22 noviembre 2009

Moustaki

Tarde de domingo. El rumor intermitente del viento llega al interior de la vivienda. Por los cristales veo las filigranas de las ramas de mi palmera, que hoy, parecen más dúctiles. Abundantes lágrimas discurren por las superficies de los ventanales. Voy al estante de los discos y revuelvo un rato ignorando lo que busco. Como si la elección no pudiera ser otra, como si de una imposición de desconocida procedencia se tratara, George Moustaki es el elegido.

En los ochenta asistí a un recital suyo y comprendí que su música era gozo y terapia, poesía hecha canción. Aire parisino de los sesenta de un griego nacido en Alejandría que crea en su entorno quietud y arte.

Dejo uno de sus vídeos y ojalá lo disfrutéis tanto como yo hice con su disco esta lluviosa tarde.

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