08 septiembre 2014

El caminante


¿Cuál será mi senda?
se preguntaba hace años.
¿Cuál será mi senda?
se siguió preguntando.
¿Cuál es mi senda?
se pregunta huraño.

Caminante trasnochado
de escéptico mirar,
siempre van tus pasos
con el horizonte atrás,
cargas teorías de una vida
no vivida jamás,
lloran fatiga tus ojos
y nunca ven el mar,
son calcinadas tus horas
en ir más allá...
los zapatos deformados
de tanto tropezar,
la camisa ya sudada
con el sol matinal,
los cabellos blancos
sin encontrar la verdad.

Sigue caminante
donde tu vista alcance,
paso tras paso,
la esperanza no mates.

4 comentarios:

  1. ¿Cuál es mi senda?
    se pregunta huraño.
    Ya en este presente. Me he visto, Demián, me he visto ante el espejo. Con las malditas preguntas sin respuesta. Acaso el camino nos permite tan solo lanzar para apenas recoger nada. Muy bien rimado, con rima suave. Creo que muchos nos podemos identificar con este yo poético que aquí plasmas. Con esto "zapatos deformados de tanto tropezar", que son una imagen potente. Igual no soy objetivo, que cuando te sientes identificado te emocionas de algún modo. ¿Será la esperanza el mismo transitar por ese camino que no te entrega la verdad, que sólo te permite vislumbrarla tras un recodo, unos instantes?

    PD: igual lo conoces, pero me ha venido en mente un gran soneto, el del poeta-soldado Francisco de Aldana, "La vanidad del mundo" y algo también, en lejano espíritu, a la famosa Ítaca, de Kavafis. Qué bueno.

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    1. Qué plena concordancia con lo que expones, Igor. Y sí, el camino no tiene meta, ésta está disfrazada y aquel realmente es una encrucijada. Corregir rumbo y avanzar en la incertidumbre será una constante vital, causa deformadora de los zapatos, el sentimiento trágico unamuniano.
      Leí el poema de Aldana que no conocía y efectivamente puede verse un trasfondo común y un triunfo final en el suyo que no hay en mis pobres versos.
      Siempre se aprende contigo y tus comentarios exudan el fino lector que eres. Agradecido quedo.
      Saludos!

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  2. "los cabellos blancos
    sin encontrar la verdad"

    El destino del caminante. Tantos trabajos, tantas vivencias y seguir sin saber la verdad. Y algunos ni siquiera llegan a enterarse de su ignorancia.

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    1. La ignorancia nos da comodidad, la comodidad fomenta la pereza y la pereza nos aletarga para poder seguir siendo ignorantes. Hay que estar alerta para no caer en este bucle.
      Saludos, dafd

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