31 marzo 2010

No debiste desenfundar el cincel, forastero

Todo imperio ha contribuido de una forma u otra a las Artes. El Británico no ha sido una excepción, pero hoy no ando con ganas de regodearme en su gloria, así que aquí van unas muestras de por qué ese periodo no será recordado por su escultura.

Nelson Mandela Place.
Cuando se hizo este edificio, el arte veía en la desnudez infantil la cumbre de la belleza. Avancemos dos siglos y vemos a un viejo verde abrazando a un crío ligero de ropa que le pone la mano en la entrepierna.

A lo mejor soy muy bruta, pero me alivia ver que al menos en esta otra imagen el niño tiene un objeto punzante con el que defenderse:

Buchanan Street número 69.
La principal fuente de ingresos del Glasgow imperial era el comercio marítimo. En los astilleros se tallaban esculturas para los barcos en las que se exageraban las formas para que fuesen reconocidas a grandes distancias. Imagino que aquí alguien se olvidó de explicar al que esculpió los bebés que la acera de enfrente no es una "gran distancia".

Pulsando sobre la imagen anterior se ve como los seis niños son raros, pero aquí va un detalle de los dos de la entrada:

Savings Bank, Ingram Street.
En el centro de Glasgow, buscar construcciones neoclásicas extrañas tiene el mérito de pescar en un barreño pero, de momento, esta es la más llamativa que he encontrado.

A simple vista, un precioso edificio de inspiración barroca comprensiblemente protegido por su interés arquitectónico.

Pero miremos la fachada más de cerca...

Por el bastón se sabe que la figura central es San Mungo, patrón de la ciudad. Junto al santo se han puesto dos señoritas talladas con la técnica de los paños mojados para que parezcan desnudas. En concreto, me llama la atención el trasero de la de la derecha. Para rematar la faena ¿quién creéis que aguantan los laterales? Son figuras que se repiten en varios edificios de la antigua zona mercantil y simbolizan un pilar fundamental de la economía de la época: los esclavos.

Resumiendo: en un paseo de menos de veinte minutos por el centro de Glasgow se pueden ver posibles escenas de pedofilia, bebés culturistas y un santo flanqueado por dos mujeres semidesnudas y dos esclavos. Hoy en día los constructores tendrían que, como mínimo, devolver el dinero. Aún así, siempre habrá alguien que diga que "cualquier tiempo pasado fue mejor".

6 comentarios:

  1. hahahah!! Tia! Me encanta! Lo más fuerte es que yo, como buena africana y con una cultura que no tiene nada que ver con la cultura de escultura degrandes países de Europa, y alrededors, pues siempre me quedo mirando las estatuas y las efigies sin entender porque no lo veian como lo veo yo, igual que tu !! hahahha! Tia me encantas!!

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  2. Nuestras ciudades están salpicadas de pequeños misterios a los que el paso del tiempo ha convertido en divertidos anacronismos, aunque con la Plaza de Mandela, se te ha ido un poco la mano ;)

    Un saludo.

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  3. Yaïvi: Claro que si :-). En algunos casos (como el de la Plaza de Nelson Mandela) el tiempo y la cultura de dónde venimos cambia la perspectiva, pero hay veces que no entiendo porque, lo de los bebés, por ejemplo, era conseguir otro bloque de arcilla y arreglar el desaguisado.

    Jose Porto: y el águila seguro no interpreta cosas raras :)

    J:los "bebés culturistas" son famosos en la ciudad, pero creo que pasaron años antes de que me diese cuenta de que las esculturas de la pza de N.M. podrían tener doble lectura. La mayoría de la gente que conozco tampoco se dió cuanta inmediatamente, pero alguien más parece haberlo pensado porque, si te fijas, ambas tiene un recuadro en el pedestal para el nombre del retratado y lo han borrado.

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  4. Ostras! He estado releyendo tu blog y me encanta. Estuve una vez por Glasgow pero no me detuve a mirar estas cosas. Lo haré cuando vuelva.

    Hasta la próxima! ^^

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  5. Álvaro: me alegro de que hayas disfrutado :-)
    No te fijaste porque la arquitectura del centro ciudad es muy recargada y se acaba por no procesar toda la información. He pateado Buchanan Street cientos de veces y de cuando en vez aún encuentro algo nuevo.

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