04 noviembre 2012

El triángulo escaleno


Llegó como una tormenta. El cielo se cubrió de nubes y una tromba de agua anegó el pequeño mundo que la rodeaba. Todo se transformó: las bellas formas se hicieron horrendas caricaturas y la plácida vida que había sido sucumbió ante la negación de la esperanza. Se trataba de una enfermedad incurable y degenerativa, nada podía hacerse salvo la forzada resignación y la voluntad de lucha para el porvenir. ¿Por qué a mí? Se preguntaba Ana a si misma y a su esposo. Ambos tenían la percepción de sucumbir ante un malévolo hechizo de desconocido autor.

Cuando la asunción de la desgracia fue solidificándose por el paso del tiempo y, por lo mismo, atenuándose la rebeldía de la condenada, Ana, con dolor y extraordinario amor, propuso a su marido la separación: bastaba con la destrucción de una vida; dos era un exceso para una sola causa. No deseaba ella en el hogar ser el estandarte de la desdicha.

César sintió el rechinar de su conciencia y sufrieron sus adentros, mas su razón le llevó a aceptar la propuesta y abandonó casa y esposa. Libertad para el futuro y gratitud hacia Ana fue el equipaje con el que partió.

No pasó mucho tiempo hasta que conoció y se enamoró de Berta. Y corto fue el periodo en que decidieron formar pareja y vivir juntos.

El nuevo matrimonio saboreaba el contento de los días. Y, en sincronía, una idea planeaba con apabullante constancia: no parecía justa la exclusión de Ana en aquel nuevo mapa de su existir. Su destino no estaba en reciprocidad con la generosidad de su obrar. César y Berta barruntaban la posibilidad de acogerla en su casa, y así se lo comunicaron. Una brisa bondadosa sacudió a la cuitada Ana en su indulgente pesimismo. Le emocionó la próvida oferta y en seguida se avino al traslado

No recuperaría al esposo, pero sabía que nunca carecería de auxilio en la enfermedad y alivio en la soledad. Sería uno de los vértices de aquel triángulo de lados desiguales pero sólidos vértices.

Se cumplió pronto lo acordado y los tres pasaron a compartir techo y vida. Un amor solidario les unía y un sentir de cumplida ética le alegraba su cotidiano trotar por la vida...

(Basado en hechos reales)

12 comentarios:

  1. La solución puede que sea buena. NO ME GUSTA.
    Un gran saludo.

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    1. La solución puede gustar o no, pero es de admitir que no es común; y ese es el motivo de ponerla aquí.
      Un abrazo.

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  2. Muy hermoso, me gusta sobre todo por el rechazo a la apariencia y hacer lo que desean, como adultos libres y responsables. Aunque es duro y posiblemente injusto...la vida tiene estas cosas.

    Para pensar en ello...un abrazo.

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    1. A Porto no le gusta, a ti te parece hermoso:¡bendita diversidad!
      Yo también pienso que es para dedicarle un pensamiento; y si puede existir una parte de injusto no puede negarse otra de generosidad.
      Un abrazo.

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  3. El cotidiano trotar por la vida... Eso resume tantas cosas. Hermoso cuento, y creo que sí es posible y creo que sí puede haber gente así. Increíble la historia, ya en la idea, en la concepción. Y le doy vueltas, como sintiendo una voz que llega de lejos, a este triángulo que en sus vértices alberga lo importante, por lo que al final vivimos.
    Un abrazo.

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    1. Sí, Igor, es posible ya que es real. Esto fue hace unos años y siento no saber como terminó la historia.
      La voz que llega de lejos... dulce a veces, ronca otras, imperceptible -si no se ha educado el oído- en la mayoría de los casos; pero importante espuela para estimular el trote del corcel que montamos.
      Un abrazo.

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  4. Pues magnífico triángulo que cierra aristas que bien podrían haber quedado abiertas a la intemperie. Por un lado generosidades de ida y vuelta. Por el otro, y como complemento a esa generosidad, un magnífico acuerdo que soluciona razones del corazón y que muchas veces la razón se obstina en no reconocer. "El corazón tiene razones que la razón desconoce" Un simple arreglo que llega a solucionar la vida de por vida. ¿Qué más se le puede exigir a la vida?. Vivirla y dejarla vivir. Y si se experimenta en común acuerdo y armonia... pues bienvenida sea. Es demasiado corta como para dejarla escapar dejando abiertas las aristas del corazón. Me gustó. Sí que me gustó. Estamos educados en un sistema de prejuicios y no escapamos de ellos. Y claro que merece la pena haber traido esta historia aquí.Precisamente porque es tan humana como llegar a arreglar situaciones que se escaparían de nuestras manos si no es que dejamos de lado los prejuicios. Abrazos.

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  5. Tú lo dices: la una entiende que será una carga y el otro comprende que no puede dejarla en la estacada. Entra una tercera persona y se hace cargo de la postura de los anteriores comprometiéndose a participar en aras de disfrutar del amor que se le ofrece. Claro que todo esto sería irrealizable si los prejuicios son tomados al pie de la letra. Es para meditarlo, de eso estoy convencido. No siempre 3 es un mal número.
    Un abrazo.

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  6. El AMor, el cariño o la amistad tiene formas muy diversas de manifestarse. Lo mismo el arrepentimiento, la compasión, la satisfacción propia.
    A mi me parece una historia bella y dura al mismo tiempo. Solo deseo que vaya bien para todos.

    Saludos

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    1. Efectivamente: diversas formas de manifestarse. Y, a mi entender, éstas dependen de los prejuicios acumulados más que de un razonamiento objetivo; pero claro, los sentimientos raramente están en consonancia con la razón.
      Gracias y un saludo.

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  7. Buf, Demian. Me has emocionado. Creo que el área de un triángulo es la mitad del producto de la base por su altura. Pero la superficie de este otro escaleno del que nos hablas debe de ser mucho más que eso, porque sus distancias se miden en generosidad y amor, no en números.

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  8. No todos verán generosidad y amor en esta triangular superficie, aunque mi visión sí que va por el lado que tú lo miras. Mitad de la base por la altura: base de sólida comprensión y altura de visión humanitaria.
    Agradecido por la visita,dafd.

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