Se autodefinió como “cronista social.” Ocurría en un programa de televisión y quien esto hacía era una de esas periodistas que petulantemente increpan, chillan, se apasionan y presumen de saber lo pasado y lo que está por venir, de su profesionalidad y de contrastar la información. Una información que suele ser referida a la privacidad de una persona que desata –y esto es lo importante- la curiosidad de espectadores contados por millones.
Para que acontezca semejante hecho, y lleva años de permanencia, algo necesita detrás que lo impulse y lo mantenga...
La productora conoce muy bien lo demandado y, como todopoderosa tramoyista que es, lo sirve con esmerada presentación y aderezo adecuado:
Un personaje a despiezar y unos cuantos desolladores decididos a ensuciarse el mandil con la sangre y excrementos del primero. Como aves carroñeras, con su diestro “pico” esparcirán las vísceras y llenarán el aire de fetidez. Cualquier acción u omisión de la persona -carnaza del día- será desmenuzada, analizada, comparada y juzgada por ese grupo de periodistas y allegados al festín del euro fácil que, después de horas de entretenimiento y malévola pugna dialéctica, emitirán sentencia. Harán solemne lo frívolo y transformarán un barrizal en lujoso pavimento de maledicencia para el contoneo de sus egos y el abultamiento de sus bolsillos.
El espectáculo está en antena y el espectador enganchado. Pero esto ha de ser parcial, el juego –la disección del elegido- ha de continuar y ampliarse, salpicar a más personas. Es preciso agrandar la herida, penetrar más hondo en la curiosidad del televidente y en las tribulaciones de alguien que no le importa airearlas por un cheque.
Es la palabra de unos fisgones lanzada desde un púlpito de oropel a una caterva ávida de comentarios y noticias de truculencia en los hechos y “apellidos” en el personaje, a ser posible.
Unos días escribo, otros realizo catarsis; tocó lo segundo.
Pues es un problemón. En el fondo, siempre ha habido gente dispuesta a todo. Eso es algo eterno.
ResponderEliminarPero lo que me preocupa es la audiencia. Tienen audiencia, millones de espectadores, ¡siempre!
Poco se puede decir de un país donde triunfa la telebasura. Es indicativo, y mucho, de la media. Y eso es terrible,
Sí que toca catarsis, madre, y por muchos años.
Un abrazo.
Viñeta de calvin & Hobbes:
ResponderEliminarCalvin: " ¡Me quejo de la calidad de la programación! Es vacia, violenta, sensacionalista y sordida! ¡Exijo un entretenimiento serio y de buen gusto que respete mi inteligencia.
Padre de Calvin: "Pues apaga es estúpida tele y ve a leer un libro."
Calvin:" Esta bien, mentí. Demándame"
;)
Supongo que eso es algo que desgraciadamente no podemos negar. La gente, mucha gente, sigue eso. Y supongo que no dice mucho de nosotros, concuerdo con Igor.
También me parece que hay un poco de banalidad del mal, aunque quede muy grandilocuente. Ese espectáculo frívolo, en apariencia divertido y sin mucha importancia, destroza a personas, algunas de las cuales quizá esté encantada de ello, pero muchas desde luego no. Y se sienten indefensos frente al teatro de guiñol que una mayoría usa de entretenimiento, y también frente al silencio de la inmensa mayoría. En fin, una pena, un asco.
Una buena entrada. Un saludo :)
Es muy buena tu catarsis. Me gusta como lo has planteado. Tu expresión hace que tu comentario incluso hiera la sensibilidad. Pero es así, tal cual lo expresas. Lo lamentable es que por dinero haya siempre alguien dispuesto a que se le sacrifique: entra en el juego. Y por dinero también las productoras ofrecen lo que el público desea ver en carne ajena lo que, tal vez, quiere esconder para sus adentros. O bien tranquilizan sus mentes ante las "miserias" ajenas. Lo que está claro es que la cultura no vende. Y hasta parece que tampoco entretiene.Por lo tanto "miseria humana". Es lamentable pero es así. Habría que ir cambiando nuestro pensamiento y lograr una sanación más universal, dada las cotas a las que hemos llegado.La salud que les estamos dejando a los de atrás está muy contaminada. Saludos Miércoles.
ResponderEliminarIgor.- Esa audiencia es la causante de lo qué está pasando, es una evidencia y no queda más que encajarlo. Distracción facilona y dinero, binomio que nunca falla.
ResponderEliminarSiempre quedará gente, que como tú, tendrá un libro a mano como terapia.
Un abrazo
Explorador.- Dentro de un tiempo, estoy seguro, que veremos algunas víctimas de este juego, como tu apuntas. Es un chafardeo de emociones, amistades (¿peligrosas?),fidelidades que matan e infidelidades que salvan pero escandalizan. Un torbellino que arrastrará siempre a alguien entre el polvo.
ResponderEliminarSeguiremos atentos.
Un abrazo
tanci.- Veo que no eres adicta a estos programas, ya que dices que mi post puede herir la sensibilidad:¡nada comparado con lo que aparece en la superficie de plasma a algunas horas!
ResponderEliminarNo creo en la sanación universal; pienso que cada uno con esfuerzo, y sobre todo deseo, debe marcarse el camino de la mejora personal y confiar en que lo qué le roce a los demás sea positivo.
Seguiremos leyendo en la pantalla del ordenador en lugar de mirar a la de la tele.
Un abrazo
Demián, contesté a tu post pensando en Miércoles. Bueno... un lapsus.Y en cuanto a la sanación universal me refería a nivel general, pero obviamente empezando por cada uno en particular. En realidad creo que este tipo de programas está llegando a todos y de alguna manera se va introduciendo en el insconciente de cada uno. Y es verdad, no los veo.Un saludo.
ResponderEliminar.../... inconsciente... Sorry!
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