Este viaje fue hace unas semanas. Por entonces, la carretera costera de Fife que lleva al East Neuk se cubrían con el amarillo de miles de flores de colza.
El viaje transcurrió entre campos como los de la foto y pastos de ovejas y vacas.
El East Neuk (en escocés "Esquina Este") es un conjunto de pueblecitos pesqueros en el estuario del río Forth, al Nordeste de Edimburgo y a escasos kilómetros de St Andrews.
La imagen es del puerto de Pittenweem, una de las aldeas de la East Neuk.
Pittenweem es un pueblo de artistas cuidado y pintoresco. Cuando saqué la foto se respiraba calma absoluta, apenas se oía el ruido del mar y algún coche perdido. En Agosto, con el festival de Arte, los vecinos abren sus puertas y cualquier casa puede convertirse en una galería de arte.
Aunque se mantenga la pesca, la mayoría de los pueblos de la zona tienen industrias alternativas, generalmente orientadas al turismo del golf. Lugares de menos de dos mil habitantes como Elie o St Monans cuantan con sendos restaurantes de una estrella Michelín (precio de un menú de dos platos entre treinta y cuarenta libras por persona).
El mayor núcleo de población de East Neuk es Anstruther. Desde él se accede al Isle of May, el islote de los pájaros:
La isla mide menos de un kilómetro cuadrado. Alberga tres faros (el más prominente erguido por un abuelo de Robert Louis Stevenson), una abadía en ruinas y el edificio de visitantes.
Imagen desde uno de los cinco miradores. Pulsando sobre ella se amplía. Observando con atención se aprecian pequeños bultos en las rocas. Esto es lo que se ve al acercarse:
Pájaros. Un cuarto de millón. El blanco que cubre la roca son sus excrementos. El tipo de ave varía según a qué altura del acantilado se mire. Los más comunes son gaviotas, gaviotines, araos, alcas tordas, cormoranes, eiders (patos marinos) y frailecillos.
A pesar de ser un día de viento y temperatura suave, el piar era ensordecedor y el olor intenso.
Esta es la mayor atracción turística de la isla: los frailecillos. Además de ser excelentes buceadores, su andar cómico y un canto que suena a juguete de goma los hace simpatiquísimos. Actualmente May alberga unas cuarenta mil parejas.
En la isla hay un arreglo interesante: los conejos empiezan a excavar su madriguera, los frailecillos toman el relevo cuando el asunto torna difícil, los conejos la habilitan y cuando se cansan, la ceden a los frailecillos.
Además de aves y conejos, la isla está habitada por un máximo de seis biólogos y una colonia de focas que produce unas dos mil crías anuales.
No me podía ir sin la foto del castillo de turno. Este es Kellie Castle. Es del s.XII, pero hoy lo que queda es una reconstrucción del s.XIX. Se dice que la torre noroeste está embrujada. De sus notables jardines me fui con un ramillete de ruibarbo que terminó en pastel. Tengo curiosidad por ver que pasará con su cosecha de más de veinte variedades de patata.
De vuelta a casa hubo una parada en el Bunquer Secreto: una carísima construcción de la guerra fría abierta al público en 1.993. Fue diseñado para albergar a los únicos trescientos británicos del norte que tendrían esperanza de salvarse en caso de ataque nuclear ruso. Por lo que entiendo, la misión principal de estos supervivientes sería la venganza.
¡Qué suerte tienes! (cuando no llueve). La foto de la carretera, increíble.
ResponderEliminarEn esta época del año la lluvia no me importa mucho, porque suele durar poquito, me molesta más cuando está nublado, eso puede durar días y quita luz.
ResponderEliminarEl paisaje de la carretera era tan perfecto que había momentos que parecía un fondo de pantalla generado por ordenador, pena que no he sido capaz de quitar del todo el tono azul del cristal del coche.
Por cierto ¿qué haces metido dentro de un chupa-chups?