11 mayo 2011
Los listogatos
Aparecía por el jardín a diario, se mostraba insistentemente, se dejaba acariciar y agradecía mucho la comida que mi esposa le daba. Engordó, pero no sólo por lo comido: estaba preñada.
Cuando apareció recién parida, todo siguió como antes. Aunque observábamos que se ausentaba más frecuentemente y por más tiempo, nada supimos del lugar elegido como paridera ni de su prole, si es que esta existía.
El domingo por la mañana, en el felpudo de la entrada, con orgullo de madre y animal de tripa vacía, nos presentó a sus criaturas: cuatro minúsculos felinos frágiles y simpáticos, de luminosos ojos y ya largas uñas; que sustraídos a nuestras miradas hacían una constante demostración de movimientos henchidos de levedad y gracia. Todo un catálogo de posturas y gestos que entretiene por horas... Uno trata de trincarle el rabo a la madre, otro se asusta cuando su ineptitud a la hora de comer hace caer el cuenco, un tercero – que va de “sobrao”- se aleja trastabillando entre la hierba hasta que un pequeño ruido extramuros lo hace retornar con la mayor premura.
Yo les miro y veo el fluir de la naturaleza y la belleza de lo sencillo. A la vista de las fotografías, vosotros juzgaréis.
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A pesar de toda la cantidad de porquería y basura que nos rodea, la vida continúa, sigue allí, de pie.
ResponderEliminarLos listogatos. Ya lo creo. Preciosos y orejudos, pues pueden haber muchos peligros para los pequeños.
Y hasta dicen que los cerezos, perales y manzanos ha sacado flores.
Me quedo con estas cosas, intento pensar en estas cosas.
Saludos. Preciosas criaturas.
Vaya con la "listagata" que trajo cuatro lindos "listogatitos". Conozco esas idas y venidas de las gatas cuando tienen a su prole alrededor y con la responsabilidad de sacarlos adelante. Los protegen a más no poder. Y si te los encontraste en el felpudo de la entrada de la casa, eso indica que te los presenta como regalo ya que eres de confianza para la "listagata". ¡Todo un honor para ti y para quien la alimentaba durante tiempo". Luego, la ternura con la cuál nos has deleitado hace que uno se sienta entrañable con estos seres independientes, pero cercanos al ser humano. Puedo juzgar no sólo a través de las fotos, sino también por cómo lo relatas, por cómo lo describes, por cómo nos los has presentado.Con la misma ternura que enterneció al que o a los que captaron esta esencia íntima y veraz. Así se me ha quedado este bello sabor a vida, simple y llana. Sin ningún tipo de vericueto. Tal y como te ha presentado la "listagata". Directa, sin dobleces y en felpudo.
ResponderEliminarUn saludo Demián.
IGOR. Efectivamente, la vida sigue emergiendo desde cualquier parte, rodeada de lujo o de basura; la naturaleza jamás ceja en su impulso de sobrevivencia y, a veces, con manifestaciones tan bellas como esta.
ResponderEliminarSaludos.
TANCI. Sí, estoy en concordancia con tus palabras en cuanto a la confianza de la madre y la ternura de los pequeños. Su sentido de la independencia y al tiempo su afecto tan próximo. Muchas virtudes que a cuatro patas recorren el jardín.
ResponderEliminarSaludos.
Los gatos son lo más bonito que hay, pero a veces hay que tener cuidado con ellos. Recuerdo los de mis abuelos...no nos conocían bien...y bien que sabían hacerte notar que estabas en su territorio. Cabritos :P
ResponderEliminarPero bueno, estos parecen más simpáticos, también es verdad jejejej
¡Un saludo! :)
El gato, Explorador, es muy suyo, pero también muy bueno. Es curioso ver como la madre, ante el cuenco de comida, llama a sus cachorros y ella no lo toca hasta que los cativos han terminado.
ResponderEliminarSaludos