25 marzo 2015

Habla bien, no mires con quien

"El cerebro de un vasco es más ágil, más rápido y más capaz de procesar ambigüedades o resolver conflictos que el de un manchego."

¿Cómo queda el cuerpo después de leer esto? Pues lo he sacado de un trabajo canadiense en prensa científica que lo da por probado. La frase exacta se cita en un artículo de la revista TIME. Bueno, casi. Donde dice "vasco" pongan bilingüe y donde dice "manchego" pongan monolingüe. Pero este es el resumen de lo que pasa por mi mente cada vez que leo algo referente al bilingüismo. Podría enredarme en tecnicismos, estadísticas o metodologías, pero al final volvería a lo mismo: No me creo nada.

Con este panorama, es fácil imaginar cuanto tiempo o dinero he invertido en libros sobre cómo hacer que mi retoño domine los idiomas de sus padres. Pero tendrá que hacerlo. Y tengo un plan de acción, aunque poco o nada tenga que ver con lo que me dice la logopeda del barrio.

Entre la historia cuasi-inconexa del día...

Hace unos años, participé como traductora en un evento deportivo internacional. Paseando en un descanso, un joven atleta se me acercó:

-¿Espagnola?

-Si.

-Io parlo russo, bielorusso e italiano.

-Pues el italiano y el español son similares.

A partir de ahí, empezamos a charlar. El en italiano, yo en español.

La anécdota no sería especialmente llamativa de no ser por el evento deportivo eran los Special Olympics. El atleta es discapacitado intelectual de nacimiento. Es de suponer que enseñarle tres lenguas era lo último en la mente de sus padres cuando llegó al mundo, pero las dominó hasta el punto de entender otras afines. Salió de él, porque le gustaba hablar y conocer a gente nueva.O porque las necesitaba.

Creo que esta es la mejor prueba de que no es necesariamente el bilingüismo lo que cambia al cerebro, sino que puede ser el cerebro de la propia persona el que busca dominar un idioma para satisfacer sus necesidades.

Así que mi filosofía con respecto al aprendizaje de idiomas es así:  me parece innecesario tener una hija bilingüe de nacimiento. Aunque me gusta, no tengo interés en que conteste en español cuando le hablo. Tampoco creo en acercar a mi hija a "mi" cultura, sino que quiera que el español forme parte de la suya. ¿Quieres comer bien? Aprende a pedir jamón. ¿Te gusta "El pequeño hoplita"? Pues no está traducido. ¿Te trata bien la familia española? Pues muestra tu cariño hablando de forma que te entiendan. Para ello no es "progenitor A haga tal cosa, progenitor B haga tal otra y que oiga un XX% al día de la lengua X", sino mostrarle que hablar como yo le puede resultar útil y hasta gratificante.



El vídeo es de "The Lingo Show", un programa de la BBC que trata de un circo de pulgas. Cada programa el acróbata viene de un país distinto y enseña algunas palabras en su idioma. El capítulo que sigue tiene como protagonista a Queso, el bicho español.

12 comentarios:

  1. Cuánto admiro a las personas como ese chico. La vida les da limones y ellos hacen limonada.

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    1. Mucha gente dirá lo mismo de ti por mudarte a Bulgaria y hacer familia allí. Depende de lo que consideres "limones".

      Lo bueno de este caso es que no parecía que él echase de menos ser diferente, lo que es un éxito enorme de la educación y el entorno.

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  2. creo que un nuevo idioma te hace mirar cosas de otra manera, me asombra, por ejemplo, una etnia peruana que tiene palabras distintas para indicar "río arriba" y "río abajo", creo que mientras más sepas es mejor, pero sí coincido contigo en que solo las aprenderás cuando tengas el vínculo emocional, no la obligación, ni siquiera la necesidad.

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    1. Efectivamente. La obligación hasta puede ser contraproducente y, en cuanto a la necesidad, recuerdo a un hombre que decía que teniendo Visa no hacía falta hablar idiomas. O a los miles de emigrantes árabes e indo-pakistaníes que tenemos en UK que tras años en el país no hablan inglés. Si no quieres aprender, buscas la forma, y al revés.

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  3. Naturalmente. Eso podría resumir muchas cosas y evitar muchas tonterías. Creo que el bilinguismo es bueno, pero de ahí a sostener que desarrolla el cerebro... Señor. Te aseguro que, como catalán, el bilinguismo crea dificultades y confusiones y que requiere de tiempo. No todo son ventajas. En fin, en lugar de darle tantas vueltas a las cosas, propongo que cada uno intente mejorar las herramientas de que disponga. En mi caso, ¡mi inglés es tan rudimentario! Leo a Yeats y no lo entiendo. Snif, snif.

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    1. Shakira decía que aprendió a hablar inglés con las letras de Leonard Cohen. A lo mejor es una forma :-)

      El cerebro, como tantas otras cosas, tiene una capacidad limitada. Si lo ejercitas por un lado se oxida por otro.

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  4. Siempre he pensado que ser capaz de expresarse en varios idiomas es algo positivo y que facilita la comprensión, ejercita el cerebro, faculta para ser más tolerante, y muchas cosas más, pero admito que tu punto de vista es, también, completamente correcto.

    Saludos!

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    1. Es que son puntos de vista complementarios.

      Estoy en contra de pensar que el bilingüismo sea sólo causa de las capacidades que comentas. Para mi, es un círculo donde todo es simultáneamente causa y consecuencia.

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  5. Estoy totalmente de acuerdo con el último párrafo; creo que el hijo debe querer que ambas culturas formen parte de sí mismo. Y me ha encantado "Queso" (¡hola, hola, hola, olé!) Muy gracioso :)

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    1. También a mi me gusta "The Lingo Show". Al parecer el doblador que hace "Queso" es catalán. Una pena que sólo tenga un par de capítulos y que se empeñen en repetir más los del bicho galés (además queda aún más raro cuando ves que tienen somalí, sinhala, punjabí, pero no escocés ni gaélico).

      En mi opinión, el interés o curiosidad en la otra cultura es lo que puede hacer a los bilingües más tolerantes o flexibles, no el ejercicio de aprender el idioma en sí. Además la mayoría de los grandes estudios que he visto sobre bilingüismo no distinguen entre políglotas de nacimiento o tardíos.

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  6. Creo que hace poco vi un estudio similar que venía a decir que no hay diferencias significativas de inteligencia por el bilingüismo.
    Una lengua vinculada a calor familiar y cariño no tiene los peores presupuestos para resultar atractiva. Como, además, ahora no hay presiones negativas exteriores, no sé, del tipo compañeros en clase o amigos con prejuicios, o por parte de la enseñanza. Al menos en nuestro ámbito.

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    1. Precisamente uno de los estudios más grandes y completos en ese sentido lo han hecho entre universidades del País Vasco y Canarias. Como comentas, no encontraron diferencias. Otra prueba más de lo politizados que están los medios, porque trabajos mucho peores a favor del bilingüismo se propagan por la prensa generalista y las redes sociales sin problemas.

      El tema de las presiones negativas exteriores también es algo que olvidamos muy pronto, pero que es fundamental.

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