.

 Once siglos tuvieron a
Eleusis como santuario.
Hasta que   Roma quiso,
por el bien de su dogma
y la oscuridad del cristiano,
constase en su obituario.

Y años pasaron,
y Esquilo llorando…
Y necesario era
dar esperanza y luz
a los condenados.

 Y  llegó Fernando,(1)
con Javier al lado: (2)

Fausta catarata,
con fuerza y caudal,
de agua deseada
y del mismo manantial.
Húmeda danza
del  bendito azar,
que a derramarse viene
en el seco pedregal.
Son los ecos de Atenas,
la redención de lo vulgar.
¡Auto sacramental!

 Nada cambia al río
aunque siempre sean
distintas las aguas
que buscando van
el mismo mar.  


(1) Fernando Sánchez  Dragó
(2) Javier Redondo Jordán
 

3 comentarios:

  1. Es algo común, la sensación de pérdida, de orfandad de aquel ideal de la Grecia clásica. De "pensamiento y verdad", como dices. Me ha gustado el giro optimista que le das a este poema homenaje en la última estrofa. Ese anhelo sigue, está ahí, por mucho que el decorado cambie. Y años pasaron y el ideal Eleusis seguirá.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Sí, sí, Igor. Nos han querido sumir en la creencia de nuestro avanzado bienestar, nuestra modernidad imparable, nuestra superior cultura... y, precisamente por ausencia de ésta, no somos conscientes de lo mucho perdido por el camino. Mas, por una vez, tengo esperanza y que algo de lo bueno del lejano pretérito resurja paulatinamente. Y como siempre será labor individual que vaya multiplicándose. Escuelas y universidades mucho tienen que hacer en esto.
    Buena semana.

    ResponderEliminar
  3. El agua parece servir de conexión entre el mensaje de la Atenas de los Misterios, y la actualidad. Aunque el agua es distinta, el río es el mismo. Puede que ellos, los griegos, ya lo inventaran todo, lo que pasa es que está en nosotros encontrarle otra vez la fascinación de lo nuevo y revivirlo en nuestro modo de pensar. Aclimatar a nuestro tiempo es reinventar.

    ResponderEliminar