11 septiembre 2013

Filosofía lúdica

Hace un tiempo me vi en el fuego cruzado de dos amigos que discutían sobre si cualquiera puede montar un negocio en España. Que si con espíritu emprendedor se consigue todo, que si un pobre no tiene las mismas oportunidades que un rico... Me recordó a algo que decía un buen profesor de Filosofía:

La vida es como una partida de cartas: unos empezamos con mejores cartas que otros. Eso marca, pero también cómo las juguemos.


Yo añadiría que los contrincantes (condiciones económicas de tu zona, legislación, etc) también cuentan.

Pienso en esto también cada vez que veo a alguien que dice tener claro cómo educar a su bebé para que sea hombre de provecho, o cuando veo el negocio que hay montado al rededor de la inseguridad de padres primerizos. Pero seamos sinceros. Cada niño viene con unas cartas y nuestra estrategia debe cambiar con cada jugada según lo que nos toque en suerte y quién nos rodee.

Crianza con apego, método Estivill, estimulación precoz... No son más que promesas de que, si juegas adecuadamente un par de manos, ganarás cualquier partida. Para ello nos engañan con una tremenda falacia: la de que este juego es en realidad un solitario.
"Su parada y cuatro ases" Cassius Coolidge

4 comentarios:

  1. ¿Es posible crear condiciones de laboratorio en la realidad? En una situación diseñada, las variables están controladas. En una situación real, me temo que va a ser difícil. Digo esto porque ante lo imprevisto siempre hay que ir improvisando. ¿Unos esquemas más o menos generales que den seguridad? Puede ser, pero la vida está llena de recovecos, detalles, rincones insospechados que hay que estudiar sobre la marcha, sin olvidar el todo en que quedan insertos.

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    1. Si lo pensamos fríamente, es obvio que las condiciones de laboratorio son imposibles. Pero eso no es lo que queremos creer. Otro ejemplo: lee cualquier revista de salud y llegarás a la conclusión de que la única causa posible de muerte es llevar una "mala" vida.

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  2. Muy bueno... La falacia está ahí, y está muy viva.
    Claro que no. Pensar que podemos monotorizar a nuestros hijos como si fueran células vigiladas a través de un microespocio entronca con los mitos de la seguridad absoluta en los que queremos tener fe. ¡Qué va!
    Ese profesor de filosofía tenía más razón que un santo. Las buenas cartas ayudan, pero se pueden perder. Y al revés, aunque me temo que entramos en una fase en que ni los grandes jugadores tendrán muchas posibilidades.
    ¿Un negocio? Si estás solo, a coste cero.
    Saludos.

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    1. La verdad es que cada dia me sorprendo mas. Tiene que haber una verdad absoluta hasta para comprar la sillita del coche.

      Supongo que tambien es por acallar sentimientos de culpa: hago esto porque dicen que es lo mejor y, si dentro de un tiempo la postura oficial cambia por algo con mas sentido comun, es igual, es lo que me recomendaban, no es culpa mia. Lo mismo con los negocios. Veo a gente a quien sus allegados le dicen que sus ideas son la leche, no entran clientes por la puerta y, en lugar de plantearse un cambio, siguen por la senda marcada. Luego suspiran sorprendidos cuando ven que han hecho lo que la mayoria decia y han acabado... como la mayoria.

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