Es un día laborable, van a dar las tres de la tarde y hace frío. Las puertas del Ayuntamiento están abiertas y unas decenas de personas hacen cola para entrar. La curiosidad se me agita pero no lo suficiente para acercarme a husmear.
Ya en el coche, una cadena local me disipa el enigma: el trofeo del Campeonato Mundial de Fútbol – una réplica – se exhibe en el hall de la Casa Consistorial y muchos coruñeses están desfilando ante él. ¿Curiosidad, devoción, tedio existencial?
Mal andamos de mitos, cavilé. Ya no hay dioses que atraigan, personajes épicos que fascinen, ideologías que arrastren. Ahora, es “ la roja” – camiseta, que no creencia política – la que encandila, la que une y la que consigue poder arroparse en una bandera sin vergüenza.
Y seguí cavilando... quizás el fútbol compacte grupos, fomente amistades, distraiga preocupaciones, no exija compromisos y sea un cómodo itinerario de asentar una identidad, un opio barato sin riesgos. Quizás.
O será que felicidad se escribe con f de fútbol y esférica sea su forma.
Hola,
ResponderEliminar¿Curiosidad, devoción, tedio existencial?
Voto por la última. Por ese enorme tedio que lo envuelve todo.
Y sí, no hay mitos ni épica, eso que hace que sudes más de lo que habías pensado que sudarías.
Por supuesto que la selección ha dado muchas alegrías tras años de disgutos, pero...
A mí también me hace pensar, ¡y temblar!
Falta algo más, algo más, no sé el qué.
Un abrazo.
Y para más INRI le dan el Principe de Asturias. Vivimos en un mundo de cabezas esféricas llenas de aire que se chocan entre ellas para lograr el "gol" de la estupidez existencial. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sé que tendrá el llamado deporte nacional que mueve tanto. Es como si terminara contagiando incluso a los que no somos aficionados al mismo. Puedo comentarte que no sienfdo aficionada al fútbol, si que ví el mundial a través de televisión. De emocionarme momentáneamente cuando veía el esférico acercarse a la meta del contrario, a pensar que eso me daba felicidad va un buen trecho. Mi felicidad está sustentada en cachitos que no quiero que se me escapen. De alguna buena charla con gente querida y apreciada, de un compartir sereno, de un contínuo aprendizaje y descubrimiento, de una buena resolución de los problemas que me podrían traer "preocupaciones"... ; en definitiva, de un contínuo crecimiento personal. Esa si sería la f de felicidad con un buen fin (con una f también). Y finalizo (con f) enviándote un saludo.
ResponderEliminarTodo tiene su medida, y la alegría es buena. Pero la manipulación de la euforia para entretenimiento absorbente de las masas no tiene mucha gracia. Nos intentan autoconvencer de que vivimos en un pais inmejorable gracias a los éxitos deportivos, y no exagero tanto. Y hay muchos sitios de la casa sin barrer. está muy bien olvidarse de la cotidianeidad y ser feliz con el fútbol durante unos cuantos ratos. El totalitarismo a que se está llegando con el deporte es asombroso...
ResponderEliminarSaludos :)
IGOR:- Busquemos lo que falta, que ahí está el éxito; en la busca más que en lo por hallar; en la senda elegida, más que en el destino.
ResponderEliminarDON FERNANDO.- Potente el tiro a puerta. Casi desgarra la red. Nada que comentar que todo está muy claro.
TANCI.- A seguir creciendo, siempre en el tajo del aprendizaje y procurando ser obedientes con el mandato de ser felices.
EXPLORADOR.- Más que la fortaleza o debilidad de las drogas, efectivamnete, es la dosis lo primordial. Según cantidad, ciertas ingestas pueden ser sanadoras o letales.
A todos, mi agradecimiento por la visita.
Hasta cuando queráis, que las "copas" las pongo yo.