09 noviembre 2012

Nuevo arzobispo de Canterbury

El actual arzobispo de Canterbury se retira tras mas de una década en el puesto. Un cargo relativamente poco visible, pero cuya influencia va mas allá de los 77 millones de anglicanos a quienes representa.

El arzobispo de Canterbury es el jefe simbólico de la Comunión Anglicana mundial. En la orden de precedencia inglesa y galesa se sitúa por encima de todos los individuos del reino, excepto la Familia Real.

El arzobispo de Canterbury es ex oficio uno de los Lores Espirituales de la Cámara de los Lores (versión carca y tocapelotas de nuestro Senado). Es parte del Consejo Privado, el cuerpo de asesores de la reina.

Aunque el 76% de los británicos es creyente, no hay una religión claramente mayoritaria. Se reparten entre anglicanos (22%), católicos (10%) varios protestantes y un creciente número de musulmanes e hindúes. Esto deriva en una estrategia conjunta de las diferentes iglesias de "hoy por ti, mañana por mí" que ha conseguido medidas como el mantenimiento con dinero público de tribunales que aplican la Sharia (ley islámica, aprobada gracias al apoyo anglicano) o frenado leyes contra la discriminación por orientación sexual (anglicanos y católicos). Así, aunque el poder de una iglesia concreta sea muy limitado, el de los creyentes es enorme. Las alianzas que forme el nuevo arzobispo moldearán la política del país.

Dawkins y Williams en Oxford
El anterior arzobispo, Rowan Williams, un hijo unico galés casado y con dos hijos, continuaba con la tradición académica de sus antecesores: Graduado en Teología por Cambridge y doctor en Filosofia por Oxford, ha sido siempre maestro universitario. Cercano al catolicismo, será recordado por su debate con el ateo Richard Dawkins en Oxford y su oposición al gobierno en materia de medioambiente, la guerra de Irak o los recortes en gastos sanitarios y  subsidios a los más pobres. También por ordenar a las primeras mujeres sacerdotes y por una posición ambigua ante la ordenación de homosexuales, detonante de un peligroso cisma.

Hoy se ha anunciado el nuevo prelado.

Actualmente, la elección se hace en nombre de la reina por el primer ministro, entre dos seleccionados por un comité ad-hoc . El nombramiento suele alternar entre anglo-católicos moderados y evangélicos. Esta no ha sido una excepción. Pero, mientras que los predecesores han sido distinguidos académicos o clérigos, Justin Welby tiene una biografía más colorista.

Hijo de divorciados, su padre empezó como contrabandista de whisky durante los años de prohibición en Estados Unidos. Su madre fue secretaria privada de Winston Churchill. Welby estudio en Eaton y terminó el grado de Derecho con Historia en el Trinity College de Cambridge. Es padre de seis hijos, (una murió en accidente de trafico con siete meses) que fueron a colegios públicos. Según su twiter es abuelo reciente.
Justin Welby

Como Deáno de Liverpool (donde casi duplicó la congregación) dio su bendición a un servicio de Halloween llamado "Noche de los muertos vivientes", con un hombre vestido de gótico saltando de un ataúd para ilustrar el mensaje de la resurrección. También permitió a los campaneros de la catedral tocar el Imagine de su paisano John Lennon, ampliamente considerado un himno ateo.

Ha apoyado el sacerdocio femenino y ha criticado públicamente el matrimonio homosexual.

Pero nada de lo anterior es la razón de su ascenso meteórico al poder, tras apenas un año como obispo. Antes del sacerdocio, Weleby trabajo once años en una compañía petrolera francesa. Gracias a su experiencia en la exploración de petroleo en zonas conflictivas de África Occidental, fue enviado a trabajar como misionero en la resolución de conflictos en el violento Delta del Níger, donde evitó por poco ser asesinado a tiros. Como obispo de Durham (su actual puesto), fue miembro de la Cámara de los Lores, donde fue parte de la comisión parlamentaria sobre las normas bancarias, creada a raíz del escándalo de arreglo de libor. Su contribución le valió un editorial en el Wall Street Journal. Tanto en Durham como en Liverpool fue alabado por su excelente gestión económica.

Si el libro más conocido de Williams es "Sacrificio eucarístico: las rices de una metáfora", el de Welby se titula "¿Gestionando la Iglesia?: Orden y organización en una era secular y meditaciones sobre Ética Financiera".

Si el Dr. Williams, citando al teólogo Karl Barth, aconsejó a su sucesor que predicase "con la Biblia en una mano y el periódico en la otra", Welby parece dispuesto a llevar la calculadora en la sotana. Y es que los que lo han elegido saben que Dios es divino, pero las iglesias son humanas y, en estos tiempos que corren, puede que su supervivencia dependa tanto de la calidad del sermón como de su capacidad para llegar a fin de mes.

4 comentarios:

  1. Por algo será y no por una mera casualidad. Leo sobre estos tipos (o enviados, si te parece mejor), veo sus rostros, y me parecen próximos. Sencillamente, gente que sabe mucho más que yo en determiandos ámbitos o en casi todos, pero que son como yo. Por tanto, atenderé lo que dicen. Igual no les hago caso, pero los escucharía.
    A los extraterrestres no los escucho.

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    1. Es la ventaja de ser cabeza de una institución relativamente pequeña, que te puedes permitir un cierto aire de cercanía.

      Seguro que son buenos teólogos, aunque hay algo descorazonador en que el mejor de los dos (Williams) debata con un demagogo populista como Dawkins y sólo empaten.

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  2. Me he quedado pensando sobre esto: "mantenimiento de tribunales que aplican la Sharia". Es que, no sé, en un país con leyes occidentales (con una tradición de medio milenio de secularización progresiva, desde el fin de la Edad Media), insertar una legislación completamente alóctona y, encima, impregnada de subordinación a la religión, lo veo insólito. No sé si esto, en países con constituciones, tendría un fácil acomodo.

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    1. Lo que hacen es que se aplica sólo en caso en que ambas partes acepten acatar el veredicto de la ley islámica. Si una no lo acepta, pierde validez y tienen que ir por la vía judicial normal. Es una forma de desatascar el sistema, porque los tribunales de la Sharia no tienen prácticamente colas y si éstos resuelven el conflicto alivian a los otros. Dicho esto, siento el mismo recelo. Sobre todo cuando pienso que se usa en casos de divorcio.

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