Un tratamiento de radioterapia suelen ser diez minutos cada día durante varias semanas. Terriblemente aburrido, si se piensa que ese tiempo se pasa solo e inmovilizado. Para aliviar la espera, los radiógrafos guardan los CDs de los suplementos dominicales para ponerlos durante el tratamiento. A veces preguntan al paciente qué quiere, otras cogen el primero del montón. En una ocasión llegué a una máquina donde claramente habían hecho lo segundo. Les pedí que al siguiente enfermo no le pusiesen también “Las mejores marchas fúnebres interpretadas por bandas militares”. Me hicieron caso, pero no sirvió de mucho, porque cuando me fui sonaba la banda sonora de Titanic.
Con unos años más de experiencia descubrí que la mayoría de los pacientes soportaría cualquiera de los discos anteriores mejor que uno de Neil Diamond.
Esta es una selección de la música de la planta ginecológica. No está mal: tres escoceses, dos grandes clásicos, el toque hortera, un instrumental... y Neil Diamond.
No hay comentarios:
Publicar un comentario